Newell’s empató con Boca y sigue invicto, pero pierde terreno en el torneo
El equipo del Tata Martino lo tuvo sobre el final con una definición de Maxi Urruti que Franco Sosa salvó en la línea. Era el triunfo de Newell’s y la chance de quedar a un punto del conjunto fortinero, en un partido en que la Lepra manejó el trámite y mejoró en el segundo tiempo, pero le faltó precisión para liquidar el pleito.
Newell’s parece seguir dejando pasar el tren. Sigue perdiendo terreno en la lucha por el torneo, la máxima ambición de todo el pueblo leproso, por más que los protagonistas insistan que la premisa es sumar puntos para engrosar el promedio. Es que el empate de esta noche ante Boca (0 a 0) lo aleja un poco más del único líder Vélez, que ahora estiró a tres puntos, en la lucha por el título, compartiendo el segundo lugar en la tabla de posiciones, con Lanús. Un dato incontrastable para explicar este momento del rojinegro es que hoy sumó su tercer empate al hilo (ante Godoy Cruz, Quilmes y Boca), que lo bajó de la punta y le hizo perder terreno. Y el otro es que lo consiguió ante un Boca abúlico y opaco como este equipo xeneize, en el que parece no todos juegan en la misma sintonía.
Hay muchos enfoques posibles para este resultado, pero hay dos maneras muy disímiles de mirar este resultado. Por un lado, y sobre todo si se tiene en cuenta el objetivo supremo de sumar puntos, hay que decir que un punto de visitante y en la Bombonera no es para nada desechable. Pero por otro, y teniendo en cuenta las ilusiones y enormes expectativas que se había hecho el hincha leproso, hay que decir que este reparto de puntos tiene sabor a poco, y deja una mueca de insatisfacción muy grande en la gente.
Uno de los aspectos que seguramente dejarán tela para cortar es porqué el equipo rojinegro no quemó las naves en busca de una victoria que necesitaba como el agua para no perder terreno en la cima del torneo. Pero Newell’s, este Newell’s comandado por el Tata Martino, no cambia las formas. No lo hizo cuando ganaba y tampoco ahora que los resultados le están dando la espalda.
Es cierto que Newell’s tuvo la chance de ganarlo en más de una ocasión, y que por momentos manejó el desarrollo del encuentro, pero le faltó algo de profundidad y de agresividad en los metros finales como para quedarse con un triunfo que necesitaba para seguir pisándole los talones a Vélez.
La mejor cara la mostró en algunos pasajes del complemento donde puso en aprietos a Boca, a quien le generó varias situaciones de riesgo en las que pudo coronar el partido con un triunfo, pero por faltarle resto y precisión en los metros finales se quedó con una igualdad que parece escasa a esta altura.
Pudo ser de Maxi Urruti en el final, tocó ante la salida de Orión y cuando el balón se metía en el arco vacío, apareció la pierna salvadora de Sosa para evitar el gol. Y antes de eso lo tuvo Sperduti, tras una buena cesión de Scocco, Muñoz con un anticipo en el área que no tuvo buen final, y un cabezazo defectuoso de Maxi, al que le quedó incómoda.
También es real que en la primera etapa, y pese al dominio del balón, las mejores chances fueron para Boca, al punto de haber trasnformado al Patón Guzmán en la figura de esa etapa, al tapar cuatro situaciones claras de gol. Un mano a mano con Pool Fernández, un balón que encontró, tras un rebote en un defensor, otro remate que le tapó a Fernández, y la más importante la que le sacó en el final de esa etapa al desviar con la punta del botín izquierdo un remate desde dentro del área del chico Paredes, que tenía destino de red.
Mientras que en ataque generó poco y casi nunca tan claras como las de su rival, a excepción hecha de una llegada de Pérez en el final, que Pablo definió mal, tras un centro de la FIera Rodríguez.
Por todo esto, en otro contexto, se podría haber dicho que el empate ante Boca, en la Bombonera era un buen resultado, pero teniendo en cuenta que Newell’s está peleando arriba de la tabla y ante un abúlico rival, como este Boca, hay que decir que el empate no le dejó mucho y que le sirve de muy poco, por más que siga invicto y que el objetivo supremo, como dicen los protagionistas, sea seguir sumando para engrosar el promedio. (La Capital)