A 60 años de la puesta en marcha de la primera computadora soviética
En estas fechas se conmemora el 60 aniversario de la puesta en marcha de la primera computadora en la Europa continental, la así llamada “Máquina Electrónica De Cálculo Menor” (MESM, por sus siglas en ruso).
Serguéi Lébedev, el principal creador de la MESM, tenía planes de elaborar una máquina calculadora ya en los años 30 del siglo XX, pero su trabajo fue interrumpido por la Segunda Guerra Mundial.
Los científicos soviéticos pudieron reiniciar la elaboración de la MESM en 1948, en el Instituto de Electrónica y Técnica de la Academia de Ciencias de la URSS. El equipo de investigadores, dirigido por Serguéi Lébedev, estaba compuesto por cerca de 20 personas, que estaban demasiado entusiasmadas y trabajaron en turnos 24 horas, a pesar de las difíciles condiciones del país, que estaba recuperándose de la Segunda Guerra Mundial.
Gran tamaño
En diciembre de 1951, la “Máquina Electrónica De Cálculo Menor” fue oficialmente puesta en marcha frente a la comisión estatal. El tamaño de aquella computadora es difícil de imaginar, teniendo en cuenta la técnica contemporánea, pero entonces abarcaba mucho espacio y era una de las computadoras más potentes de aquellos tiempos.
“El grupo de los científicos tenía a su disposición un edificio semidestruido de dos pisos. La máquina se ubicaba en el primer piso y tenía 6.000 lámparas que se calentaban muy rápido. Para evitar su sobrecalentamiento el equipo eliminó el techo en la habitación”, dijo Borís Malinovski, uno de los compañeros del trabajo de Lébedev, en una entrevista concedida a Google, que conmemora el hito del desarrollo de la ciencia soviética.
La MESM usaba un método, novedoso para aquellos tiempos, el sistema binario de los números, que se usa ampliamente en las computadoras modernas.
Herramienta útil
Inicialmente los científicos soviéticos tenían como meta investigar la construcción de las computadoras elementales. Pero después de haber realizado las pruebas satisfactorias del funcionamiento y teniendo la necesidad de realizar distintos tipos de cálculos, tomaron la decisión de usar la máquina como una herramienta para resolver los problemas reales. Entre ellos los relacionados con la ingeniería termonuclear, balística, vuelos espaciales y transmisión de datos a largas distancias. Como indica Borís Malinovski, la MESM pudo calcular algunas de las tareas que afrontaron los investigadores de la primera bomba de hidrógeno de la Unión Soviética. Los científicos trabajaron activamente con la máquina hasta el año 1957.
Para aquel entonces ya existían análogos de la MESM en EE. UU. y Reino Unido. A pesar de que EE. UU. ya tenía su propia computadora, sus autoridades estaban siguiendo el trabajo de Lébedev, de ahí que su libro “Máquina Electrónica De Cálculo Menor”, publicado en la URSS en 1951, la CIA ya lo tenía a su disposición poco después, en 1952. (actualidadrt.com)