Muy Chiquito

Argentina jugó muy mal. Sólo el buen partido de Romero (atajó un penal y sacó varias más) y la suerte le permitieron empatar en Perú y quedar como líder en la tabla. ¿Messi? No entró nunca en el partido.

Sin la pelota, sin fantasías que lo salven, sin solidez en la última línea, sin fútbol. Argentina jugó mal y si no fuera por Sergio Romero y la suerte, debería haberse vuelto de Perú sin puntos.

Los síntomas positivos que venía mostrando este equipo pasaron a un cuarto intermedio, no viajaron a Lima y se quedaron en Buenos Aires. Porque el equipo no leyó nunca lo que pasaba. Y si lo hizo, no supo cómo resolverlo.

La preocupación por cómo iban a marcar a Messi, si marca personal o no, si le iban a ir duro… Pero ni Leo ni la Selección completaron un nivel aceptable, que permitiera que el equipo reaccionara. Romero sostuvo como pudo. No sólo por el penal que tapó en el arranque, sino porque puso en cancha su solidez en momentos en que la defensa daba de temer. En un muy mal partido de Rojo, Farfán se hizo una fiesta por el sector izquierdo de la última línea argentina y no hubo forma de solucionar el problema.

Sin circuito de juego, Gago muy presionado no estuvo fino, la voracidad de un goleador como Higuaín permitió que el equipo estuviera vivo al menos en el resultado. La suerte nos dio una mano porque no siempre un rival te va a llegar seis veces claras y te va a hacer sólo un gol.

El punto lo dejó solito en la punta de las Eliminatorias, pero desnudó que es de carne y hueso. Un punto muy chiquitito

(Ole)