Maglio suspendió Crucero del Norte-Central por la lluvia y el martes, en la AFA, se reprogramará
Desde las 5.30 el agua no da respiro en Posadas. El partido era a 11 pero no se jugará hoy y, tras varias idas y vueltas, finalmente pasado mañana en reunión de comité ejecutivo de AFA se sabrá la nueva fecha.
El encuentro que debían jugar hoy Crucero del Norte y Rosario Central, por la 12ª fecha del torneo de la B Nacional, fue suspendido por la lluvia torrencial que cayó en las últimas horas sobre Posadas, capital de la provincia de Misiones.
El árbitro del encuentro, Carlos Maglio, verificó las condiciones del campo del juego del estadio Santa Inés y confirmó alrededor de las 10.17 que el partido, que debía iniciarse a las 11, no podía celebrarse por las malas condiciones del mismo, producto de la lluvia que cayó de manera ininterrumpida desde las 5.30 de la madrugada.
Según los presentes en el estado Guacurarí, el drenaje del campo de juego no fue el ideal: había zonas con grandes charcos de agua y los laterales estaban inundados.
Tras la suspensión se manejó la posibilidad de que el encuentro se disputara mañana desde las 16, pero las autoridades del Servicio Meteorológico destacaron la existencia de un alerta por tormentas fuertes para la zona y la continuidad de las mismas durante las próximas 48 horas.
Desde AFA querían que se jugara mañana e inclusive ordenaron a la terna arbitral que se quede en Posadas hasta el lunes día en que, según directivos de la Asociación del Fútbol Argentino, se debería jugar el partido por la tarde. La opinión de ambos clubes era contraria a esta postura en vista del pronóstico meteorológico que prevé que sigan las precipitaciones al menos por 48 horas.
En principio esta tarde se iban a reunir los presidentes de ambas instituciones con el referí y para determinar si finalmente mañana lunes se enfrentaban rosarinos y misioneros, pero la gestión de Maglio dio resultado y la suspensión fue definitiva, quedando para el martes en la reunión del comité ejecutivo de AFA la confirmación de la nueva fecha para el encuentro.
La previa antes de la suspensión
Noventa minutos de fútbol que no servirán para marcar una tendencia definitiva, pero que bien pueden oficiar de quiebre. Como un mojón de aquí en más. Si Central gana se podrá proyectar con la mirada crítica de siempre, pero al menos con un dejo de optimismo, algo que en Arroyito es difícil de encontrar. Si pierde, la crisis futbolística, hasta aquí pronunciada por el lugar que se la aborde, se agravará más. Los cuestionamientos se potenciarán y el círculo vicioso del malestar dará un giro más para cerrarse. No es una visión tremendista. Es real. Porque un mal resultado pondría más en jaque el proceso de Miguel Angel Russo. Y podría terminarlo. Quien soportó hasta ahora este momento por su ancha espalda. Pero Crucero del Norte es quien se cruza en el camino y la meta a sortearlo.
No hay una mejor forma de emparentar este momento de Central que con el resultado. Tener un excelente funcionamiento pero (sólo como posibilidad) ser víctima de la mala suerte y retornar a Rosario con las manos vacías es lo mismo que nada. A esta altura la cosa no se mide por funcionamiento. Eso quedará para otro momento. Y así será por un buen tiempo, al menos hasta que el equipo adquiera cierto grado de credibilidad. Y eso sólo se obtiene precisamente con los buenos resultados.
Que el presidente Speciale (uno de los protagonistas del despiste de ayer en Posadas, ver aparte) haya retornado al país, que la comisión directiva haya acordado en buenos términos los pasos a seguir respecto a convocar o no a la oposición, al respaldo absoluto hacia el entrenador, el no adelantamiento de las elecciones y todos los puntos que quieran ponerse sobre la mesa, son meros detalles. Sirven como plataforma en esto de pacificar el club, pero el momento indica, más que nunca, que los resultados mandan. Ni siquiera cuentan las variantes que Russo pergeñó para este partido.
La distancia con los puestos de ascenso está marcada. Para algunos podrá ser poca teniendo en cuenta todo lo que resta por jugarse. Para otros no tanto. Así, la cosa es blanco o negro. Sin medias tintas. Si no que lo digan los hinchas, a quienes un gol a favor los potencia y enceguece a la hora de exteriorizar la pasión y un gol en contra los une en el pedido de que todas las cabezas deben rodar.
Contra su forma de vivir lucha Central hoy. Y no hay otra cosa que aplaque los ánimos más que los triunfos. Por eso, la única misión en el mediodía de Posadas será sortear a Crucero para comenzar a encontrar el norte. Será cuestión de esperar que el partido transcurra. (La Capital)