En la última pelota, Castillejos salvó a Central y le dio el merecido triunfo
Por cabeza dura y de tanto insistir, Central consiguió la victoria que tanto buscó y que mereció ante Desamparados de San Juan, por 2 a 1. Es cierto que, como es costumbre en los últimos tiempos, fue con mucho sufrimiento. El sufrimiento de un equipo que busca mucho pero que concreta menos de lo que genera. Al punto que debió esperar hasta la última pelota del partido para poder cantar victoria, para poder largar el grito contenido de los hinchas y de todo el plantel. Es que el gol inmerecido de Parisi a los 4 minutos del tiempo adicional para os sanjunainos había sido mucho castigo para un equipo que no pudo cerrar el partido en su momento y que por ende terminó penando hasta el final. Hasta ese instante final en que apareció Gonzalo Castillejos, el goleador canalla, para poner justicia en el marcador y que todo el Gigante vibrara con un triunfo que merecía largamente, pero que no lo había podido coronar hasta ese momento.
Al fin fue un triunfo apretado, agónico, pero que cobra un gran significado, no sólo por lo que le costó, sino porque le permite potenciar sus chances de pelear por el ascenso y que de momento le signifca quedar segundo en la tabla de posiciones, junto a River y a dos del líder Instituto.
Castillejos, en una jugada casi calcada a la del primer gol auriazul, llegó para empujar al fondo de la red, un centro de Biglieri, en el cierre del encuentro, para desatar la locura de su gente, que explotó y sacó a relucir el grito contenido.
Antes, el delantero Leonardo Monje, a los 30′ del complemento, había abierto el marcador para los canallas al llegar para empujar al gol una buena combinación entre Ricky Gómez y Biglieri, que terminó con el centro de Saviolita para que el chileno la empujara al gol, y decretara el triunfo parcial del canalla.
Es que Central, que arrancó mal y con muchas dudas, cuando hizo pie en el partido fue mucho más que su rival, pero le costó una enormidad encontrar el camino al gol, ya que padeció los mismos problemas que tuvo en buena parte del torneo anterior: la falta de un conductor. Y lo sufrió en la generación de juego, pero sobre todo en su falta de contundencia y eficacia, por eso Castillejos por momentos quedó muy aislado y la pelota no le llegó casi nunca limpia a los delanteros pese a que puso mucha gente en ataque. Y por eso también sufrió más de la cuenta en un partido que, al igual que el jueves pasado ante Brown de Puerto Madryn, debió cerrarlo mucho antes y no sufrir hasta el final.
Casi quince minutos le costó a Central meterse en el partido. Y en el arranque la pasó mal, puesto que los sanjuaninos, que salieron con decisión y fueron agresivos de mitad de cancha hacia adelante, tuvieron tres chances claras para convertir, ante un mediocampo que otorgaba muchas ventajas en la marca y dejaba al descubierto las grietas en defensa.
Pero de a poco Central empezó a encontrar la pelota, Méndez entró más en contacto con la pelota y los canallas comenzarñin a lastimar por derecha, con la velocidad de Ferrari, Carrizo y Medina, y a avisar por izquierda con Costa, Rivarola y Medina -se movió por las dos puntas-.
Así tuvo algunas chances claras para desnivelar, pero por impericia, falta de fortuna o incapacidad no encontraron buen destino. Le faltaba precisión en los metros finales y, por ende, algo de profundidad, ante un rival que comenzó muy bien, pero que fue perdiendo presencia con el correr de los minutos.
El complemento resultó casi un calco de la última parte del primer tiempo, con el canalla presionando en terreno sanjuanino y forzando situaciones, pero sin la claridad necesaria para llegar a desnivelar en el marcador hasta que llegó el primer grito de Monje y ese final electrizante y emotivo. Seguramente mucho más emotivo que lo que los hinchas canallas hubieran querido, por más que el resultado final les haya sonreido. (La Capital)