La cicatriz que dejó el 11-S en Nueva York
El 11-S dejó en Nueva York una penosa cicatriz, un hueco gigantesco, una mella en su ‘skyline’ legendario: de pronto, millones de fotografías de turistas de todo el mundo se habían convertido en recordatorios del horror, ya que en ellas aparecían de fondo las Torres Gemelas, el emblema que los atentados habían amputado a la ciudad y que seguía doliendo como un miembro fantasma. Las autoridades tuvieron que plantearse qué hacer con ese solar vacío rebautizado como Zona Cero, un término que ya se había usado en otros referentes del sufrimiento como Hiroshima o Nagasaki.
Hoy, cuando se cumplen diez años de aquello, se abre al público este espacio aún en plena reconstrucción. Se van alzando allí cuatro rascacielos, entre los que destaca el One World Trade Center, que iguala los 415 metros de las Torres Gemelas y, contando la antena, se eleva hasta 541: cuando esté acabado, en 2013, será la torre más alta de Estados Unidos. Hay también un museo dedicado al desastre, un teatro y una zona conmemorativa con estanques, cascadas, jardines arbolados y placas con los nombres de todos los muertos. Esta semana, el alcalde ha pedido que se deje de hablar de Zona Cero y se contemple el nuevo World Trade Center como «parte del futuro», pero la reacción airada de muchos ciudadanos sugiere que la cicatriz sigue siendo, en realidad, una herida abierta. (laverdad.es)