¿La contraofensiva montonera fue impulsada de común acuerdo con Massera?
Las versiones, nunca confirmadas ni documentadas, sobre un acuerdo entre Emilio Eduardo Massera, miembro de la primera junta que gobernó al país en la última dictadura militar, y Mario Eduardo Firmenich, número uno de la organización Montoneros, vuelven a cobrar vida y parecen convertirse en realidad con el aporte de una nueva publicación sobre los años de plomo.
Se trata de Montoneros: Soldados de Massera, de Carlos Manfroni, un libro que logra, con nuevos testimonios y la relectura de otras publicaciones de vieja data, precisar los lugares y las fechas de las reuniones que el almirante habría mantenido con los ex líderes guerrilleros. Massera armaba por ese entonces un proyecto político propio con la intención de heredar al Proceso, y quería sumar el aporte que podían darle los montoneros, que desde el exilio buscaban no pasar al olvido.
Según el autor, en el marco de este acercamiento entre Massera y la guerrilla peronista se decidió lanzar la contraofensiva montonera. Se trató de ataques contra integrantes del equipo económico del por entonces ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz. La caída del influyente funcionario, cercano a Jorge Rafael Videla, y la desarticulación de su plan económico, habría sido un objetivo compartido por el marino y los montoneros.
Siempre se habló de un supuesto encuentro de Massera con Firmenich en París, donde funcionaba el Centro Piloto, que dependía de la Armada y buscaba levantar la imagen del gobierno de facto ante la ola de denuncias por las violaciones a los derechos humanos. Pero Manfroni va más allá y asegura que la capital francesa no fue el único lugar que sirvió como marco de las conversaciones. En su libro, publicado por Editorial Sudamericana, el autor ubica otros encuentros en Venezuela e Italia.
Manfroni hace también un detallado repaso por la influencia de la Logia Propaganda Due, comandada por el italiano Liccio Gelli, y su injerencia en la vida política argentina de los años 70. En el libro describe el papel que jugó esa organización en el acuerdo que habría concretado Massera con los guerrilleros peronistas.
Infobae.com mantuvo una entrevista con el escritor, en la que repasó las motivaciones que lo llevaron a concebir la obra y explicó cómo «releyó» viejas publicaciones sobre el tema.
¿Cuándo tomó la decisión de escribir el libro y cuáles fueron las motivaciones?
Mientras revisaba un expediente sobre el secuestro del empresario de Mercedes Benz Henrich Franz Metz, vi que el tesorero de Montoneros había sido liberado, mientras que muchos de sus compañeros murieron en la ESMA o fueron arrojados al mar. Inmediatamente, supuse –y supuse bien– que había habido un arreglo de dinero. Pero como había otras señales, imaginé que el acuerdo era más extenso. En un mes, me decidí a investigar y la investigación me llevó algo así como un año y tres meses.
¿Intentó entrevistar a alguno de los ex líderes montoneros (Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía)?
Yo tenía que guardar un equilibrio entre la necesidad de consultar a las fuentes y la de evitar que se conocieran mis objetivos y, por diversos caminos, se bloqueara la investigación. Por ese motivo, consulté a un ex montonero pero preferí citar a la mayoría de ellos por sus propios libros, un terreno en el que nadie podría discutir que dijo lo que dijo. Hay aproximadamente 40 libros citados, la mayoría de los cuales son de ex montoneros, allegados o familiares.
¿Cree que las revelaciones del libro sobre las reuniones entre Massera y los líderes montoneros abrirán una nueva mirada sobre el asunto?
Las revelaciones del libro ya son una nueva mirada sobre el asunto. Si bien me consultaron muchas radios, me llama la atención que todavía no haya estallado como una revelación, porque da vuelta toda la historia de los 70. La hipótesis central es que la contraofensiva montonera fue impulsada de común acuerdo entre Montoneros y Massera, pero hay hipótesis secundarias, que están insinuadas, como la que se refiere al asesinato de Aramburu, misteriosamente en el momento en el que dialogaba con Perón para su regreso, y la propia muerte de Perón, acelerada por un personaje de Propaganda Due, que fue López Rega. Massera –también miembro de Propaganda Due, igual que José López Rega y el general Guillermo Suárez Mason– estaba llamado a ser el sucesor y está probado, por los telegramas de la Embajada de los Estados Unidos, que desde el primer minuto del golpe conspiró contra Videla para ser presidente.
¿Considera que en algún momento la sociedad argentina estará madura para hacer una reflexión sobre los años 70 que escape de lo que ud. llama «la tiranía de lo políticamente correcto»?
Creo que la sociedad está madura para una reflexión, pero no la dejan, porque el bombardeo de una de las partes de la contienda es tan intenso, que parece que nadie se atreve a publicar algo que lo contradiga. Un ex militar me dijo: «La mayoría reivindica a las víctimas producidas por la represión del gobierno militar; nosotros (por la familia militar) reivindicamos a las víctimas del terrorismo; pero vos reivindicaste a las víctimas olvidadas por todos, como Elena Holmberg, Marcelo Dupont, Horacio Agulla o Rodolfo Fernández Pondal. (Infobae)