730 días de voluntad suprema o la diaria labor periodística
“Yo sé, dirás, muy duro es aguantar; más quien aguanta es el que existe”, canta con voz aguardentosa Ricardo Iorio en una de las clásicas letras del grupo Almafuerte. Esa quizás es la misión más importante del humano en la tierra: sobreponerse a toda adversidad para preservar la vida, el capital más valioso. Porque sin lucha, sin esfuerzo, sin tesón, nada se consigue; y si se alcanza el objetivo sin la ayuda de estos sustantivos, el resultado positivo no deja el mismo sabor en los labios que una victoria cosechada con sudor.
Hace exactamente dos años o 730 días, Cuna de la Noticia nacía para generar una alternativa comunicativa desde la ciudad de Rosario. Un lugar de expresión de diferentes puntos de vista. Un espacio aperturista con base en el análisis crítico y la variedad de opinión.
Como equipo de trabajo transcurrimos momentos de extrema tensión y punzante crisis interna, pero siempre primó el deseo de continuar con un proyecto autónomo alejado de esa mano poderosa que promete ingentes posibilidades de progreso, a costo de un vil sometimiento. Es dura la tarea periodistíca, que requiere de una voluntad suprema y una constancia rutinaria difíciles de conseguir para la connatural debilidad humana.
Nuestra propuesta informativa es una propuesta que reconoce matices y no solamente blancos y negros. Creemos que, efectivamente, la objetividad es una nube de humo inasible la mayoría de las veces servil a la mentira, como sobradamente ha mostrado la realidad a lo largo de la historia del mundo. Pero, al mismo tiempo, esa utopía es la bocanada de vida que necesita la labor periodística para no saberse prostituida, no sentirse cansada en la vejez del discurso agobiante.
No desdeñamos el periodismo militante, al contrario, lo saludamos, pero por militante junto a Tomás Eloy Martínez no entendemos al trabajo informativo como “un circo para exhibirse, ni un tribunal para juzgar, sino como una herramienta para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”. En conclusión, un periodismo no exclusivo de un pensamiento en particular, sino militante por la misma causa periodistica: la libertad para que cada individuo en un mundo libre pueda manifestar su parecer, sin perjucio de su persona por hacerlo.
De igual manera, como medio autogestionado no podemos más que dejarnos embargar por la desbordante felicidad de ser partícipes de una nueva era auspiciada por la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Ahora, nos inclinamos frente a esta iniciativa que acaba con una obsoleta reglamentación alumbrada en épocas de gobiernos inconstitucionales, pero bregamos y seguiremos bregando por una auténtica libertad comunicativa para el pueblo argentino que posibilite su natural expresión. Nueva Ley de medios sí, cambio barato actores monopolicos no.
Cómo artífices de nuestro propio destino este el camino que intentaremos transitar a futuro, mejorando a cada paso la propuesta para satisfacer debidamente los requerimientos del lector. Cuesta, pero nos gusta hacerlo.