Murió Ibérico Saint Jean, el militar represor que quería matar a todos
El exgobernador de la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura cívico-militar tenía 90 años, era juzgado por crímenes de lesa humanidad y no llegó a ser condenado. Además de ser reconocido por sus tropelías, se lo recuerda por una frase que pronunció en 1977 durante una cena entre oficiales: «Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos».
Ibérico Saint Jean murió ayer en el Hospital Central Militar estaba procesado por los delitos que se le imputan en la causa conocida como Circuito Camps, en la que está imputado por un caso de homicidio y por el de co-autor material de privación ilegal de libertad y tormentos en 61 hechos (aunque en plena democracia se jactó de haber hecho desaparecer a «cinco mil subversivos»).
La causa es investigada desde septiembre de 2011 por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que juzga a 26 imputados por los hechos ocurridos en Circuito Camps y también los sucedidos en la casa de `Teruggi-Mariani` de la ciudad de La Plata, incluida la apropiación de la menor Clara Anahí. Entre los casos que se le imputaban a Saint Jean se encuentra el secuestro y las torturas sufridas por el periodista y director del diario La Opinión, Jacobo Timerman, ocurrido el 15 de abril de 1977.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, definió al exinterventor de facto como «un ser que violó los derechos humanos, dañó al país y a la sociedad» y como a «un personaje al que la doctrina de la seguridad nacional le borró la ética, los valores, la dignidad y lo transformó en instrumento de la muerte y no de la vida». Además, afirmó a Télam: «Más allá del respeto por la muerte de un ser humano, lamento que (la muerte) haya llegado antes que su sentencia».
Por su parte, Osvaldo Papaleo, hermano de la viuda del dueño de Papel Prensa, David Graiver, aseguró que Saint Jean «representó el puntal del Circuito Camps en Buenos Aires y fue uno de los más altos responsables de la represión en la provincia». «Con sólo sostener a (el general Ramon) Camps como jefe de la Policía bonaerense y tener como ministro a una figura destacada en el derecho como Jaime Smart, se lo puede definir», remarcó.
Nilda Eloy, dirigente de la Asociación de exDetenidos Desaparecidos recordó la figura de Saint Jean como la de quien «no vino a hacerse cargo de la Provincia para combatir el narcotráfico como dijo, sino para asegurarse de la concreción de un genocidio». «Fue un militar que estaba convencido de lo que hacía, y eso lo hacía más responsable, por eso lamentamos que no haya tenido condena antes por la lentitud de los procesos judiciales». (Página 12)