Central perdió la punta y el invicto en Jujuy
La injusta derrota de Central por 2 a 0 ante Gimnasia de Jujuy se puede explicar por la diferencia que hubo entre ambos equipos en las áreas, ahí donde se definen los partidos. Es que mientras el Lobo jujeño hizo un culto del oportunismo, al aprovechar al máximo las escasas chances que tuvo, Central no supo sacar provecho de la innumerable cantidad de situaciones que tuvo. Porque fue el casi exclusivo protagonista del partido: tuvo volumen de juego, tuvo desbordes por los costados, llegadas claras y dispuso de enormes situaciones para marcar, pero por impericia o por méritos del arquero rival se quedó con las manos vacías. Sólo le faltó el gol. Ni más ni menos que eso.
Es una derrota dolorosa para el canalla, porque lo privó de seguir en la punta del torneo y le cortó el envión anímico y futbolístico que traía el equipo dirigido por Pizzi, que llegaba invicto a tierras jujeñas, donde el Lobo haciendo muy poco se quedó con todo: los tres puntos del partido y la punta en soledad del torneo.
La presencia de la multitud que acompañó a Central en Jujuy hizo que el canalla se sintiera muy cómodo de arranque. Tal vez por eso en el primer tiempo fue el claro dominador del juego y las acciones y el único que intentó inquietar el arco rival. Es cierto que lo del canalla no fue contundente ni tan punzante, pero le alcanzó para tener el patrimonio exclusivo del juego, ante un rival que también llegaba como líder del torneo, pero que, pese a ser local, poco hizo para tratar de imponerse en el juego.
Así, de esa manera, los dirigidos por Pizzi tuvieron un par de aproximaciones, primero en un cabezazo de Salinas, que el arquera mandó al córner y en un pelotazo de Lombardi, que se fue cerca.
Aunque la más clara fue a los 32, cuando Castillejos cabeceó sólo, tras un buen centro de Ricky Gómez, y la pelota se fue cerca.
En medio de todo eso, Gimnasia sólo se dedicó a defenderse cerca de su arco, salvo en unos pocos pasajes de la etapa en la que se adelantó e intentó presionar. Sin embargo, y cuando nada lo hacía pensar el Lobo reaccionó. Y en una jugada aislada, Luna hizo vibrar al estadio jujeño, cuando, a los 39’, desde 35 metros y a la salida de un saque lateral, clavó un golazo por encima de Brun, que poco pudo hacer.
El complemento transitó casi los mismos parámetros que el primero. Con Central siendo el protagonista excluyente y buscando un empate que tuvo a tiro en varias ocasiones, pero que no lo pudo plasmar, como en un cabezazo a quemarropa de Castillejos que el arquero alcanzó a manotear y que sacó con la ayuda del travesaño. Y enseguida un cabezazo débil de Mozzo, que llegó sólo por atrás. Y más tarde, un derechazo de Castillejos –siempre inquietante-, le quemaron las manos al arquero Crivelli.
Claro que esa búsqueda desesperada del canalla, que se desequilibró demasiado rápido con los cambios en pos de conseguir la igualdad, hizo que en el fondo dejara huecos y quedara mano a mano en más de una ocasión. Y por esa vía, el Lobo llegó al segundo.
Fue a los 31’, cuando Mozzo perdió una pelota en la izquierda del área y Pirchio tocó al medio para la entrada de frente de Luna, que la empujó al gol.
El tiempo se fue consumiendo entre las ganas, la impaciencia y la impotencia de Central, que pese a todo buscó hasta el final, ante un equipo jujeño que pese a hacer muy poco por la victoria se quedó con los tres puntos que lo deja en la soledad de la punta. (La Capital-El Ciudadano)