Noche de homenajes a Luis Alberto Spinetta en el Cosquín Rock
Córdoba se llenó de música y poesía. Como era de esperar, la primera jornada del Cosquín rock se convirtió en un delicado homenaje a Luis Alberto Spinetta, el héroe de nuestro rock fallecido el miércoles.
El aeródromo de Santa María de Punilla, a escasos kilómetros de Cosquín, se vio contagiado desde temprano por un clima de tributo y respeto hacia la obra del Flaco. Fue Massacre quien lanzó el primer guiño sentimental: arrancó su set con una versión potente de Ana no duerme, un clásico del autor de Muchacha. “Por el flaco”, repetía Wallas, debajo de un sombrero de cowboy y dentro de unas calzas.
“Almendra, Pescado, Invisible… Gracias, loco”, dijo el cantante.
Con una temperatura agradable (23° durante casi toda la jornada), con miles de seguidores que fueron llegando de a poco (las rutas de acceso estaban atestadas de autos) y con un clima general de buena onda entre la gente, el festival tuvo ayer su primera luna, tal vez la más sentida.
Tras la actuación de Massacre, subió al escenario Illya Kuryaki & The Valderramas. La banda de Dante tocó ante una multitud, y su sola presencia, por obvias razones, provocó que la noche desbordara de una energía especial, casi mística. El dúo –Emanuel Horvilleur, ahijado de Spinetta, es el otro integrante– arrancó con su hit Chaco. El clímax se vivió con la rabiosa versión de Post crucifixión. “A ver si cantamos por el viejo”, agitó Dante, entre lágrimas. Al cierre de esta edición, Charly prometía ser el mejor homenaje posible. (Clarín)