El municipio festejó la falta de alcohol esta Primavera
Henry Fabro, director de Tránsito, se mostró conforme con el comportamiento de los jóvenes rosarinos este 21 de septiembre. Sólo cuatro test de alcoholemia positivos en toda la celebración.
Más gaseosa que cerveza en los festejos del Día de la Primavera. Esa fue la conclusión del muncipio luego que sólo cuatro controles de alcoholemia dieran positivos en el marco de los festejos.
Según el funcionario, los controles con personal de Tránsito, Control Urbano, Guardia Urbana Municipal y Sies se secuestraron 22 motos y 4 automóviles. Pero sólo los conductores de dos autos y dos motocicletas presentaron alcohol en sangre tras el test.
«Los demás vehículos fueron remitidos al corralón por falta de de papeles y de cascos pero no por consumo de alcohol lo que demuestra que hubo una toma de conciencia al respecto», concluyó.
DE VILLA BANANA A NUEVO ALBERDI
La aldea socialista
Por Néstor Taborda.
Dos hechos de los últimos días, la ocupación de terrenos en villa Banana en reclamos de vivienda digna y el cruce entre una concejala y militantes de Giros, revelan la política territorial del gobierno municipal “socialista”.
En el transcurso de esta semana se sucedieron dos hechos que ganaron la portada de los diarios. Por un lado vecinos de la zona de Villa Banana ocuparon un terreno que aparentemente es de uso comunitario, en reclamo por el derecho a una vivienda digna. Según las crónicas se trata en su mayoría de parejas jóvenes, familias del barrio con hijos.
Por otro lado, una situación confusa sobre algunos terrenos en conflicto se generó a partir de la visita de la edil Laura Weskamp, junto a personas que aparentemente tienen algún interés sobre esos terrenos, quienes fueron interceptados por militantes sociales de la agrupación Giros, generándose una discusión sobre la visita de estas personas y la entrega de cédulas judiciales de desalojo.
Ambos hechos guardan relación, ya que a simple vista se trata de una problemática común, la tierra, el hábitat, en definitiva el territorio. Lo interesante para destacar es el rol del Ejecutivo municipal en ambos casos, que no puede pasar desapercibido.
En el caso de Villa Banana, las crónicas indican que fue el titular de la Subsecretaría de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita, el encargado de afrontar la problemática, junto a agentes de Control Urbano y la policía de la provincia. Es decir, se asume desde el inicio que allí hay un problema de seguridad.
Por supuesto que nadie avala la ocupación ilegal de tierras, pero tampoco se puede desconocer el derecho al hábitat como uno de los ejes medulares del problema. “Las ocupaciones que se producen en la ciudad tienen distintas modalidades. Algunas son organizadas y grupales, como la de hoy en Villa Banana, y otras son actitudes espontáneas individuales”, afirmó Baita a través del portal Rosario 3.
Y según ese mismo portal “desde la Municipalidad admiten que hay villas que quedan chicas por el crecimiento demográfico, pero rechazan la usurpación como solución al problema de la vivienda”. El derecho y la necesidad se desconocen y la solución, según la directora del Servicio Público de la Vivienda, Susana Nader, se puede dar sólo con “el aporte de Nación o provincia”.
Lo ocurrido en Nuevo Alberdi es más sutil. El encuentro entre los militantes de Giros y la comitiva de la concejala generó una discusión con un señor identificado como Santiago Semino (quien sería un operador inmobiliario), que menciona frente al militante de Giros una conversación con Garibay. “Lo llamé a Garibay”, declara claramente en el video que se puede ver en varios portales. Garibay puede ser el diariero de la esquina de la casa del señor Semino, a quien este consultó sobre el conflicto de los terrenos, puede ser también el amigo invisible del señor Semino o quizá una voz interior a quien Semino ha bautizado “Garibay”.
La otra hipótesis que podemos sostener es que se trata del Secretario Coordinador del Gabinete Municipal, José León Garibay, con quien este señor aparentemente tiene línea directa, y si es así, nuevamente aparece el gobierno municipal tomando postura en una situación conflictiva, pero ya no como un problema de seguridad, sino como un ejercicio de la política, claro que este señor Semino representa otros derechos, los del mercado.
El Territorio
La organización del espacio de la ciudad es la herramienta más poderosa que tienen los municipios para promover una estrategia local de desarrollo, es decir, de cómo ordena y regula el territorio dependerá la posibilidad de la construcción de un proyecto local de desarrollo. Si el Estado no interviene seguramente el mercado operará en su lógica que, como sabemos, no coincide con la defensa del interés común, sino con la optimización de la ganancia.
En los hechos relatados lo que se devela es la verdadera política que sostiene el socialismo sobre la regulación territorial: acompañar y facilitar los negocios inmobiliarios. En lugar de operar sobre el mercado para corregir inequidades lo que hace es garantizar el libre mercado de tierras (esta es la sospecha menor), en una concepción realmente liberal y noventista de la construcción de la ciudad.
El territorio es siempre una construcción colectiva, no es el soporte de la actividad humana sino el resultado de la misma sobre él, y en ese sentido el gobierno local es un actor preponderante para regular, corregir inequidades, garantizar derechos y orientar una construcción política que genere oportunidades iguales para todos, no sólo para los negocios inmobiliarios.
En la promoción económica del territorio el socialismo ha demostrado que se inclina siempre mucho más a favorecer el mercado que a erigirse como Estado regulador y generador de un proyecto de ciudad que contenga a sus habitantes o a las pymes locales. De hecho, Rosario ha expulsado población y empresas hacia localidades vecinas en los últimos años.
Basta mirar a nuestro alrededor, quienes vivimos la ciudad hemos visto el crecimiento de extraordinarios negocios inmobiliarios (a expensas también de accidentes de trabajadores que en muchos casos costaron la vida de los mismos), calles que se cierran de una vez y para siempre como la bajada de San Luis hacia avenida Belgrano o Mitre frente a la Fundación Libertad, donde reside la verdadera matriz de pensamiento económico del partido gobernante. Son favores al mercado, por inoperancia, ignorancia o convencimiento. En cuanto a pensamiento económico, el partido gobernante de la ciudad ha demostrado que a la hora de inclinar el fiel de la balanza siempre se somete al mercado.
Conclusión
El hábitat es la discusión que se viene, que ya está instalada, la que generará más tensiones en los próximos años, la construcción de un territorio, una ciudad que sea el imperio del mercado inmobiliario o una ciudad que incluya, con un territorio construido desde la organización social de los actores y bajo una pauta de equilibrio. Los tiempos políticos acompañan a poner en tensión esta discusión y no es una cuestión de seguridad sino de política, de proyecto político colectivo. Si el diseño de nuestro hábitat queda en manos del mercado muchos se verán perjudicados, habrá más ocupaciones y más migraciones hacia ciudades vecinas de familias rosarinas y pymes de la ciudad, a la vez que algunos tendrán más y más dinero en sus cuentas bancarias.
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