Caos en el tránsito rosarino
Con un parque automotor local que aumenta entre un 8 y 10 por ciento al año (380 mil autos y 180 mil motos), la cantidad de licencias de conducir también registra una fuerte suba en el último trimestre del año pasado y lo que va de 2011. En concreto, si en 2010 se renovaban y habilitaban unos 6 mil carnés por mes, en los primeros seis meses del año treparon a más de 8 mil mensuales. Este crecimiento provoca una demora en el otorgamiento de turnos en varios distritos: ahora hay que esperar 45 días.
A su vez, el municipio identificó algunas arterias que presentan un alto grado de congestionamiento: Pellegrini, Alberdi, Eva Perón y avenida Belgrano, con un horario pico de embotellamientos entre las 16 y las 18.30.
Mientras el municipio busca desalentar el uso de autos particulares en el macrocentro e incentiva el Plan Integral de Movilidad (cocheras subterráneas, tranvía y carriles preferenciales de colectivos), el tránsito crece sin parar.
560 mil. En la actualidad están registrados en Rosario 380 mil autos y 180 mil motos, y según estimó el director de Tránsito municipal, Henry Fabro, «el crecimiento anual ronda entre el 8 y el 10 por ciento».
Estos datos se traducen en una mayor demanda de licencias de conducir.
Al respecto, Fabro precisó que si para el último trimestre la cantidad de carnés (nuevos y de renovación) rondaban los 6 mil mensuales, en los primeros seis meses de 2011 este total subió «a más de 8 mil al mes».
Demoras. Y el efecto cascada impacta a la hora de pedir un turno para renovación o sacar un nuevo carné. «Los turnos para tramitar la licencia se demoran y el tiempo de espera ahora es de 45 días y no de un mes como antes», confió el funcionario. Los distritos más afectados por este aluvión de trámites son el Centro y el Sur.
Para el director de Tránsito «el aumento se explica por tres razones: el incremento del parque vehicular, la regularización de muchos infractores a quienes se les remitió el rodado al corralón y deben regularizar su licencia para retirarlo y el efecto que produce el incremento de los operativos callejeros, que hace que muchos conductores concurran a obtener su carné habilitante».
Impacto en la calle. El director de Ingeniería de Tránsito, Santiago Tazzioli, recordó que las avenidas con mayor grado de congestión son Pellegrini, Alberdi, Eva Perón y avenida Belgrano, y se congestionan más aún entre las 16 y las 18.30.
En el caso de Pellegrini, también se congestionan sus transversales que van hacia el sur (Laprida, Sarmiento, Entre Ríos, Paraguay y Dorrego) y las que ingresan al centro (Maipú, Buenos Aires, Mitre, Presidente Roca e Italia). «Hay tanta concurrencia que para trasponer este sector hay que esperar dos señales verde en cada semáforo», graficó el funcionario.
Tazzioli también identificó las avenidas más transitadas para llegar al macrocentro: Pellegrini, Rondeau, Alberdi, Oroño, Eva Perón y Mendoza.
También la periferia. Según los últimos estudios de la Dirección de Ingeniería de Tránsito, en los últimos dos años la circulación aumentó más en las zonas periféricas y en los accesos (entre un 5 por ciento y un 6,5 por ciento) que en el centro, donde subió sólo un 1 por ciento.
Las peores situaciones de congestión vehicular se producen sobre las calles San Lorenzo, San Luis, Paraguay y Sarmiento. Y tras analizar el flujo vehicular, la repartición identificó arterias donde la circulación subió notoriamente entre 2008 y 2009.
Un claro ejemplo es Avellaneda entre Vélez Sársfield y Junín, que pasó de tener un promedio diario de 2.699 vehículos a 6.555, un 142,8 por ciento más. Por Alberdi (entre Vélez Sársfield y Junín) el promedio diario de rodados creció casi el 95 por ciento. Y por el oeste, sobre San Juan desde Lavalle a bulevar Avellaneda, el tráfico subió un 133 por ciento.
Casco por nafta
“Sin casco, no hay nafta”. Un proyecto del edil socialista Aldo Gómez busca que todos los motociclistas que quieran cargar combustible deberán tener la protección colocada en su cabeza. Los playeros deberán abstenerse de surtirles nafta a los infractores. Caso contrario, las sanciones recaerían sobre los propios estacioneros. (La Capital)