Martino: «El fútbol argentino es histérico, tramposo y ventajero»
Gerardo Daniel Martino llega con prisa, saluda con afecto y no demora el comienzo de la entrevista. Critica, cuestiona, pone en evidencia los males del fútbol argentino, se sale de las convenciones. Newell’s lo atrapa y él se deja envolver por el orgullo. Mantiene las ideas claras, apabulla con su franqueza. Contesta con ganas ante la primera y simple pregunta sobre cómo se siente por estos días, a cinco meses de iniciado el ciclo. «Contento por dirigir aquí, por el momento y sobre todo por la decisión tomada. Segundos después de firmar sabía que éste era el lugar. Nunca me reproché la decisión, todo lo contrario. Inmediatamente estuve seguro qué era lo que tenía que hacer y mucho más con el correr de los días, principalmente al estar involucrado con los jugadores, con otros aspectos del club. Y ahora, contento por el buen rendimiento y por haber armado un equipo competitivo.
-¿Con qué futbol argentino te encontraste?
-Mi visión es que el fútbol argentino es apocalíptico. No deja de ser la opinión de un tipo más. El fútbol argentino es histérico, tramposo, ventajero. Me llevo mal con eso. Pero siempre dije que cuando uno trabaja en el fútbol argentino, no tiene que hacerlo jamás pensando que va a cambiar algo. Se entra o no se entra, pero siempre conociendo las reglas del juego.
-¿Nada te sorprendió para bien?
-Corroboré en todo caso lo que veía estando afuera, pero que desde ese lugar no se sufre tanto.
-¿Cómo es la relación con los jugadores, considerando, por ejemplo, que Lucas Bernardi te tiene de ídolo y, en cambio, otros chicos probablemente apenas sepas quien sos?
-Mi llegada generó revuelo y supongo que alguno entró a Internet para saber quién soy yo. Tampoco es indispensable que el jugador conozca la vida futbolística del entrenador de turno. Lo único que te avala adelante del jugador es la forma de trabajar, el día a día, como llevás al grupo; el contacto que tenés con ellos, cómo juega el equipo, ésas son las cosas que te sostienen. Lo otro, tu historia, te alcanza un día, dos, tres… Y después, cuando te vieron que vos tenés los mismos defectos de cualquier mortal, se terminó el encantamiento.
-Valdano dijo hace poco que el futbolista hoy es «el único héroe». ¿Coincidís?
-No sé si es el único héroe, algunos trabajan en condiciones difíciles. Los jugadores llevan una carga muy importante, porque son los encargados de profundizar o disminuir todas las frustraciones de la gente y es muy difícil convivir con eso. El jugador está preparado para entrenar, jugar, ser mejor que el rival, y ganar. Esto ha cambiado tanto en tan poco tiempo, y no sé si ellos se han preparado de una manera mucho mejor para soportar la situación.
-¿Cómo te llevas con los halagos? Desde que llegaste, todos hablan bien…
-Empalagan mucho… (interrumpe antes que termine la pregunta)
-¿Te molestan?
-A nadie le puede molestar, sería desmedido decir eso, pero si empalaga. Además me pongo en el lugar de los otros responsables de esta situación que han mejorado, y somos muchos los que trabajamos para salir de esta situación difícil. A veces me gustaría desaparecer del sistema y que no se hable nunca más. Para eso hay que dejar de dirigir. Cuando trabajaba en Paraguay no sentía que la cosa era así, no lo palpaba tanto. Desde la Copa América en adelante, que ya me quedé en la Argentina, me cuesta vivir de esta manera. A veces hay que tratar de salir de la visión de todos porque quedás muy expuesto.
-Entonces, ¿cuál es la incidencia del DT en este proceso?
-Todos los que forman parte de un grupo que compite tienen su grado de importancia. Pero no podría cambiar el discurso que tuve cuando era jugador, cuando pensaba que el futbolista es el más importante por el hecho que son los que deciden y los que llevan adelante una idea. El entrenador puede tener la idea más linda del mundo, pero si los jugadores no la ejecutan bien…, no pasa nada.
-¿Y qué virtudes debería tener un técnico?
-Primero, acertar la idea de juego con respecto al plantel con el que cuenta; luego, lograr un compromiso colectivo que sea importante y que no sólo sea de los once que juegan. Tercero, plantear objetivos y que los jugadores estén de acuerdo y reconozcan que se pueden llevar a cabo. De lograrlo, se puede hacer fuerte y mostrar su incidencia.
-¿Hay menos talento en el fútbol argentino?
-No te lo puedo contestar. El contexto y el entorno es tan difícil… Probablemente llevás al mismo jugador a un fútbol menos histérico y triunfa, y acá no. ¿Será porque el fútbol es tan competitivo como decimos o será porque acá hay muchas urgencias? Me planteo por qué todos los N° 10 que van a Chile juegan bien, son transferidos a Brasil y siguen jugando bien, y acá no pudieron hacerlo. Es sólo porque es más físico, como se dice habitualmente, o será porque el contexto en el que se juega les impide expresarse.
-Y se lo cataloga como fracaso.
-Claro, porque seguimos pensando que somos los «número uno» porque decimos que el que no juega acá o no dirige acá no puede ser nunca un tipo exitoso. Es cierto también que quien dirige acá, estaría preparado para dirigir en cualquier parte del mundo. Pero no por lo competitivo, sino por todas las cosas de las que tenés que ocuparte en este fútbol.
-Por ejemplo?
-Que todo el mundo cobre, que la barra brava no te venga a apretar. No es sólo jugar, competir, ganar, e irte. Hay cinco o seis frentes. No están dadas las condiciones para que un futbolista sólo piense en jugar.
-Escuché decirte que se ha desdeñado la estética.
-Se desprecia la estética. El resultado disimula todo. Incluso los comentarios de un partido. Algunos deberían decir: «En un partido muy malo, ganó 2 a 1» y, sin embargo, ves algunos títulos que te hacen pensar que fue un partidazo, y fue un bodrio de novela . Convivo con el periodismo, no tengo problema, todos somos responsables de lo que pasa. Noto que se juega tan mal, pero tengo la sensación de que es lo que menos preocupa. Y la verdad que eso ya trajo, trae y va a seguir trayendo consecuencias. Después, todos reclamamos que la selección juegue bien. ¿Por qué no reclamamos lo mismo aquí?
revolución tata
En el Clausura, Newell’s, con Martino, ganó 8 partidos, empató 4 y perdió 4. Con el mismo plantel y otro DT, en el Apertura 2011, el equipo se impuso en apenas uno de los 19 partidos. (Cancha llena)