Diputados aprobó las reformas a la Magistratura tras un tenso debate
Luego de casi 19 horas de ásperas discusiones e intensos cruces, el oficialismo consiguió las adhesiones justas para pasar el proyecto. La oposición se retiró del recinto luego de que un artículo fuera aprobado en medio de denuncias por irregularidades. Hubo incidentes aislados en las afueras. Además se convirtieron en ley la creación de tres nuevas cámaras de Casación y la limitación de las cautelares
Con el número justo, el oficialismo consiguió aprobar en general el proyecto que reforma el Consejo de la Magistratura por 130 votos positivos contra 123 negativos. Luego, en medio de un acalorado debate y denuncias por presuntas irregularidades, consiguió también votar en particular todos los artículos de la normativa.
Pese a que la iniciativa ya había sido aprobada la semana pasada por el Senado, los cambios al Consejo de la Magistratura deberán volver ahora a la Cámara alta, debido que en el plenario de comisiones de Diputados realizado el martes se introdujeron modificaciones acercadas a la Casa Rosada por la Corte Suprema.
El kirchnerismo necesitaba una mayoría especial de al menos 129 adhesiones para conseguir la sanción en general, algo que finalmente logró cerca de las 5:40 en medio de un maratónico debate que incluyó intensos y constantes enfrentamientos entre los legisladores.
Tras la sanción en general, la discusión pasó a ser si los artículos del proyecto serían votados todos juntos, como aspiraba el kirchnerismo, o cada uno por separado, como suele ser la costumbre. «Exigimos que se debata artículo por artículo», clamó el jefe del bloque del radicalismo, Ricardo Gil Lavedra. Según denunciaba la oposición, el Frente para la Victoria quería englobarlos a todos en un paquete porque no tenía el respaldo necesario para aprobar los aspectos más polémicos de la norma.
Tras una acalorada discusión a los gritos, finalmente el jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, accedió a que se realice una votación en particular pero sin discursos.
Otra vez con los votos justos, el kirchnerismo consiguió aprobar el primer artículo por 130 votos a favor, 20 en contra y una abstención. Luego, cuando el mismo procedimiento se realizó con el segundo ítem de la ley, estalló el escándalo: el oficialismo perdió la votación con 128 votos positivos y 103 negativos.
A los gritos y fuera de sí, Rossi se acercó al estrado del presidente de la Cámara, el kirchnerista Julián Domínguez, para reclamar a los gritos que los votos positivos de la diputada Alicia Comelli (Movimiento Popular Neuquino) y Juan Carlos Forconi (Santa Fe en Movimiento), no habían sido computados. El titular del recinto, quien también debió sufragar para asegurar el número, hizo lugar al pedido y dio por ganada la votación, lo que provocó la furia de la oposición.
Luego de un cuarto intermedio, casi todos los legisladores antikirchneristas se retiraron del recinto y dejaron al Frente para la Victoria y sus aliados votando prácticamente en soledad: los artículos 3 y 4 fueron aprobados por 130 personas y rechazados por sólo 9. Los ítems restantes fueron después pasados con un respaldo similar y se dio por aprobado el proyecto.
En una maratónica sesión que superó las 21 horas de debate, los kirchneristas aprobaron después la creación de tres nuevas cámaras de Casación y la limitación al uso de las medidas cautelares en un tramite exprés, debido a que la oposición ya se había retirado del recinto.
La palabra de los jefes de bloque
Cerca de las 4:30 de la madrugada, llegó el turno de los últimos tres oradores, los titulares de los principales bloques.
El diputado nacional por Mendoza Enrique Thomas, presidente del bloque Frente Peronista, opinó que el kirchnerismo «se va a arrepentir del paso que está dando» al impulsar una reforma en la conformación del Consejo de la Magistratura.
En su discurso en el recinto, Thomas criticó que las gradas estuvieran vacías de público, y preguntó a los diputados oficialistas: «¿Qué miedo tienen?». «¿Por qué no tenemos 300 personas en las gradas? Nos aguantamos las puteadas y los papelitos», dijo.
Lo siguió luego el jefe del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, quien sostuvo que la muestra de que el kirchnerismo quiere «ir por la justicia» es «la trampa con que han hecho este proyecto» de reforma del Consejo de la Magistratura y remarcó que «sólo el Frente Para la Victoria» podrá cumplir con el proceso de adhesión de las boletas para elegir a los integrantes del referido consejo.
Afirmó además que la iniciativa del gobierno implica «una partidización del Consejo de la Magistratura» que habilitará al Ejecutivo a «designar a su antojo» a los magistrados y por ello «esos jueces serán incapaces de controlar nada».
Por último, el encargado de cerrar el debate fue el presidente del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, quien acusó a la oposición de «generar un clima horrible» e «inocular el odio en el pueblo argentino» previamente a la votación de la reforma en la composición del Consejo de la Magistratura en el Congreso.
Además, les exigió «respetar las instituciones, la república, el congreso, la democracia y la patria», y los instó a «construir la patria entre todos». «Lo que más tristeza me genera es que generaron un clima horrible, que inocularon el odio al pueblo argentino. Son profetas del odio, adláteres del desánimo. Tienen que dedicarse a construir una propuesta política en base al amor y la paz», dijo Rossi en su discurso en el recinto.
El legislador por Santa Fe, en tanto, solicitó a la oposición que «dejen de agredir, de insultar, de descalificar», porque, sostuvo, «se pasan la vida hablando de la República y cuando llega el momento de tomar una decisión que no les conviene, se sacan las banderas, la estrujan y la pisotean».
Además, imputó a los opositores de ser cómplices de una maniobra que adjudicó a un grupo de ONG contra doce diputados que, supuestamente, definirían la votación en el recinto.
El inicio de una conflictiva sesión
Pese a que algunas versiones presagiaban dificultades para reunir el número, el kirchnerismo consiguió a las 12:07 del miércoles que 132 diputados se sentaran en sus bancas y dieran quórum para empezar la sesión. De ese modo, sorteó el primer obstáculo que pretendía poner la oposición para evitar que la fracción más delicada de la reforma que promueve la Casa Rosada sea sometida a la votación.
Los dirigentes antikirchneristas, que hasta entonces aguardaban en la carpa blanca instalada en la Plaza del Congreso, ingresaron al recinto para debatir los tres proyectos más polémicos de la reforma judicial: los cambios en la conformación y el funcionamiento del Consejo de la Magistratura; la regulación de las medidas cautelares contra el Estado, y la creación de Cámaras de Casación en otros fueros además del Penal.
La discusión se dio al calor de una concentración que la propia oposición y el sindicalismo opositor-la CTA de Pablo Micheli y la CGT de Hugo Moyano- convocó frente al Palacio Legislativo, cuya concurrencia fue aumentando a medida que transcurrió el día.
El debate
El tenso tono de la discusión, anticipado por las férreas posturas que mantuvieron las partes antes de la sesión, se evidenció de inmediato. A poco de comenzado el debate, la líder de la Colación Cívica Elisa Carrió sostuvo un encendido cruce con la kirchnerista Diana Conti.
La ex candidata presidencial reiteró su hipótesis de un supuesto “acuerdo espurio” entre Cristina Kirchner y el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y luego sumó a la oposición.
A la acusación de la opositora de que el oficialismo habría omitido revelar una carta que envió Lorenzetti al presidente de la Cámara baja, Conti respondió con un agravio: “Que la lengua, que la tiene larga y filosa para injuriar a la República, a la democracia y a la representatividad, se la meta justo en el lugar donde va a quedar cajoneada la cuestión de privilegio».
Al tomar la palabra, a lo largo de la jornada uno a uno los opositores fueron vertiendo durísimos cuestionamientos y advertencias sobre la reforma; desde el Frente para la Victoria esbozaron sus argumentos de defensa y achacaron a su contraparte sus intentos para entorpecer la discusión.
«El Gobierno viene a prostituir el sueño de los argentinos”, aseguró el diputado peronista Eduardo Amadeo, quien denunció que la iniciativa oficial persigue la “politización de la Justicia”.
«La Justicia que ustedes quieren acallar es una fuente de ruidos cuando señala y condena a corruptos, cuando defiende a las minorías», resaltó al enumerar algunos de los casos recientes que ligan al Gobierno con supuestos negocios ilegales.
En una línea similar, Oscar Aguad (UCR) afirmó que la reforma del Consejo «está hecha para resolver los problemas que el Gobierno tiene con la justicia, que es que no tiene los dos tercios» para controlar el organismo.
La líder del GEN Margarita Stolbizer aseguró que la iniciativa es «ineficaz, insuficiente e inconstitucional». Según dijo, la propuesta del Gobierno «carece de legitimidad necesaria por toda la comunidad académica, jurídica, social y de base», y anticipó que la reforma «va a aumentar la dependencia de los jueces», porque con la elección directa de consejeros los «jueces que van a tener que someterse a nuestros programas».
Por su parte, Jorge Yoma –enrolado en el Frente para la Victoria, pero distanciado hace tiempo del oficialismo- advirtió que el paquete de leyes que promueve la Casa Rosada «no es democratización» de la Justicia sino «esconder la domesticación del Poder Judicial». «Esto pone en riesgo la libertad de conciencia de un juez al momento de fallar», alertó.
“A esta altura ya no confío en la inocencia de la oposición, yo ya no creo. En todo caso tenemos una oposición naif, que se iba a la carpa en el momento en que se estaba entregando esto», afirmó.
Laura Alonso, del PRO, directamente acusó a quienes respalden las medidas de “traidores a la patria”.
En sintonía con sus versiones de que los proyectos apuntan a lograr una justicia que beneficie a los intereses del Gobierno, algunos legisladores exhibieron por la noche con las leyendas “Boudou Agradecido”; “Lázaro Baez agradecido”, y “Ricardo Jaime agradecido”, en referencia a tres figuras sospechadas de cometer delitos.
La palabra de la Presidente
Por la tarde de ayer, mientras se desarrollaba la sesión, la presidente Cristina Kirchner encabezó un acto en Tortuguitas en el que se refirió a la Carpa Blanca de los docentes en la década de 1990, cuya iniciativa parecieron copiar los opositores con su tienda en la plaza.
“Yo recuerdo la Carpa Blanca”, dijo. “Nunca fui, lo único que me acuerdo es que cuando llegamos al Gobierno le devolvimos –eran docentes, jubilados, empleados públicos– el 13% que le habían descontado los que iban a la carpa todos los días, y que cuando llegaron al Gobierno hicieron exactamente lo contrario”, señaló.
La Presidente dijo que “es bueno tener memoria, no para reprocharle nada a nadie, sino para hacer un ejercicio de las cosas que nos tocaron vivir, cómo las superamos”.
El tratamiento sobre tablas, en una maratónica sesión
La polémica reforma judicial ameritó que la gran mayoría de los diputados quisieran dar su opinión en el recinto, lo que llevó el debate a que continúe durante toda la noche.
Así, en plena madrugada tuvieron la oportunidad de hablar, entre otros, Federico Pinedo, Alfonso Prat Gay, Omar Plaini, Gabriela Michetti, Manuel Garrido, Carlos Raimundi, Luis Sacca, Graciela Ocaña, Elsa Álvarez, Araceli Ferreira, Pablo Orsolini, Mario Metaza, Jorge Cardelli, Osvaldo Elorriaga.
«Todos estamos de acuerdo en la necesidad de reformar la Justicia, pero nunca a costa de la independencia», afirmó el diputado nacional por el Frente Peronista Alfredo Atanasof, quien también expuso su opinión bien entrada la madrugada.
«La maliciosamente llamada democratización de la Justicia apunta a un objetivo contrario y viola en forma flagrante la Constitución, y nos hace retroceder 200 años», dijo Ocaña, integrante del bloque Unidad para el Desarrollo Social y la Equidad.
El diputado nacional por el Frente para la Victoria, pero alejado actualmente del kirchnerismo, Omar Plaini, puso el acento en la necesidad de escuchar la manifestación que se da «fuera del Congreso».
Al respecto, resaltó que mientras debaten en el recinto numerosas personas se manifiestan en la calle. «Esta postal que se viene repitiendo en los últimos meses en el Congreso: por un lado los legisladores acá, sesionando a las apuradas, y por el otro lado el pueblo afuera, manifestando en contra de esta forma de hacer política», subrayó.
De forma similar se expresó el diputado nacional por la Coalición Cívica Alfonso Prat Gay al tiempo que aseguró que la decisión del Ejecutivo nacional de impulsar cambios en la conformación del Consejo de la Magistratura representa, en realidad, una «reforma de la Constitución que no puede tener por medio de los votos».
«Es la reforma constitucional que este Gobierno no puede tener porque no tienen los votos, entonces encuentran una ventana con la interpretación del artículo que reglamenta el Consejo de la Magistratura», consideró Prat Gay.
La diputada nacional por PRO Gabriela Michetti, por su parte, sostuvo que los cambios en la composición del Consejo de la Magistratura significó «la cumbre del avasallamiento de la Constitución» por parte del oficialismo. (Infobae)