Liberaron a Carlos Ascaini, el narco que desató la crisis policial
Se trata de Carlos Ascaíni. En 2009 le pidió a la comisaría de Villa Cañás que le informara qué vehículos lo seguían. Lo averiguaron con una clave de la ex Drogas Peligrosas.
Carlos Andrés Ascaíni, que está procesado en un caso de narcotráfico de notoria sensibilidad política, recuperó la libertad tras pasar seis meses detenido. Este hombre oriundo de Villa Cañás, de 37 años, fue sorprendido, según el acta del procedimiento policial, transportando 1,2 kilo de cocaína y un arma de fuego ilegal en mayo pasado.
Al confirmarse el depósito de la fianza abandonó la cárcel de Piñero el martes para volver a su casa. El caso penal de fondo, que es motivo de controversia, no está resuelto. La discusión es si el operativo policial en el que fue detenido tiene validez para llevarlo a juicio o si sus defectos implicarán su desvinculación de la causa.
La causa que mantuvo a Ascaíni en un lugar central en las últimas tres semanas no fue esta, sin embargo, sino la que implicó la detención del ex jefe de policía provincial Hugo Tognoli. Ascaíni fue la persona que en noviembre de 2009 había pedido a la comisaría de Villa Cañás que le informara qué vehículos lo perseguían.
Para consultar sobre las patentes se utilizó una clave de la ex Drogas Peligrosas que había gestionado Tognoli como jefe de esa dependencia. La sospecha fue que en la policía provincial alguien suministraba datos a un supuesto narcotraficante para procurarle impunidad. Tognoli quedó el lunes con falta de mérito en este caso.
Responsable inscripto
Ascaíni aparece como contribuyente legal como transportista y comercializador de fiambres. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) interceptó su teléfono durante más de dos años y el contenido de las llamadas sugiere con elocuencia que se dedicaría al tráfico de drogas.
Sus vecinos de Villa Cañás y dirigentes políticos del departamento General López sostienen eso de viva voz. Y agregan que nunca fue molestado en sus negocios ilegales debido a sus acuerdos con la policía.
Pero Ascaíni, que no tenía antecedentes penales hasta entonces, fue detenido el 8 de mayo pasado por la Brigada Operativa de Drogas con sede en Venado Tuerto. El jefe de la patrulla, Alejandro Druetta, dijo que se acercó a un Audi 4 azul estacionado al pasar por el cruce las rutas 94 y 90, en Chapuy, y que descubrió adentro a Ascaíni con 1.168 gramos de cocaína, una pistola Browning 9 milímetros sin numeración y 5.004 pesos en efectivo.
Mar de dudas
A raíz de ello el juez federal Marcelo Bailaque procesó a Ascaíni por transporte de estupefacientes para su comercialización. Pero el expediente que lo mantuvo preso estos seis meses presenta notorias inconsistencias.
Es inusual que alguien detenido con un kilo de cocaína quede preso antes del juicio. Fuentes judiciales señalaron que a Ascaíni, no obstante, se le negó la libertad porque al ser detenido, según el acta policial, expresó que manejaba influencias que le evitarían ser perseguido. Eso implicó a criterio del juez riesgo procesal que lo mantuvo preso.
Pero el avance del expediente exhibió situaciones confusas en la actuación policial a las que el juez se refiere al conceder la excarcelación. Sostiene que las circunstancias variaron y que ahora el operativo policial es objeto de discusión. Cita por ejemplo que uno de los testigos del procedimiento, José Daniel P., dijo en el tribunal que los policías que habían detenido a Ascaíni le dijeron en qué lugar del auto debía mirar para advertir una bolsa transparente, que era donde estaba la cocaína.
Esto significa a criterio de la defensa tres cosas: que el testigo fue inducido, que la requisa del auto ya estaba hecha en ese momento y que los policías pudieron poner allí la droga.
Otra controversia es que la sustancia incautada resultó ser, según una pericia oficial del laboratorio químico de la ex Drogas Peligrosas, una solución de azúcar y anestésicos en un 96 por ciento con una concentración de cocaína de apenas el 4 por ciento.
Druetta, jefe del operativo, enfatizó que lo que secuestró fue cocaína de máxima pureza, lo que deja flotando la idea de que en medio de una frágil cadena de custodia alguien pueda haber cambiado la sustancia.
Fiscal vs defensa
¿Por qué el juez Bailaque decidió la excarcelación ahora? Porque sostiene que los elementos necesarios para dictaminar en el caso ya están asegurados. Pero el cuadro probatorio contra Ascaíni, al mismo tiempo, disminuye. Lo que no significa que no pueda llegar a juicio: él mismo ya lo procesó.
Pero la defensa, ejercida por Guillermina Almada, pidió su sobreseimiento, o al menos que se recalifique el delito atribuido, como tenencia de droga y no comercialización. «Nadie podría haber vendido como droga un kilo de azúcar», alega.
Ascaíni siempre sostuvo que la causa en su contra fue armada por los policías que lo capturaron. También niega tener relación con ningún policía. Algunas escuchas telefónicas pondrían eso en cuestión.
La fiscal Liliana Bettiolo insiste en la acusación y pidió una nueva pericia sobre la sustancia incautada. «La pericia dice que, de pureza, es cocaína en un 4 por ciento y el resto está compuesto por azúcares reductores, no reductores y anestésicos, pero no es azúcar de mesa o impalpable. Es clorhidrato de cocaína fraccionado con estupefacientes en los términos que determina la ley», precisó Bettiolo.
Ascaíni debió depositar una fianza de 20 mil pesos en el Banco Nación para ser liberado. El trámite se cumplió el lunes y el martes se verificó el pago. Algo que generará una oleada de perturbación en Villa Cañás donde hasta el intendente, Roberto Gizzi, expresó su inquietud. «(Ascaíni) tuvo un cambio muy importante en su vida. Ha generado un capital en muy corto plazo. Sabemos y lo dice la comunidad de la forma en que se manejaba», planteó hace una semana». (Sin Mordaza)