Una historieta que aborda el accionar de la última dictadura
Isabel Ángela Carlucci nació el 26 de julio de 1952 en Rosario. Su familia la llamaba “Isa” o “Teli” y sus amigos “La Gringa”. Su compañero, Víctor Hugo Fina, a quien sus amigos llamaban “Anteojito”, era un año mayor: había nacido el 14 de julio de 1953 en Colón, provincia de Buenos Aires. La pareja vivía en Rosario, tenía un hijo, Iván, y otro en camino. Pero algo pasó. El 10 de agosto de 1976, cuando no se habían cumplido todavía cinco meses del golpe de Estado que abrió paso a la última dictadura, Isabel fue arrancada de su trabajo en la empresa Mondoni SRL, en Capitán Bermúdez. Estaba embarazada de siete meses. Y el mismo Víctor Hugo fue asesinado en su casa de Valparaíso 2017. Desde entonces, Iván ignora todo sobre su hermano o hermana. Pero desde junio, su búsqueda transita por una vía que nunca hasta ahora se había utilizado: él, junto a su papá y su mamá, son los protagonistas de la segunda “Historieta por la Identidad” publicada en el país. La serie comenzó en el número 55, de mayo de este año, de la mítica revista Fierro, que vio sus tiempos de gloria en los 80 y su fin en los 90 desde la editorial La Urraca, y en su nueva y actual época acompaña la edición del diario porteño Página|12. Desde el papel, Iván, con sus propias fotos y las de sus padres que ya no están, tiene la esperanza de que algún ejemplar de la revista, acaso el que llegue prestado a alguna casa en algún lugar del país o el que quede en algún anaquel de alguna librería de usados, caiga en manos de su hermano o hermana. Y que al leerla se despierte una memoria que todavía permanece dormida.
Además de pareja, “La Rubia” o “Sonia” y “Marcelo o Silvio”, como les decían, eran militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Por el crimen de Víctor Hugo y el secuestro y desaparición de Isabel Ángela, su hijo Iván se sumó como querellante a la causa “Díaz Bessone, Ramón Genaro s/ privación ilegal de la libertad y homicidio”.
El asesinato
La tragedia había comenzado a golpear a las 10 de la mañana de ese día. A esa hora, Rosalía Muñoz, madre de Víctor Hugo, estaba en su casa junto a dos de sus hijos. “Llegaron varias personas que irrumpieron en mi domicilio y también llegaron de los techos de la vivienda. En ningún momento se identificaron y estaban vestidos de manera de ocultar sus verdaderas identidades… Lo que querían saber era el domicilio de mi hijo mayor, Víctor Hugo Fina y su mujer, es decir Isabel Ángela Carlucci… Lo que recuerdo de ese procedimiento en mi domicilio fue que todas las personas que participaron del mismo tenían puestos borceguíes oscuros y usaban pantalones dentro de los borceguíes y los pantalones eran de color oscuro… Después que sucedió eso en mi domicilio me trasladé inmediatamente al lugar donde vivía mi hijo pero no me dejaron pasar porque todavía existía custodia policial en el lugar. Entonces me dirigí a la comisaría 6ª de Policía a hacer la denuncia y estando en ese lugar advertí que tenían todas las cosas que habían sacado de la casa de mi hijo, es decir heladera, unas sillas, la ropa, etc…. La noche de ese día 10 de agosto de 1976 recuerdo que escuché por la radio que mi hijo había muerto como resultado del procedimiento realizado en su domicilio… Recuerdo que cuando me entregaron su cuerpo lo desvestí por completo porque lo que a mi más me preocupaba era saber si lo habían torturado o no. Pude comprobar que tenía cinco disparos, pero no advertí signos de que hubiera sido torturado…”, dice su testimonio.
La suegra de Isabel también relató que trató de obtener información acerca de lo que le había sucedido a ella, pero no logró averiguar nada y nunca supo qué pasó.
La desaparición
Quienes sí supieron algo eran los compañeros de trabajo de Isabel. Y Elisa Carpene, vecina de la empresa en la que trabajaba, dijo en sede judicial que vio uno de los transportes que usaba el Ejército, en el que iban varios efectivos. “Los soldados estaban con su uniforme de color verde, serían alrededor de cuatro personas y había un solo vehículo… A Isabel Ángela Carlucci la vi apenas salí a la calle, y vi que en ese momento pasaba frente a mi casa el camión que acabo de mencionar y Carlucci estaba sentada en la parte de atrás”. La vecina no recordaba con precisión la fecha: “Lo que sí recuerdo es que fue un día de semana, durante la mañana, serían las 10 ó 10.30”, dice su testimonio.
Por el caso de los padres de Iván, el 28 de julio del año pasado la Cámara Federal de Rosario ratificó el procesamiento, con embargo de 250.000 pesos, de Ramón Genaro Díaz Bessone, jefe del II Cuerpo de Ejército cuando fue asesinado Víctor Hugo y secuestrada Isabel Ángela. El propio general se hizo responsable: “El Comandante del II Cuerpo de Ejército comunica que en el día de la fecha, en horas de la mañana se realizó por parte de efectivos militares y Policía Federal Argentina un reconocimiento operacional en la vivienda ubicada en cale Valparaiso 2017 de la ciudad de Rosario siendo abatido un delincuente subversivo que pertenecía a la organización declarada ilegal en primer término. Se trataría de Víctor Hugo Fina alias Marcelo. Se secuestró importante documentación subversiva”, dice un comunicado oficial difundido el mismo 10 de agosto de 1976.
Ahora, 35 años después, el texto forma parte del lento pero firme avance de la Justicia sobre quienes cometieron crímenes aberrantes. Pero falta algo. Y por esa ausencia van los dibujos.
La viñeta
Uno de los mejores exponentes del género de la historieta en Argentina, Salvador Sanz, fue el encargado de la segunda entrega de la serie “Historietas por la Identidad”, que vio la luz, además de en la revista Fierro, en la edición impresa del Pagina|12 del miércoles 6 de junio de este año.
Con una destreza propia de un realizador de ciencia ficción, Sanz da forma a un contenido emotivo y crudo. Teledirigida, la primera viñeta muestra una perspectiva aérea de varias personas subiendo una escalera eléctrica y exhorta: “Esta historieta es para una persona especial. No sabemos si sos hombre o mujer”. La segunda corresponde a la figura de un esqueleto que ser completa con las viñetas por debajo de la misma. “Dónde vivís”. La tercera vuelve a la perspectiva aérea esta vez mostrando el movimiento sobre una senda peatonal de un grupo de transeúntes.“…ni de qué vivís” y “Sí sabemos que tenés 34 años”. Debajo, rompiendo el formato de 3 viñetas por nivel, la imagen intervenida con técnica de grabado muestra a dos adultos con un bebé en brazos. “Y estos fueron tus padres Isabel y Víctor Hugo, junto a tu hermano Iván”. El resto de la página la completa la imagen de un bebé en posición fetal dentro de la caja torácica de un esqueleto. “Víctor Hugo fue asesinado en su casa de Rosario, por fuerzas represivas de la dictadura militar”. “Isabel fue secuestrada el mismo día y está desaparecida. Estaba embarazada de 6 meses, de vos”.
La historieta continúa en la siguiente página de arriba a abajo con un árbol genealógico. Una fotografía donde aparece, sonriente, Iván, hoy colaborador de Abuelas de Plaza de Mayo, dice: “Este es tu hermano Iván. Mirá bien su rostro, capaz que reconocés algo en él”.
“O por ahí en tus padres…”, acompaña el texto la foto de Isabel, para terminar en la de Víctor Hugo: “…hay algo tuyo”. En un collage de sus caras, y la leyenda pregunta, interpela al hijo o hija no recuperado: “¿Algo familiar?”. La respuesta se encuentra al pie del costado derecho: “Es tu familia”. (El Ciudadano)