Policías gays se casan y afirman que en la fuerza «están contentos»
Dos policías de la Unidad Regional II darán el «Sí, quiero» en el Registro Civil y ante una iglesia evangélica. Será la primera boda gay de Latinoamérica con bendición religiosa.
«Están todos contentísimos. Mis compañeros quieren saber cuándo es la joda». César, un policía de la Unidad Regional II, resumió con esas palabras el espíritu que reina en su lugar de trabajo ante el matrimonio que contraerá en unos días con mariano, ni más ni menos que su compañero de trabajo. La historia de los policías que se unirán en matrimonio no sólo es singular por tratarse efectivos de una misma fuerza de seguridad. Es que la pareja también recibirá la bendición de una iglesia evangélica.
Mariano contó algunos pormenores de cómo una pareja de policías llega a consolidar sus derechos a partir de la ley de matrimonio igualitario. Mariano y César trabajan en planta administrativa de la Unidad Regional II.
«El año pasado hubo una chica en la fuerza que se casó con otra, pero que no era agente. Nosotros hace cinco años y medio que salimos, y cuatro que convivimos. Decidimos casarnos en una charla que tuvimos hace rato, incluso antes de la ley. Tengo que decir que la policía cambió mucho. De la época de mi suegro, que fue suboficial mayor, a ahora cambió muchísimo. Hoy se está aggiornando», sostuvo César.
El policía contó a La Ocho que el casamiento por Registro Civil será el 26 de octubre por la mañana y la ceremonia religiosa será el 27 por la tarde. La madrina de la boda será Anggie, la primera policía trans que trabaja también en la Unidad Regional II. «Anggie es una amiga. Es una persona que peleó mucho para llegar dónde está y cómo está. Por eso la elegimos como madrina»», agregó.
Mariano contó que ingresó a la policía después de conocer a Mariano. «Eramos pareja desde antes de que ingresara a la policía. Cuando me incorporé a la fuerza todos conocían mi condición sexual y sabían que éramos pareja. No tuve problemas internos. Nunca hubo una palabra de discriminación, jamás.», agregó.
César se refirió a la cuestión religiosa y en la aceptación que obtuvieron de una iglesia evangélica para «bendecir» a la pareja. «Hay uno que nos ama a todos por igual. Hay gente que lo entiende y gente que no. Eso va en una cuestión más personal de cada uno. Cada cabeza de iglesia decide si le parece o no. El que juzga es el hombre, no Dios», confió. (La Capital)