El poder nuclear pakistaní disuade a Al Qaeda
EL PODER NUCLEAR PAKISTANI DISUADE A AL QAEDA
En esta columna, horas después que asesinaran al embajador norteamericano en Libia, anticipamos la ola de violencia que se desencadenaría en países de Medio Oriente. Es más, pusimos blanco sobre negro las posteriores decisiones de Obama al respecto.
Las protestas se convirtieron en actos sanguinarios en Pakistán e India, así como en Kabul, Afganistán, donde una mujer suicida, pertenenciente al grupo Hezb-e-Islami, embistió con un coche bomba a una furgoneta, matando a 16 trabajadores sudafricanos.
El referido grupo insurgente es el segundo en importancia en Afganistán, detrás de los talibanes. Anteriormente el grupo terrorista había atacado en inmediaciones de un cuartel de la Organización del Tratado de Atlántico Norte, dejando una estela de cinco muertos y seis heridos
En la ciudad de Peshawar –Pakistán- también hubo manifestaciones antinorteamericanas y en un comunicado Al Qaeda elogió el asesinato del embajador yanqui en Libia Christopher Stevens, a la vez que amenazó con ataques en Argelia, Túnez, Marruecos y Mauritania.
Obviamente, tras la muerte de Osama Bin Laden, fundador y líder espiritual de Al Qaeda no decayó. Pocos se atreven a admitir desde las embajadas que para su muerte el terrorista islámico ya estaba escindido del manejo de las operaciones, ya que sólo tenía importancia simbólica. Los terroristas musulmanes le agradecerán eternamente haber creado un movimiento global descentralizado en grupos con un solo denominador común: la ideología.
Mohamma Omar Abdel Arman, quien combatió junto a Bin Laden en Afganistán admitió en su momento que éste último “no comandaba al grupo desde hacía una década” y que sólo era mencionado por el ex presidente Hosni Mubarak, en Egipto para justificar su permanencia en el poder.
En el mundo musulmán –no dicen- la muerte de Laden sirvió transitoriamente para simbolizar el desplazamiento de la violencia hacia otras formas de participación política. Hoy la Hermandad Musulmana dejó de lado esa teoría para regresar a la agresión directa y a la amenaza constante al afirmar que “Estados Unidos ya tendría que haber abandonado totalmente Irak y Afganistán”.
Al Qaeda sigue teniendo bases en Yemen, África del Norte y Somalia, aunque estaría siendo observada en la Península Arábiga, mientras que en Pakistán la confianza en sus fuerzas habría caído significativamente.
Precisamente, en este último país se siguen de cerca los movimientos de Al Qaeda, ya que se asumió que su reputación en Estados Unidos ha sido afectada por su programa nuclear, sobre el cual no hay información adecuada.
La visión geopolítica de Pakistán
Es el punto de enlace entre el Medio y el Lejano Oriente y está rodeado por tres potencias nucleares: China, India e Irán.
Su población está compuesta por 77 % de musulmanes sunnitas, un 20% de musulmanes Shiítas y un 3% de indúes y cristianos.
En una de sus conferencias el general Khalid Kidway, el mayor especialsita en India sobre temas nucleares señaló que la población pakistaní “es una mezcla de conservadores y moderados y en ella no hay lugar para los extremismos”. Esa posición le permitió crecer a Pakistán casi 10 % promedio recientemente. Sus Fuezas Armadas y la clase media han sido educadas y moldadas de acuerdo a tradiciones colonialistas inglesas.
Pakistán, potencia nuclear
Es coincidente la clase militar y la media pakistaní en que el país entró en el círculo nuclear mundial obligado por la derrota militar sufrida en 1971 y por sufrir una prueba nuclear hindú realizada en 1974 a 100 kilómetros de su frontera.
Es así que decidieron no volver a combatir desde una posición de debilidad estratégica, ya que el evento fue tomado como una cuestión de supervivencia nacional. Esa circunstancia, en la década del 90 los obligó a pasar de un programa nuclear abierto a otro secreto y disuasorio.
Pakistán tiene claro que EE.UU. lo utiliza, por su poder atómico, como balance estratégico en el sudeste de Asia, mientras que el gobierno pakistaní quiere que los norteamericanos apoyen su posición geopolítica respecto a Cachemira.
La posibilidad de conflicto aún persisten, ya que Pakistán no posee adecuados sistemas de alerta temprana ante un ataque nuclear hindú.
El poder de disuasión pakistaní
El gobierno de Pakistán sabe que Al Qaeda y los hindúes no lo atacarán gracias a su poder de disuasión basado en adecuadas fuerzas convencionales y no convencionales.
El aspecto fundamental de su empleo está supeditado a la cadena de comando militar y civil con restricciones específicas. No transferirá materiales críticos y apoyará la instauración de sistemas de controles universales.