«Cuando camino por las calles me dicen fuerza, siga adelante, no afloje»
El gobernador Antonio Bonfatti cumplirá el martes un año de gestión al frente de la Casa Gris y remarca convencido que “cuando camino por las calles me dicen «fuerza, siga adelante, no afloje»”.
El gobernador Antonio Bonfatti cumplirá el martes un año de gestión al frente de la Casa Gris. ¿Cómo lo evalúa?, pregunta La Capital. “Siento el reconocimiento de la gente, responde. ¿Por qué?, insiste este diario. “Cuando camino por las calles me dicen «fuerza, siga adelante, no afloje»”. El mandatario se muestra llamativamente convencido del apoyo de la sociedad y, en este sentido, traza los ejes de los días por venir. Sin embargo, a la hora de responder sobre las cuestiones más preocupantes coloca en primer plano a la “violencia urbana”.
Y dice que su gestión debe “poner el énfasis en eso”. Bonfatti señala que “hay sectores que están armados y solucionan disputas a los tiros”. De todos modos, busca salir airoso del conflicto más fuerte de su gestión, ocurrido a partir del escándalo con el ahora ex jefe de la policía, Hugo Tognoli. “Un avión que llega no es noticia; un avión que choca es «la» noticia”, argumenta para abundar: “(Haberlo ligado al narcotráfico) fue una acusación muy fuerte y, como se evidenció en el proseguir de la causa, tuvo muchas debilidades”. Respecto del inicio del ciclo lectivo, se queja de que los maestros “ya están hablando de paros” y confía en el diálogo: “Nos vamos a sentar en febrero”.
Para Bonfatti la prioridad de su gobierno “está en el pago de los salarios”, aunque por estos días aparecen otros temas que exasperan a los ciudadanos. “No puedo decir que no habrá cortes de luz, sería negar la realidad”, contesta a las críticas. Conciliador, busca no entrar en polémicas con el gobierno nacional. “Yo no diría que discrimina a Santa Fe por su color político”, expresa el titular del Ejecutivo provincial, aunque enumera las acciones que no pueden seguir avanzando porque la administración de Cristina Fernández no las autoriza. Y sorprende: “Todavía no conseguimos el aval necesario para construir el Puerto de la Música”.
—¿Le pondría puntaje a su gobierno? El diputado provincial Luis Rubeo le dio un 4.
—Cada cual tiene su interpretación.Esta es una provincia que está en marcha. Yo siento el reconocimiento de la gente en la calle, recorriendo las ciudades y
los barrios.
—¿Qué le dicen los santafesinos?
—Fuerza, siga adelante, no afloje.
—¿Y cuál es la mayor demanda?
—La que conocemos todos, la violencia urbana; pero no hay medidas mágicas. Creo que es necesario poner el énfasis en eso. En la provincia, mucha gente no ha entendido que la falta de disenso no se resuelve con un arma en la mano.
—¿Su peor momento fueron esas horas que tuvieron a Tognoli prófugo?
—Un avión que llega no es noticia, un avión que choca es “la” noticia. Siempre dejé que la Justicia dictamine y actúe. Obviamente que a nadie le gusta tener un jefe policial buscado por la Justicia. La de él fue una acusación muy fuerte y, como se evidenció en el proseguir de la causa, tuvo muchas debilidades. Ahora eso nos dejó de preocupar. Estamos esperando la resolución definitiva.
—¿Qué hay que hacer para cambiar una institución como la policial?
—Uno debería confiar en quien lo debe proteger. Si eso no ocurre, hay un doble delito para la opinión pública. La verdad es que modificar una institución como la policía no es sólo una decisión política; hay que cambiar leyes y reglamentos. Es necesario actuar educando: las órdenes en sí mismas no modifican las cosas. Este es todo un proceso.
—¿Acertó con la designación de Raúl Lamberto al frente del Ministerio de Seguridad?
—No tengo dudas de que es alguien experimentado, una persona que tiene la ductilidad suficiente para gestionar, saber escuchar y producir cambios.
—Los docentes ya están amenazando con un conflicto. ¿Empiezan las clases?
—Aspiramos a eso. Todavía no nos sentamos y ya están hablando de paros. Primero tenemos que dialogar en función de las perspectivas inflacionarias. Con esa premisa, sabremos cuál es el límite del aumento salarial que requieren para no poner en riesgo las finanzas públicas. Pero hay que esperar; tomar una decisión ahora, cuando no sabemos cómo será la evolución económica, cuáles serán los parámetros que fije Nación es apresurado. Con todo gusto dialogaremos a partir de febrero.
—¿Antes no?
—Si la situación lo amerita, no hay problema.
—Entonces, ¿cuál es la prioridad de su gobierno?
—Primero cumplir con los salarios; en segundo lugar garantizar salud, educación y seguridad. Y después el plan Mi Tierra, Mi Casa, que ya cuenta en Rosario y Granadero Baigorria con 2.400 lotes para sortear dentro de poco tiempo. Se trata de concretar el sueño de la vivienda propia. También tenemos que seguir adelante con las obras importantes. Para Rosario: el acuario, la transformación de los galpones del puerto frente al Monumento (Ciudad Joven), la reestructuración de Ovidio Lagos, el nuevo hospital de alta complejidad y su centro de investigación, la cárcel cerca de Pérez y el nuevo Tribunal de Justicia Penal.
—¿Qué se podrá concretar en 2013?
—Vamos a terminar cinco comisarías que ya están en marcha. Quizás también se pueda habilitar una mitad de los galpones del puerto
y el nuevo acuario. Vamos a ir viendo.
—¿La obra del Puerto de la Música quedó congelada?
—Hay que decir primero que no tenemos la autorización del gobierno nacional. Si contáramos con eso, existen recursos privados que se han entregado a la fundación creada al respecto. Así se podría empezar a consolidar el muelle. El Puerto de la Música es una obra incluida en el Plan Estratégico de la ciudad de Rosario en 2008 y después también se introdujo en el de la provincia. No le quepa duda de que no la vamos a abandonar porque, además, va a tansformar profundamente la ciudad y la región.
—Volviendo a lo que usted decía, ¿realmente aún no tienen el permiso que requieren del gobierno nacional?
—No. Esa autorización no llegó nunca.
—¿Podría decirse que es una discriminación política, por el color partidario que diferencia a ambas administraciones?
—Yo pretendo que seamos escuchados y que se comprenda que todo lo que beneficia a Santa Fe, beneficia a la Nación. Y que este tipo de obras mejoran la producción, la infraestructura y el turismo. Al ponerse en valor la ciudad con la única obra del arquitecto Oscar Niemeyer en Argentina, se beneficia el país.
—¿Qué otras autorizaciones de la Nación faltan?
—Ojalá se concrete la de la zona franca de Villa Constitución. Ayer (por el jueves) llamé al secretario de la presidenta y me dijo que se iba a abocar al tema; también está acordado un crédito de 50 millones de dólares del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para el acueducto cañero en el norte, que quintuplicaría la producción de caña de azúcar generando biocombustible y fuentes de trabajo. Tenemos pendientes obras viales (la malla siete que abarca un conjunto de rutas) por unos 10 millones de dólares y un importantísimo crédito proveniente de Kuwait por el que la provincia hizo todas las gestiones y falta que la Nación comprometa la garantía.
—Entonces, ¿no es eso discriminación?
—No quiero usar esa palabra, yo apelo a que nos entiendan. A que comprendan que es necesario avanzar en conjunto; a que podemos pensar en el bien común aun estando en partidos políticos distintos.
—Un tema que ya es un clásico para esta época. ¿Qué verano nos deparará la EPE (Empresa Provincial de la Energía)?
—Debemos seguir invirtiendo muchos millones de pesos, de eso estoy seguro. Pero lo que se ha hecho desde 2007 es mucho. Logramos sumar un 50 por ciento más de consumo. Si eso no hubiera ocurrido, estaríamos en una situación de colapso. Un ejemplo: incluso con los 45 grados de sensación térmica del jueves, salió de servicio sólo el uno por ciento de las 1.100 subestaciones transformadoras.
—¿Qué le dice a la gente que no quiere más cortes?
—En el peor momento del año pasado tuvimos solamente el 7 por ciento de los clientes sin servicio. Aunque, es imposible anunciar que no habrá interrupciones; sería negar una realidad sobre la actual estructura del sistema eléctrico, que es necesario cambiar.
Déficit del año
Cincuenta millones es el déficit que tuvo la provincia hasta octubre. El gobernador comenzó la gestión con 1.600.
La noche
La Capital publicó la semana pasada que en la noche rosarina hay boliches difíciles de controlar por el municipio. “Yo me voy a ocupar de que la policía acompañe y colabore con los inspectores”, dice Bonfatti.
Más ambulancias
“Siempre estamos comprando ambulancias”, contesta Bonfatti ante el pedido de la intendenta Mónica Fein de incrementar la flota del Sies. (La Capital)