«No queremos dejar sin recursos al gobierno provincial como proponen Bielsa y Lacava»
El diputado provincial del Frente Para la Victoria y referente nacional del Movimiento Evita, Gerardo Rico brindó una entrevista al diario local La Capital en donde analiza variados temas de la agenda política provincial y nacional entre los que se encuentra la polémica Reforma Tibutaria impulsada por el gobierno de Antonio Bonfatti. A continuación, reproducimos la entrevista de forma íntegra.
El Movimiento Evita (ME) es en la provincia de Santa Fe la más importante dentro de todas las organizaciones que apoyan el proyecto que nació con la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada, el 25 de mayo de 2003.
La agrupación está apoyada en diferentes frentes de masas: la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), el Movimiento Universitario Evita (MUE), la Juventud Peronista (JP), Sindical, Territorial, Agrario, Diversidad, Profesionales y Mujeres.
“Nuestro crecimiento es imparable porque el pueblo argentino está mejor y porque es un crecimiento que surge desde abajo, con la juventud militante como nuevo sujeto histórico y principal protagonista en este proceso político”, asegura el diputado provincial Gerardo Rico, miembro de la mesa nacional del ME que encabeza Emilio Pérsico. La conducción provincial recae en su secretario general, José Luis «Pepe» Berra.
Eduardo Toniolli es también diputado provincial y secretario general de la Departamental Rosario del PJ. Integra con Rico el bloque Movimiento Evita en la Cámara baja santafesina.
En diálogo con La Capital, Rico aseguró que “expulsarlo de este proceso a Scioli es un error estratégico”, al tiempo que precisó: “La reforma impositiva que aprobó el Senado (provincial) es realmente irrisoria”.
—¿Cuál es su evaluación de la gestión de Antonio Bonfatti?
—En la apertura de las sesiones ordinarias, dio la sensación de que para Bonfatti no hubieran pasado cuatro años. Fue una fotocopia de la apertura de las sesiones ordinarias del 2007 por Hermes Binner. Parece que el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) estuviera recién asumiendo la Gobernación. Hay una gran incapacidad de gestión. Esto tiene tres vertientes: nula experiencia de gobierno, una falta de los cuadros necesarios y por último un aumento inusitado del gasto público. Además de un exceso de viáticos, lo más emblemático es el tan mentado Gabinete Joven. Algo que no tiene nada que ver centralmente ni en la administración ni en la decisión política. Se trata de cincuenta «jóvenes» que asesoran a la administración, lo cual significa una duplicación absoluta de cargos sin ningún valor real y concreto.
—¿Qué visión tiene la bancada del ME en Diputados acerca de lo que acaba de aprobar el Senado sobre la reforma tributaria?
—Lo que primero definimos con Eduardo Toniolli, mi compañero de bancada, y la mesa provincial fue lo conceptual. Nosotros decimos que acá hubo una experiencia en los gobiernos de Carlos Reutemann y Jorge Obeid que tiene que ver con no aumentar impuestos. Es una teoría económica relacionada con una concepción político-ideológica. Nosotros no estamos de acuerdo, y creemos que una política peronista de reforma tributaria tiene que ver con que paguen más los que más tienen y menos los sectores más desposeídos. La bandera de toda la gestión Reutemann-Obeid no tiene nada que ver no sólo con el peronismo revolucionario sino con la ortodoxia peronista. Luego tenemos la experiencia de la gestión de Binner, continuada con la actual de Bonfatti, donde en cuatro años y medio quienes se autotitulan socialistas en realidad no cambiaron la matriz económica histórica. Creemos que acá hay un gran acuerdo entre el socialismo, el radicalismo y los senadores peronistas, donde se busca una reforma tributaria recesiva que no tiene nada que ver con lo que quienes acompañamos este proyecto nacional y popular desde el 2003 tratamos de buscar: la equidad, tanto en el plano social como cultural y económico. Este cuestionamiento lo hacemos claramente hacia los senadores peronistas, que por un lado dicen que se identifican con este proceso, pero las políticas que defienden no tienen nada que ver con el mismo.
—Esto cobra mayor entidad, si consideramos que se está hablando de actualizar el exiguo gravamen que pesa sobre los propietarios de la cuenca sojera más importante de la Argentina y una de las más grandes del mundo…
—Exacto. En particular, respecto del impuesto inmobiliario rural (IIR), decimos que no hay un revalúo fiscal desde 1974. Lo que se cobra de IIR tiene que ver con lo que valía la tierra hace 38 años, que en ese momento era de 500 dólares la Ha. En la zona sur de la provincia, este valor está hoy en 18 mil y 24 mil dólares la Ha. Nosotros planteamos que el impuesto tiene que ser segmentado, porque no es lo mismo el sur de la provincia que el norte. La reforma impositiva que aprobó el Senado es realmente irrisoria.
—¿Cómo se prevé el tratamiento en Diputados?
—Lamentablemente, tenemos una bancada peronista muy atomizada. Creo que la media sanción no se va a aprobar. Pero no hay una propuesta alternativa que aglutine al conjunto.
—¿Conceptualmente cuál es la propuesta del ME?
—Están los posicionamientos. Hay uno sostenido por María Eugenia Bielsa y Mario Lacava (avalado por el diputado nacional Oscar «Cachi» Martínez) que tiene que ver centralmente con no darle recursos a este gobierno. Estamos en contra de eso. Nosotros no nos hacemos cargo de esta administración, a la vez que cuestionamos toda la forma de distribuir el gasto público. Pero decimos que la culpa es del FPCyS y no del pueblo que lo votó. Teniendo como norte la búsqueda de la equidad, si no materializamos una reforma tributaria y no facilitamos los recursos, nos enfrentamos a que en muy poco tiempo los empleados del Estado provincial no puedan cobrar sus sueldos. Además, como oposición y siendo mayoría en las dos Cámaras, tenemos la responsabilidad de apuntar a que este gobierno sea lo mejor posible para el pueblo.
—¿Qué papel está jugando el ME dentro de la Corriente Nacional de la Militancia?
—Creemos que es buena esa consigna que sale del acto de Vélez, en cuanto a “estar unidos y organizados”. Queremos la articulación concreta de todos los que acompañamos este proceso. Creemos correcta la metodología organizativa que apunta a conformar una «masa crítica» para que este modelo continúe. En lo que no estamos de acuerdo es que la cosa sea “estar unidos y disciplinados”, y esa es la mayor diferencia metodológica que tenemos con La Cámpora, sumada a otras divergencias políticas y organizativas. Debemos recrear el proceso de crítica y autocrítica, sin sectarismos.
—Además de una mayor horizontalidad en la praxis política…
—Sí. Y no podemos aceptar que todo está bien. Estamos absolutamente convencidos de la necesidad de apoyar este proceso. Pero también creemos que otra forma de apoyar es «decir que no» cuando hay alguna cosa que nos parece errónea.
—¿Cómo es la relación con la Corriente Peronista Descamisados (CPD)?
—Los compañeros de la CPD tienen, no me cabe ninguna duda, un pensamiento muy similar al del ME. Además, son muy «militantes», algo que para mí es muy importante.
—¿Qué posición tiene el ME respecto de las tensiones entre la presidenta Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli?
—En principio, creo que la capacidad de la política tiene que ver con no agudizar las contradicciones, sino lograr que éstas convivan «dentro del Estado». La mejor manera de tener políticas sociales es cuando se procesan dentro del Estado las contradicciones que existen en el territorio. En el Ministerio de Trabajo queremos que los trabajadores sean «parte» del mismo, no poner la contradicción afuera. En el Ministerio de Acción Social queremos que estén aquellos que trabajan la política territorial. Ante la contradicción tenemos dos alternativas: se la reprime o se la contiene y soluciona. Nosotros estamos absolutamente en contra de la represión. Respecto del tema Scioli, creo que comete un error político al lanzar su candidatura para el 2015. No era el momento. Hay que preservar la mayor unidad posible con miras a las legislativas del 2013. Todavía no somos el «hombre nuevo», y tenemos que construir política con quien no opina exactamente como nosotros. Scioli no tiene nuestra concepción, pero debe seguir en este modelo. Expulsarlo de este proceso a Scioli es un error estratégico.
—¿Y el caso del conflicto con la CGT de Hugo Moyano?
—Desde el punto de vista sindical, la CGT tiene derecho a pedir las reivindicaciones históricas que le son propias. Todo es discutible y Moyano fue uno de los pocos que combatieron al neoliberalismo. Pero creo que se equivoca profundamente cuando quiere trasladar la reivindicación gremial al terreno político. Allí se «separa» de un proceso que lo benefició. (La Capital)