A un año del Triple Crimen de Villa Moreno, familiares marcharon por justicia
Con una ruidosa caminata a lo largo de las calles Oroño y Córdoba, los padres, familiares y amigos de los tres militantes sociales asesinados el 1º de enero de 2012, reclamaron que este año haya «condenas ejemplares» para los procesados por el triple crimen. Tras las dolorosas palabras de Lita Gómez, mamá de Claudio «Mono» Suárez; Ignacio Rodríguez, papá de Adrián, alias Patóm; y Eduardo Trasante, padre de Jeremías, el referente del Movimiento 26 de Junio-Frente Darío Santillán, Pedro Salinas, planteó que «hay que lograr que el triple crimen sea un punto de inflexión, y un caso testigo en el país», luego que en el año se develaran cuestiones que tocaron varios intereses. Antes del acto, el diputado Eduardo Toniolli, que marchó bajo la bandera del Movimiento Evita, aseguró que el principal acusado por la matanza, Sergio «el Quemado» Rodríguez, «se sintió con la tranquilidad para hacer lo que hizo, porque tenía claridad que no iba a sufrir ninguna represalia. Se sentía con las relaciones y la cobertura suficientes», dijo en referencia a la denunciada connivencia policial, que tiene a tres policías procesados. En tanto, el periodista Carlos Del Frade lanzó acusaciones hacia la policía y al poder político (ver aparte).
A un año del hecho, la marcha desde Tribunales a Gobernación estuvo encabezada por los rostros tristes y acongojados de los padres de las víctimas. Al llegar a la plaza San Martín, sobre el mediodía, Trasante recordó aquel primer acto. «El 6 de enero del año pasado derramábamos en este mismo lugar lágrimas populares; lloramos a nuestros hijos y miles se hicieron eco de nuestro dolor», dijo; y lamentó: «El último regalo que les hicimos a nuestros hijos fue un féretro y una corona de flores, y estoy convencido que otro regalo para ellos será la posibilidad de ver completa la justicia que perseguimos».
Lita apenas podía hablar frente a la multitud que se amontonaba en la sombra de los árboles, en el caluroso mediodía de ayer. «Gracias a ustedes conseguimos que estos hijos de puta que nos mataron a los pibes estén detenidos. Ahí se van a quedar a pagar todo lo que hicieron», gritó, y contagió su llanto.
Más temprano aseguró que las salidas a la calle cada mes apuntan a que «no vuelvan a matar a ningún pibe más. Si nosotros no hubiéramos estado organizados. Si los chicos no hubieran sido militantes esto hubiese quedado en un ajuste de cuentas y habrían cajoneado la causa».
Ignacio, quien no soltó ni un segundo la bandera con el rostro de su hijo durante la caminata, se paró silencioso frente a la gente, y apenas un «gracias por el acompañamiento de este año» salió de su boca.
Por sus creencias religiosas como pastor, Eduardo relató que hace tres semanas se enfrentó con uno de los implicados en la causa, en una de las visitas que realiza a los penales. En el momento de la masacre, Gerardo «Jeta» M. era menor de edad, y ahora está preso por otra causa en la Alcaidía. «Pensaba en las balas que recibió el cuerpo de mi hijo que salieron de un arma que portaba no solo una mano, sino un corazón lleno de odio y violencia. Espero que este año podamos contabilizar menos muertos por violencia», se esperanzó.
Al mismo tiempo, Trasante señaló que «se sumaron nuevas pruebas a la causa, con escuchas telefónicas, y más allá de lo que digan los abogados defensores, estamos de pie». Se trata de comunicaciones que darían cuenta de complicidades y negociados, según indicó una fuente de la causa.
El encuentro previsto para la noche en la canchita del club Oroño se pasó para hoy, a las 20.30, porque el lugar, tras la lluvia de ayer, estaba muy embarrado. «Es el lugar que quedó marcado por la sangre de nuestros hijos», dijo Eduardo, quien agregó: «La justicia está y la vamos a lograr en los Tribunales. Tenemos que esperar, porque este año podríamos tener la oportunidad de ver la cara de los que mataron a nuestros hijos», ante la posibilidad de que la causa llegue a juicio oral.
Para Toniolli, el hecho de que los tres jóvenes fueran militantes sociales, «hizo que sucediera lo que lamentablemente no pasa con otros casos: que se desmontara el discurso del ajuste de cuentas. El triple crimen develó toda una trama que hizo que la discusión en torno a la seguridad, a lo que después se sumó lo de (el ex jefe de policía, Hugo) Tognoli, estuviera donde tiene que estar para discutir el rol de la fuerza. Como dijo Marcelo Saín: uno de los cárteles más importantes de la droga en Santa Fe está dentro de la fuerza».
Desde el 26 de Junio señalaron que «todavía se vende droga en el barrio», y agregaron: «Logramos transmitir en denuncias apenas algunas verdades silenciadas, pero difícilmente alguien intente desmentir que la policía de Santa Fe es responsable y beneficiaria del negocio del narcotráfico que durante 2012 se llevó la vida de varios jóvenes. Las bandas delictivas están enquistadas en nuestros barrios, empuñando armas. Los autores materiales de este hecho están procesados, tras las rejas, y hay tres policías acusados en una causa conexa, por connivencia. Debemos estar atentos a los que este año puede suceder, porque eso tendrá un correlato ineludible para los poderoso de siempre». (Página 12)
Foto: Cortesía Juan Pablo Robledo