Nueva interna en el socialismo santafesino

Una nueva interna asoma en el socialismo santafesino, dice el título de la nota, y esta no es por poder, sino por dinero. Como toda buena familia, los integrantes del partido que conduce Hermes Binner saben convivir administrando, pero cuando los recursos escasean, comienzan las discusiones, que ya han tomado estado público, y los trapos sucios no siempre se lavan en casa.

Durante su extenso y mal leído discurso inaugural del período ordinario de sesiones del Concejo Municipal de Rosario, la intendenta de la ciudad, Mónica Fein, recurrió al viejo y desgastado recurso de la victimización, quizás el traje que mejor le queda a su administración, encontrar todos los males en causas ajenas.

La presunta discriminación hacia Rosario, por parte de organismos nacionales, es ya un clásico, desde la época del hoy senador Miguel Lifschitz. Pero que los cañones apunten hacia la Casa Gris, no sucedía desde que el reaparecido Obeid dirigía los destinos de la provincia, cuando todavía gobernaba el PJ.

Y muy suelta de cuerpo, la intendenta local dejó entrever sus reclamos a la Provincia para que se incluya a la ciudad en el reparto de los fondos correspondientes a Obras Menores y para que se incremente la partida que recibe en concepto de coparticipación, señalando que está en el puesto veintiocho en dinero por habitante, frase que resonó fuerte en el Palacio Vasallo.

En medio de los incesantes reclamos por autonomía, la mayoría de los medios no se hicieron eco de este desplante, como tampoco los integrantes de la oposición, que en su afán de mantener el tono crítico hacia el discurso de Fein, solo atinaron a señalar que nada se dijo de los que está mal, omitiendo que para eso están los medios, y que ningún gobernante hace el mea culpa en público.

La jugada de Fein es bastante arriesgada, y casi un pedido de auxilio financiero desesperado. Se supone que habrá utilizado otros carriles previamente y que las arcas de la provincia no se abrieron en cantidad suficiente para satisfacer su demanda, entonces decidió socializar el tema.

En un año electoral donde deberán mostrarse indefectiblemente juntos, los socialistas sufren el mal de la sábana corta. Cuando solo gobernaban Rosario, sus pedidos tenían dos receptores obligados Nación y Provincia, pero desde que gobiernan Santa Fe, habitualmente solo reclamaban a la Casa Rosada.

El gobierno nacional que discrimina a Rosario, le ha otorgado gran cantidad de obras, aunque no en la cantidad que los socialistas reclaman, se sabe, ellos siempre piden mas. Cientos de contenedores de residuos para separación en origen, una planta de disposición final, la reconstrucción de la barranca del Paraná, los accesos a Rosario, la Circunvalación y el año próximo rehabilitará el tren a Buenos Aires.

Eso sí, cuando le mandaron el tren sanitario ardió Troya. Lo tomaron como una provocación, en la tierra de la salud, no hace falta semejante afrenta. «Es como mandar un tren de vino a Mendoza, dijo Lifschitz y Cappiello se trenzó en polémicas declarciones con el secretario de Transporte Alejandro Ramos. Con la salud NO. Ese es el caballito de batalla y no se toca !

Pero volviendo al tema que nos ocupa, ¿Cederá Bonfatti a los incesantes reclamos de Fein? o dejará que unos millones lo separen de sus compañeros rosarinos. Será difícil jugar al teléfono descompuesto y el gobierno provincial deberá acudir en ayuda de la administración socialista local, que está endeudada, casi al límite presupuestario, y necesita fondos frescos para realizar obras en el año electoral.

El bastión socialista se las ingenia para realizar obras menores, como bicisendas y carriles exclusivos, que solo requieren unas latas de pintura, pero no tiene recursos para hacer cloacas por ejemplo. El treinta por ciento de la ciudad carece de ellas, en pleno siglo XXI, fuera del área central, claro y sin cloacas, todo huele feo…

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Fernando Viglierchio

Periodista