Procrear suma 4 mil fuentes de trabajo en Rosario
Tras la concreción ayer del primer sorteo en el calendario del Programa Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, del que participaron entre 1.500 y 2.000 rosarinos que cuentan con terreno propio y quieren lanzarse a construir, en la Uocra local ya empezaron a ver el tema con detenimiento y –aunque todavía cautas– con no pocas expectativas. Ocurre que el programa –financiado por la Ansés con tasas subsidiadas por el gobierno nacional y requisitos mínimos de acceso– atrajo a muchos más interesados: sólo en la ciudad, entre los que tienen un lote y los que no, pidieron turnos en el Banco Hipotecario más de 20 mil personas, nada menos que la quinta parte de los créditos disponibles para todo el país. Semejantes números sorprendieron al gremio de la construcción, que semanas atrás denunció que en el sector se perdieron mil puestos de trabajo en lo que va del año. Esa situación puede ahora cambiar por completo, ya no por grandes obras públicas o emprendimientos inmobiliarios privados, sino por una sucesión de obras menores: un cálculo conservador indica que no sólo se revertiría la pérdida sino que podría generarse en el tercer y cuarto trimestre del año una demanda de trabajadores a contarse por miles.
Según el delegado normalizador de la Uocra en Rosario, Sixto Irrazábal, la situación entre los trabajadores del sector iba a menos: por ello hace dos semanas los cascos salieron a la calle en una ruidosa movilización hacia la sede local de Gobernación, frente a la plaza San Martín. La protesta fue para hacer pública la tensión por el amesetamiento de la obra pública. Según el gremio, centenares de trabajadores estaban en zona de riesgo. Muchos, por quedar en el medio entre obras que finalizan etapas, como la primera franja de viviendas de Zona Cero. Otros por las que no arrancan, como el Puerto de la Música y el Predio Ferial Rosario. Y otros por iniciativas que van menguando en ritmo, como el Hospital Regional.
“Cuando una obra termina, por lógica los compañeros no tienen más nada que hacer. Y si la otra no arranca, quedan en el aire”, explicó Irrazábal a El Ciudadano. Tras la protesta, la dirigencia de la Uocra mantuvo varias reuniones con el gobierno provincial –la última fue ayer con la cartera de Trabajo– y empezaron a aparecer datos tranquilizadores en cuanto a la reactivación de la obra pública: la segunda etapa del Centro de Justicia Penal –donde estaba el viejo Heca– y la ampliación de Ovidio Lagos en la salida serían las que arrancarían en punta, y entre las dos sumarían no menos de 100 puestos de trabajo.
De lo general a lo particular
Pero en el medio de las reuniones se hizo el primer sorteo del plan Procrear. Y de allí surge una cuenta que llama la atención: para hacer una casa, se requiere el trabajo directo de 4 o 5 personas. Y si se multiplica por 1.000 –que es apenas el 1 por ciento del total de créditos Procrear en la primera etapa y va en línea con la cantidad de rosarinos que entraron en el primer sorteo, de los cuales la mitad o poco menos pasarían a la siguiente etapa– en forma inminente podría hablarse de una demanda del cuádruple o más de los puestos de trabajo en la construcción que se perdieron o están en riesgo.
Claro está, no se trata de grandes obras públicas o desarrollos privados, sino de multitud de pequeñas y particulares. Pero el efecto multiplicador sería el mismo: en la Uocra marcan que por cada 5 obreros de la construcción trabajando, hay además otros 8 o 10 trabajadores que se mueven al compás en forma indirecta: venta de materiales, transporte, electricidad, gas, plomería, pintura, vidrio, entre muchos otros, son rubros íntimamente ligados al ladrillo. “La construcción se mueve con 102 rubros alrededor”, puntualiza el dirigente de la Uocra.
En resumidas cuentas 1.000 créditos Procrear para Rosario implican la construcción de igual número de casas, ya que se trata de un plan estrictamente implementado para ello, y que incluso liberará distintos tramos del crédito contra certificados de obra, que se darán por lógica conforme avance la construcción. En esa línea, mil casas significan entre 4 y 5 mil puestos de trabajo directos.
¿Puede el mismo grupo de obreros trabajar en dos construcciones al mismo tiempo? Irrazábal responde que no. “La construcción necesita 8 horas”, sostiene el gremialista.
Si bien eventualmente los trabajadores pueden dividirse los turnos entre una obra que avanza a ritmo más rápido y otra más “tranquila”, eso sólo ocurre en las construcciones que llevan adelante los vecinos sin apelar a créditos, por lo cual las obras dependen de su capacidad de ahorro y no escapa a lo común que se hagan por tramos.
Diferente sería el caso de los préstamos hipotecarios: Irrazábal arriesga que los tomadores buscarán ir lo más rápido posible, y eso implica “unos cuatro meses” de trabajo por equipo de obreros. Es que el dirigente también supone que así se organizarán los trabajadores, lo que les posibilitará ofrecer un servicio “llave en mano” para las viviendas de Procrear. Incluso en la Uocra no descartan un plan de capacitación acorde con los planos propuestos por el Banco Hipotecario para la Zona Centro.
“Donde vamos a tener que pensar cómo hacer es con el blanqueo de la gente”, marcó el dirigente de Uocra, aunque todo indica que ahí el “trabajo decente” correrá con ayuda oficial: al tratarse de un préstamo al que se accede por calificación y con un sistema de controles, no parece que habrá demasiadas grietas para el trabajo en negro. Por las dudas, ya la ONG Manos a la Obra, del albañil Narciso Cantero, presentó una idea en el Concejo Municipal para empujar la seguridad laboral en la autoconstrucción y en obras menores. (El Ciudadano)