La muerte digna fue convertida en Ley por la Cámara de Senadores
Por unanimidad, fue sancionado el proyecto que permitirá rechazar terapias. Los pacientes terminales también podrán declinar «medidas de soporte vital» cuando sean «desproporcionadas en relación a las perspectivas de mejoría». Se abre el debate por el rol médico
Tras más de cuatro horas de debate, el Senado convirtió en ley por 55 votos a favor el proyecto de muerte digna que reconoce el derecho de los pacientes «a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos con o sin expresión de causa, así como también a revocar posteriormente su manifestación de voluntad».
La iniciativa indica que el paciente terminal puede rechazar procedimientos, cirugías y «medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a las perspectivas de mejoría» pero lo obliga a expresar su postura al facultativo, quien antes lo habrá informado sobre su real estado de salud, los tratamientos posibles y sus consecuencias.
Al momento del cierre del debate, el jefe del bloque de la UCR, Luis Naidenoff, destacó que la iniciativa «no contempla ni la eutanasia ni el suicidio asistido», sino que tiene que ver con «una muerte digna, entendida como al preservación de la dignidad durante el proceso de muerte».
«Tiene que ver con esas herramientas para evitar un encarnizamiento terapéutico que provoca nada más que sufrimiento y dolor en los pacientes y sus familiares», señaló.
También se establece que, en el caso de que el paciente se vea impedido de dar su consentimiento, serán sus familiares o los responsables legales quienes deberán dar a conocer la decisión de prolongar la agonía por medios artificiales. Esta norma no implica la legalización de la eutanasia ni el suicidio asistido.
El debate sobre la muerte digna cobró especial relevancia tras el caso de Camila. La beba nació muerta el 27 de abril de 2009, pero fue reanimada. No le funciona ninguno de sus sentidos y tampoco tiene conciencia. Respira y se alimenta de manera artificial.
Sus padres reclaman precisamente «una muerte digna» para la pequeña, que ya cumplió 3 años y pasa sus días internada en el Centro Gallego de Buenos Aires. (Infobae)