El hombre más rico del mundo propone trabajar once horas al día hasta los 70 años

Ginebra (EFE). Carlos Slim, el mexicano que amasa la fortuna más grande del mundo, cree que los países con alta deuda pública y déficit elevados solo tienen tres soluciones para sanear sus cuentas, además de subir la edad de jubilación: aumentar los ingresos, reducir el gasto y vender activos, en especial infraestructuras.

“Si se quiere mejorar las cuentas no hay muchas más soluciones que subir los ingresos a través de los impuestos, bajar el gasto público o vender activos: quien tenga autopistas que las venda, aeropuertos que los venda, sectores energéticos que los venda, y así permitirá la inversión privada en sectores estratégicos y ello dinamizará la economía”, sugirió hoy Slim.

CONFERENCIA EN GINEBRA
El millonario fue el invitado de honor de la serie “Conferencias de Ginebra”, que tienen lugar en la sede de la ONU desde hace tres años y en las que ya han participado el expresidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov o el exgerente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn, entre otros.

Aunque el título de la conferencia en la que intervino era “Cómo están impactando las nuevas tecnologías en el mundo empresarial y cómo están cambiando el mundo?”, Slim ni siquiera mencionó este tema.

Por el contrario, en su intervención inicial se dedicó a hacer un repaso de la evolución humana desde la gran glaciación y, en la posterior serie de preguntas y respuestas, las cuestiones fueron de muy diversa índole.

INNOVADORAS SUGERENCIAS
Además de sugerir la “venta de activos públicos”, Slim recomendó a los mandatarios de países con problemas que suban la edad de jubilación hasta los setenta años “porque el límite de sesenta se estableció cuando la gente se moría a los sesenta o poco más, ahora vivimos hasta los 85 o los 90”.

No obstante, el exitoso empresario, que vende servicios de tecnología de la información a más de 250 millones de personas, afirmó que, una vez superada la barrera de los sesenta años, las personas que continuaran trabajando “podrían hacer jornadas semanales de 35 horas, en lugar de 40”.

Otra opción planteada por Slim y que esta abierta a todos los empleados sin distinción de edad sería trabajar tres días a la semana en jornadas de “10 o 11 horas, para tener libres otros cuatro días y dedicarlos a innovar, a crear”. (El Mercurio)