La Plata: la madre del karateca Osvaldo Martínez dice que «está todo armado»
Según Herminia López, su hijo no conoce al albañil que ayer confesó haber presenciado el cuádruple crimen y acusó al joven de haber ultimado a todas las víctimas. La confesión de «La Hiena» llevó nuevamente a la cárcel al principal sospechado de los asesinatos.
“A (Javier Edgardo) Quiroga mi familia no lo conoce. Su aparición cuando estábamos pidiendo el sobreseimiento de mi hijo es muy sospechosa”, afirma Herminia López, la madre de Osvaldo Martínez. La mujer sostiene que “está todo armado”.
El joven, de 27 años, quedó ayer nuevamente detenido en La Plata sospechado de ser el autor material de los cuatro crímenes cometidos en noviembre pasado en la capital bonaerense.
“Alito me dice que me quede tranquila”, insistió López, en declaraciones que publica el diario Clarín. El abogado defensor del karateca Martínez, Julio Beley, también considera que existe “un claro complot del Poder Judicial y de la Policía”.
A su criterio, lo que se busca al esclarecer el caso es “limpiar la imagen por la cantidad de episodios no resueltos”. Beley afirma que “La Hiena” Quiroga no conoce a Martínez y además le resultó extraño que le hayan tomado la declaración a las tres de la madrugada.
El caso
La aparición de Quiroga, un formoseño de 34 años apodado «La Hiena», le dio a la causa un giro inesperado, ya que este «albañil-plomero», según figura en el expediente al que accedió Infobae.com, aseguró haber sido testigo de cómo Osvaldo Martínez dio muerte a su pareja, Bárbara Santos, a la hija de esta, Micaela Galle Santos, a su amiga, Marisol Pereyra, y a la madre, Susana de Bárttole.
Tras la detención de Martínez, hubo numerosas especulaciones sobre por qué Quiroga mantenía en reserva lo que sabía sobre los crímenes y que lo llevó finalmente a «quebrarse» y aportar su testimonio ante el juez de Garantías Guillermo Atencio.
Fuentes judiciales aseguraron que un testigo de identidad reservada, que mantenía un vínculo con Quiroga, se presentó en forma espontánea para sugerir al magistrado que citara al albañil, ya que este «vivía atormentado» por el recuerdo de la muerte de Micaela, de sólo 11 años.