Un curso entero se rapó para acompañar a compañero enfermo
Adolescentes de quinto año de una escuela de zona oeste rosarina se «pelaron» para demostrarle a un amigo que no estaba solo en su difícil camino. Detalles de una historia que conmueve.
El grupo de adolescentes, todos rapados, llama la atención. ¿Una promesa? ¿Alguna broma de fin de curso? No, la historia detrás de «los pelados» es más compleja y conmueve. Estudiantes de quinto año del Instituto Oeste, ubicado en Sucre y Santa Fe, decidieron demostrarle de una original manera a un compañero que no estaba solo en la lucha contra su enfermedad.
En el centro de esta historia está Leo, quien tras recibir un diagnóstico que a nadie le gustaría recibir debió comenzar un tratamiento que incluía quimioterapia. Entre los efectos no deseados está la pérdida de cabello. «Tenemos un grupo de Facebook, lo publiqué ahí para que no se sorprendieran al verme sin pelo», contó el chico.
Pero hay otros protagonistas de la historia, como Franco, quien por estos días se encuentra en su casa por una varicela. Fue él, cuentan sus amigos, al que se le ocurrió la idea. El que se la contó a Juan, el que la transmitió al resto del grupo y el que convenció –maquinita en mano– a todo el curso. Aunque mucha resistencia no hubo. A todos les quedó claro que era una muestra de amor hacia alguien a quien querían mucho y no la estaba pasando bien.
Leo recordó «esa» conversación con Franco. «Un día vino y me dijo: «Tengo una propuesta». Yo tenía la maquinita en casa, arrancamos y nos pelamos», evocó. «Vamos pelando uno por uno», le dijo Franco. Y Leo asegura que, de a uno, «fueron cayendo». Hasta que «el día de la primavera hicimos un asado y terminamos todos pelados».
«Es impresionante», reconoció Leo, emocionado por la solidaridad de sus amigos. «Son ellos mis seres queridos, ellos me hacen estar hoy donde estoy», aseguró. Son ellos los que lo ayudan «a seguir peleándola». Su tratamiento terminaría en algunas semanas. «Quiero terminar, hacer una joda y olvidarme de todo», anticipó. Entre sus planes, estudiar para martillero público. Y, claro, más allá de terminar el secundario y lo que venga después, seguir siempre en contacto con sus amigos. (Rosario3)