Central empató con River y dio otro paso importante hacia el ascenso directo
Central dio otro paso hacia el ascenso directo y la vuelta a la máxima categoría del fútbol argentino. Y así lo entendieron sus hinchas que, cuando el juez Germán Felfino pitó el final y se consumó el empate, esbozaron una sonrisa, un suspiro de desahogo y comenzaron a soñar con el retorno inminente a primera división. Es que tras un partido intenso, trabado y muy friccionado, jugado los 90 minutos con los pelos de punta, el canalla y River igualaron 0 a 0 en Arroyito, con lo que todo quedó como estaba en la punta de la B Nacional, donde el canalla sigue como el líder absoluto de la B Nacional, con dos puntos de ventaja sobre sus escoltas, el equipo millonario y Instituto -hoy igualó 1 a 1- cuando restan sólo tres fechas para el final del torneo. Un empate que terminó siendo un buen negocio para el equipo dirigido por Juan Pizzi, que tuvo inteligencia y madurez para acomodarse al trámite de un partido en el que había mucho en juego.
Es cierto que el partido que había suscitado muchísima expectativa, terminó siendo chiquitito, con pocas jugadas de gol y con apenas algunas pinceladas de fútbol, tanto de un lado como del otro, donde sólo el Chori Domíngez rompió el molde por momentos. Pero así como careció de fútbol y de volumen de juego, le sobró en intensidad, en emotividad, en enjundía, fue de ida y vuelta, todo en el marco de 90 minutos jugado a puro nervio y con las pulsaciones a mil.
En el balance se puede considerar que River sacó una pequeña luz de ventaja, especialmente por el desequilibrio que aportó el Chori Domínguez por el sector derecho del ataque millonario, pero no fue suficiente para lograr el triunfo que necesitaba, especialmente porque, tras el empate de Instituto, para Central el empate no era mal negocio.
De hecho el dibujo táctico que dispuso Pizzi tenía como finalidad no dejarlo progresar a River en la cancha y cortarle el circuito de juego y así lo hizo en buena manera del partido, aunque eso conspiró contra su falta de generación de juego y de profundidad, al punto que recién cuando ingresaron el chileno Monje y Santiago Biglieri en el complemento llegó con cierto peligro al arco defendido por Daniel Vega.
Antes le costó mucho acercarse con peligro al arco rival, aunque a su favor hay que decir que casi no le generaron peligro, especialmente en la primera etapa, donde sólo un remate desviado de Trezeguet generó preocupación.
En ese rubro hay que destacar la labor no sólo de los defensores canallas, sino también el buen trabajo de los volantes centrales, como Vismara y Alderete, que fueron dos de los puntos más altos del equipo de Pizzi.
La escenografía no cambió demasiado en el complemento, con los dos equipos dejando todo en cada pelota, que fue disputada con alma y vida, y con los nervios de punta. En ese marco, también se peleó más de lo que se jugó, aunque con sus armas ambos intentaron, aunque teniendo en cuenta que jugaron con el empate de Instituto puesto, sólo ellos saben hasta dónde arriesgaron.
Pero al margen del juego, lo concreto es que Central terminó haciendo negocio, porque sigue sin perder, porque sigue siendo el líder en soledad del torneo, y porque, a tres fechas del final, es el que mejor perfilado está para seguir soñando con el ascenso directo, el objetivo que se planteó desde el inicio de la temporada y para lo cual trabajó en consecuencia.