Internet, motor del crecimiento para los países emergentes

Cada hora se crean en todo el mundo 16 nuevas empresas que están relacionadas con Internet.

El 17 de mayo se celebra en todo el mundo el día de Internet. Una herramienta que hace apenas 20 años la mayoría de nosotros ni siquiera conocíamos, ha tenido un impacto en nuestra vida que, quizás, sea mayor al de cualquier otra tecnología en la historia de la humanidad. Y la red tiene características que ilusionan: es abierta, democratizadora, y puede promover el desarrollo de sectores que en el pasado estaban postergados.

Históricamente la adopción de nuevas herramientas tecnológicas fue liderada por los países centrales y, particularmente, por grandes empresas que contaban con capital suficiente. Pero Internet está comenzando a modificar esta tendencia. Según un reciente informe de la consultora McKinsey, en la actualidad el 50% de los usuarios de la web provienen de países emergentes, y un 73% no tienen al inglés como idioma principal.

Gran parte de este desarrollo es impulsado por el trabajo de emprendedores que aprovechan el potencial de la red para el desarrollo de sus negocios: cada hora se crean en todo el mundo 16 nuevas empresas que están relacionadas con Internet. Además, la red ha permitido que muchos pequeños y medianos negocios aumentaran el ritmo de la innovación y ganaran competitividad frente a compañías de mayor porte.

Así, la economía de Internet está impulsando a los mercados emergentes, que pueden saltar fases de desarrollo y lograr una entrada más rápida a la economía global. Esto se demuestra en el uso de ciertas tecnologías como los pagos a través de dispositivos móviles, que tienen mayor adopción en países como Kenia que en Kansas, EE.UU. El estudio de McKinsey que citamos previamente revela que, por ejemplo, las Pymes mexicanas que invierten en la web han registrado hasta un 9% de incremento en sus ingresos, con 5% de reducción de costos y 16% de aumento de su productividad.

Internet es entonces mucho más que una herramienta de comunicación, interacción, o «la autopista de la información», como le gustaba decir a algunos expertos en el mundo digital durante la década del ’90. La web es en cierta forma todas esas cosas, pero es ante todo un promotor de la innovación que puede potenciar el desarrollo económico.

En este sentido, debemos tomar en cuenta que, de acuerdo a la firma de consultoría The Boston Consulting Group (BCG), la economía online de Argentina alcanzó en 2010 los U$S 6600 millones, lo que representó el 2% de su producto bruto interno. Esto es equivalente a lo que aporta la industria de hoteles y restaurantes, y representa cerca de la mitad de la contribución del sector de la construcción. Además, BCG estima que para 2016 este número seguirá expandiéndose hasta alcanzar un 3.3%, con una tasa de crecimiento interanual del 24.3%, la más alta entre los países del G-20.

Pero, ¿qué significa esto en términos reales? Muy simple: Internet genera trabajo, permite que las Pymes ganen competitividad y profundicen su penetración alcanzando un mercado global. En los 6 mercados emergentes más importantes del mundo, se estima que un 1.3% de los puestos laborales ya están relacionados con actividades online.

Lo interesante de todo esto es que los más beneficiados son los más pequeños. Aún hay un lugar enorme para el crecimiento y el impulso productivo: de los 90 millones de pequeños negocios que hay en el mundo, sólo un 25% tiene un sitio web y, en los países de Latinoamérica, el promedio apenas alcanza el 10%.

Estamos convencidos del potencial transformador de Internet y de la posibilidad de impulsar el desarrollo económico y social de un país a través de la web. Hoy tenemos una oportunidad fantástica, la de innovar a partir de nuevas tecnologías para ganar competitividad a nivel mundial y generar una mejor calidad de vida. Los países emergentes y los pequeños emprendedores se encuentran ante un momento ideal, y deben aprovechar la chance de innovar de manera colectiva para lograr soluciones creativas. Para esto se necesita la participación de todos los sectores: los usuarios finales, los emprendedores y las Pymes, las grandes empresas y el Estado. En Google, desde nuestro lugar, nos comprometemos a seguir potenciando estas posibilidades de desarrollo..

(LaNacion)