Lucio Guberman: “Binner va a pagar costos por su giro a la derecha”
El prestigioso politólogo rosarino, Lucio Guberman, analizó en una entrevista con La Política Online el panorama electoral en Santa Fe. Cree que Binner pagará un costo por haber dicho que votaría a Capriles. Ve imposible que el kirchnerismo pueda prescindir de Rossi y estima que Del Sel no podrá retener los votos que sacó en el 2011. “Tener convicción y tener tolerancia es lo que más valora la gente”, afirma.
El prestigioso analista político y director del Posgrado en Comunicación Política de la Universidad Nacional de Rosario, Lucio Guberman, conversó con La Política Online sobre el panorama electoral de la provincia de Santa Fe.
Guberman, quien además coordina la Consultora Estrategia Ge, detallo lo que considera son las claves para comprender las elecciones legislativas donde disputan tres espacios bien definidos: el socialismo con Hermes Binner, el PRO con la candidatura de Del Sel y el kirchnerismo hasta ahora con Agustín Rossi. Como juega cada actor.
-¿Cómo se está conformando el armado electoral para el 2013? ¿Qué aspectos relevantes destacaría?
-A nivel provincial, hay una especie de tercera vuelta en relación a las elecciones del 2009 y 2011. En el 2009, lo que hubo fue una división en tres espacios de la oferta política: Un sector encabezado por Reutemann, que fue candidato a senador; otro sector que representó Giustiniani apoyado por Binner que era gobernador y un tercero representando al kirchnerismo precedido por la candidatura a diputado nacional de Agustín Rossi.
En el 2011 esos espacios entraron en disputa nuevamente peleando la gobernación de la provincia: Bonfatti apoyado por Binner en el espacio del socialismo, Rossi otra vez por el kirchnerismo y Del Sel tomando la franja que había ocupado Reutemann en la elección anterior. El electorado respondió más o menos como en el 2009, con la diferencia que ganó el socialismo cuando en la anterior lo había hecho Reutemann y el kirchnerismo de 10 puntos pasó a 22.
Por eso considero que esto se puede plantear como una tercera vuelta en el sentido que otra vez estos tres espacios van a confrontar la elección nacional con la provincia como distrito único.
-¿Qué particularidades podrían aparecer en esta “tercera vuelta” a diferencia de las otras dos elecciones?
-Las particularidades son que ahora Binner en persona expresará al socialismo cuando antes aparecía apoyando a sus candidatos y por el lado del kirchnerismo es que Rossi iría en una lista reforzada con Obeid como estrategia para recuperar votos que fugaron hacia Del Sel en el 2011.
El kirchnerismo tiene una expectativa mucho mayor que en las elecciones del 2009. En aquella oportunidad enfrentó a un peso pesado como Reutemann que hoy no juega. También, al recuperar la figura de Obeid, podría pensarse que se tiene expectativas de un mayor crecimiento.
En el socialismo, nada hace pensar que Binner no haga una buena elección si lo hicieron sus “apoyados” en las elecciones anteriores.
La incógnita, en esta oportunidad, pasa por Del Sel y sobre por los niveles en que se va a situar. Yo descarto que haga una elección como hizo Reutemann en el 2009. Del Sel no es Reutemann, es un candidato mucho menor. Tampoco va a repetir una elección como en el 2011 cuando el peronismo lo dejó muy libre.
Después quedan las candidaturas de Salomón y de Giuliano si se decide competir en la nacional. Pero son candidatos con mucha menos instalación. Hay que ver si pueden hacer pie compitiendo con tres pesos pesados como Binner, Del Sel y Rossi. Pero son candidaturas que van a buscar la franja que dejó Reutemann.
-Hablando con diferentes dirigentes del justicialismo pareciera poco probable una unidad del PJ. ¿Cómo analiza la interna del peronismo? ¿Cree que la figura de Obeid va a ser la confluyente?
-No creo que haya internas. La unidad del peronismo se va a expresar en un acuerdo, refrendado en Buenos Aires, en la Presidencia, y esa sería la lista de unidad. No va a ser producto de una primaria porque cuando hay pocos espacios para repartirse, el producto de una primaria no promete mucho más que si vas directamente a la general.
-¿Se puede pensar que el peronismo prescinda de Rossi quien fue derrotado en tres oportunidades?
-El problema que tiene la prescindencia de Rossi es que ningún candidato del justicialismo le puede ganar en la primaria. Le ganaría a Obeid y le ganaría a María Eugenia Bielsa. Por eso el peronismo no va a poder prescindir de Rossi porque es el que más mide. Si deciden no ir con él, se va a presentar a la interna, les va a ganar, e igual va a ir como primer candidato. Hay que pensar al kirchnerismo con Rossi a la cabeza, no veo otro escenario.
-¿Le ganaría a María Eugenia Bielsa?
-Si, ahí hay una gran confusión respecto de cuál es el verdadero caudal electoral de María Eugenia Bielsa. Bielsa hizo la elección que hizo, contra los rivales que tuvo. Cuando la pones en una grilla donde están Binner, Rossi, Del Sel, no mide lo que sacó. Es otro escenario y es otra performance mucho menor la de María Eugenia.
-¿En el espacio del socialismo, como lo ve a Binner?
-Binner tiene a favor la expectativa de su candidatura presidencial. Una elección a diputados no reviste tanto interés para la gente. Lo que genera una expectativa, la motivación electoral es darle un empujón a Binner “así tenemos un candidato presidencial santafecino” dice el votante. Eso opera a favor.
¿Que opera en contra? las dificultades de gestión del socialismo en la provincia y sobre todo en Rosario. La peor evaluación para los tres niveles de gobierno en Rosario, está en la gestión local. Cristina tiene un 55 % de aprobación, Bonfatti el 50 y Fein el 42. Hay una caída fuerte de la valoración de la gestión. La duda es que si habiendo una elección a concejales el descontento se va a trasladar a la elección nacional: No es seguro, pero no es improbable.
-¿Cuánto afectó al socialismo el caso de Tognolli y el narcotráfico?
-Un tema sensible que tanto la oposición como el ciudadano común le pueden achacar a Binner que es el de seguridad. Binner no pudo detectar a tiempo que el narcotráfico estaba llegando a Rosario para quedarse. Que estaba cambiando el régimen y que Rosario pasaba de de ser una ciudad de tránsito y consumo a ser una ciudad productora y gran centro de distribución. Ahí hay una imputación de responsabilidades fuerte hacia Binner que puede ser un escollo para su campaña. Le puede restar, claramente.
Por otro lado, Binner en materia de salud tiene una ventaja comparativa sobre los otros candidatos. Pero hoy la gente no discute sobre salud pública sino sobre seguridad. Es un candidato que arranca bien posicionado pero con una perspectiva de campaña complicada.
Ideología y voto
-En medios nacionales, Binner primero confesó que hubiese votado a Capriles en Venezuela y luego que no quiere chavismo en Argentina. ¿Cuánto incide el posicionamiento ideológico frente a una campaña?
-El componente ideológico es fuerte. Ya sea implícito o explícito. No digo que la gente utilice las etiquetas “este es de derecha o este es de izquierda” pero las ideologías son construidas desde valores. Si uno dice que es un candidato de izquierda, está suponiendo que prioriza valores más ligados a la igualdad que al orden, por ponerlo en contraposición al valor fundamental defendido por la derecha.
Si uno ve un candidato socialista supone que va a estar más cerca de posiciones igualitarias. Binner se comporta y tiene un discurso bastante más liberal. Binner, respecto a Venezuela fue muy explícito en hacer un contraste entre libertades y derechos sociales: “No toleraría nunca un gobierno que vaya en contra de las libertades” dijo. Ahora bien, parece dispuesto a tolerar gobiernos que acrecientan las desigualdades.
Ese tipo de contradicciones influyen. Y el problema no es solamente que lo ve la gente, también lo ven los militantes del socialismo que se han expresado en contra de la idea de Binner de votar a Capriles cuando el pueblo venezolano encontró en Chávez a un presidente que avanzó en derechos sociales, de mayorías excluidas de la renta petrolera. Ese tipo de contradicciones tienen un lugar explícito en el debate intrapartidario, con la juventud socialista, pero también con los socios de la coalición FAP. A un nivel menos explícito lo que genera es la imagen de un dirigente con algunas incoherencias, con algunas dudas y eso va en contra de los beneficios que puede llegar a tener Binner.
Si la misma gente que lo ve como un posible presidente tiene estas contradicciones, hace ruido. Argentina pagó caro los presidentes con muchas dudas. Estas incoherencias ideológicas, en el común de la gente, se leen como pasos en falso y eso es dañino para una figura presidencial. La inconsistencia ideológica lo daña.
-¿Hay un electorado muy politizado?
-Lo que ha crecido mucho es la tolerancia del electorado a figuras con una ideología que no compartirían explícitamente. Rosario no es socialista, no es que el electorado rosarino desde el 89 se haya vuelto socialista, pero sí lo que ha habido es la tolerancia a que gobierne una fuerza política con una ideología explícita que a lo mejor no comparte pero se lo apoya mientras haga bien determinadas cosas.
Con los candidatos pasa lo mismo. Un candidato socialista no asusta más. Antes era el peligro rojo. Estos tampoco son tan rojos.
-¿Cree que es verdad que el kirchnerismo le devolvió a la política y a la ideología un lugar protagónico?
-Hay un cambio cultural positivo que es mucho más profundo que socialismo – kirchnerismo. La sociedad ha crecido en tolerancia. La sociedad entiende que puede tener gobiernos de izquierda, centro izquierda o centro derecha y en ese juego de alternancias van encontrando el mejor gobierno para cada etapa histórica. Eso demuestra que la sociedad ha conseguido determinados derechos que no está dispuesta a regalar y eso requiere acuerdos básicos que están dispuesto a oscilar entre una centro izquierda a una centro derecha.
La sociedad percibe cuando un dirigente de izquierda acomoda hacia el centro su discurso por conveniencia electoral… y castiga. El valor que les reclama a los políticos no es que sean de izquierda o de derecha sino que sean auténticos: “Les vamos a respetar su impronta ideológica pero sean coherentes”.
Estos giros de Binner a la derecha por conveniencia le pueden jugar en contra. A la gente no le importa si vota a Chávez o Capriles, pero no le parece auténtico que diga que votaría por Capriles. Ahí es donde tiene que tener cuidado.
Por ejemplo, recientemente se han debatido temáticas muy delicadas como matrimonio igualitario. La mayoría, dejando de lado grupos muy duros que son minoritarios, a un político no lo van a votar por su posición en el tema, sino que lo van a votar o no por su convicción que demostró en la discusión. La gente ve como veleta a aquel que tiene un perfil más conservador pero por el miedo a perder votos, aprueba el matrimonio igualitario, por ejemplo.
-¿Esa coherencia le puede jugar en contra a Obeid quien se fue del kirchnerismo durante el conflicto con el campo y ahora vuelve?
-Obeid ya pagó un costo. Si vemos las encuestas, Obeid terminó su período de gobierno con una imagen bien considerada y hoy no está ese nivel tan alto de reconocimiento. Uno podría imputarlo, en parte, a estos vaivenes.
Es diferente cuando uno evalúa la política coyuntural donde la gente puede admitir que haya cambios pero cuando son cuestiones de convicción personal, morales o temas que tienen que ver con la conciencia, la gente rechaza que se rijan por lo que les puede llegar a costar políticamente. Se prefiere que piensen distintos pero con convicciones, que argumente bien y que sean respetuosos con las posiciones en contra.
Tener convicción y tener tolerancia es lo que más valora la gente de los políticos.
-¿Crees que los argentinos hemos llegado a ese grado de maduración?
-Estoy convencido que sí. Con estos temas, seguro. Con la agenda que se está discutiendo ahora para legislar, que tocan convicciones muy profundas, sí. Salvo minorías muy radicalizadas pueden llegar a no votar a un diputado porque apoyó el matrimonio igualitario y a la inversa, muy pocos lo votarían solo por ello.
Lo que prima es que haya votado de acuerdo a sus convicciones y haya hecho un discurso tolerante, creo que es eso lo que define el voto.
El peronismo santafesino
-¿Cómo va a ser la relación de la candidatura de Del Sel con el peronismo no kirchnerista?
-El aporte más grande que le hizo el peronismo a Del Sel en el 2011 fue que ofreció tres candidatos en la primaria y después, muy de golpe, desaparecieron los dos candidatos derrotados por Rossi. El electorado peronista de centro, que no terminó de ver a Rossi como una síntesis del peronismo sino como una expresión del kirchnerismo, le fue muy conflictiva la situación. De golpe, de la primaria a la general, le dicen: queda Rossi o nada y eso lo captura Del Sel.
Este año, no hay una elección definitiva donde el que gana se lleva el premio mayor que es la gobernación. Sino que ahora hay peronistas a los que les resultó exagerado votar a Rossi gobernador, pero les parece mucho más fácil votarlo para diputado.
En el 2011 hubo peronistas que por primera vez no votaban al candidato peronista pero ese voto, de identidad partidaria que no lo quiso premiar a Rossi con la gobernación, ahora no lo ve tan conflictivo votarlo para diputado. Más sabiendo que va a ser diputado igual con los votos puros del rossismo. Otra vez, votar en contra de su partido lo conflictúa.
-Siguiendo con Del Sel: ¿Cree que pueda influir en la elección los insultos hacia la presidenta?
-El desempeño de Del Sel en el 2011 lo cargó de expectativas. Pero le dijeron: ‘”No solo te votamos, también te estamos mirando” y me parece que el desempeño de Del Sel, desde las elecciones hasta acá, es muy pobre. Es un tipo que se escapó de los grandes debates, sobre todo de la inseguridad y del narcotráfico que son los debates que a la gente le importaba y que es una realidad sobre la cual hay que posicionarse. ¿Cuál es la posición de Del Sel sobre la lucha contra el narcotráfico en la provincia de Santa Fe? No hay, no la tiene.
Con la desafortunadísima expresión sobre la presidenta, termina construyendo un candidato que está por debajo de las expectativas. Como decía, han crecido mucho los valores de tolerancia donde te puedo votar porque sos buen tipo, sos eficiente. Pero ver un tipo manifestarse con los grados de intolerancia como lo ha hecho Del Sel, a pesar de haber puesto la excusa del chiste, resta votos.
Esa actitud viola uno de los componentes del pacto democrático. Salvo los grupos minoritarios que son intolerantes y que piensan como Del Sel, no le suma nada.
Hasta el último 18A tuvo expresiones un poco más moderadas y los propios organizadores, vía redes sociales, pedían menos violencia en las consignas porque saben que si quieren avanzar del núcleo duro opositor hacia el tercio de indecisos que no vitorea ni putea al gobierno, está equidistante, a ellos no se los seduce con consignas belicistas. Entonces los mismos activistas que promovieron la marcha bajaron con consignas más light. Saben que, sino, no llegan al público que pretenden llegar que se hace con discursos más tolerantes.
Del Sel ha demostrado ser un candidato con un perfil humano muy complicado y que incomoda al valor de la tolerancia. Creo que eso lo daña.
Después esta cosa de pedido de disculpas inconsistente, que no se vio sincero y cuando tuvo oportunidad de volver a hablar del tema, se vuelve a subir a esta opinión desafortunada de Mujica diciendo: “Mujica está de mi lado” y vuelve con lo que había pedido disculpas. La gente entonces ve a un candidato intolerante e inconsistente. El votante lo va a pensar mucho.
-¿Entonces cual va a ser su electorado?
-Mientras haya descontentos con las dos gestiones, tanto la provincial como la nacional, Del Sel es una expresión muy fuerte para un voto castigo. Mientras la provincia mantenga los problemas de inseguridad que hay y el gobierno nacional los suyos, Del Sel aparece como un voto castigo al borde de lo anti sistémico.
-¿Cuáles son los puntos que más se critican a la Nación?
Lo que hemos extraído de las encuestas, hay una queja al estilo político y parte de ese estilo es una agenda que a veces se incluyen puntos de mucha intensidad que no figuran en las prioridades de la gente.
Por ejemplo, el 7D. El gobierno terminó poniendo, el año pasado, toda la carga política en el 7D que no es un tema prioritario para la gente. Si el gobierno completa la agenda con temas que a la gente no le parecen relevantes se perjudica.
-La gente se pregunta ¿porque no me genera mejores condiciones económicas, porque no se fija en controlar un poco más la inflación?
-Hay dos temas críticos que son la inflación y la inseguridad. El de inseguridad, es más de agenda provincial y la inflación, más que respuesta o no respuesta hay que ver lo que el gobierno hace respecto a controles de precios, etc. ¿cómo va a evaluar eso la gente?, ¿con el bolsillo? ¿los precios se pudieron controlar? ¿o va a preguntarse si ese control se podrá mantener en el tiempo?. Creo que siempre prima lo concreto, no la especulación de segunda vuelta. Si los controles de precio llegan hasta octubre, el gobierno se va a ver beneficiado, si no llega hasta octubre, el gobierno va a tener en agenda temas que le significan un dolor de cabeza.
-¿Cómo va a influir la reforma judicial que se debatió la última semana? ¿Cree que va a incidir en la elección?
-Uno de los puntos ausentes en la comunicación de estos proyectos es cómo la justicia va a mejorar la seguridad. Cómo, la incidencia que tiene la justicia ligado al delito o la delincuencia, mejora eso. Creo que era una jugada que el gobierno tenía para hacer. Marcar qué puntos de la reforma iban a hacer que la justicia sea más expeditivas, sobre todo en las causas penales.
Ahí dejaron pasar la oportunidad para legitimar una reforma que el gobierno considera central porque le ha significado la traba de otras iniciativas políticas al considerar que no hay neutralidad de las cámaras civiles y comerciales que favorecen a determinados intereses. Legitimar la reforma en su conjunto hubiera requerido echar mano a los temas de la justicia que a la gente le importa más que a los ligados a lo civil y comercial. Tengo la sensación que se quedaron cosas en el camino entre el apuro. (La Política On Line)