Se cumplen 21 años del crimen de María Soledad Morales

Un día como hoy pero de 1990 asesinaron en Catamarca la joven María Soledad Morales. A los 17 años de edad y luego de haber sido abusada y golpeada, es asesinada María Soledad Morales, crimen que marcó un antes y después en el país y reveló los íntimos vínculos entre impunidad y poder político imperantes en numerosas provincias. El reclamo de justicia generó una movilización social sin precedentes, expresada a través de las cada vez más multitudinarias marchas del silencio encabezadas por la hermana Martha Pelloni, rectora del Colegio del Carmen y San José, así como por los padres y amigos de la víctima.

EL CASO MARÍA SOLEDAD

En la noche del sábado 8 de septiembre de 1990, María Soledad Morales asistió a la discoteca Clivus, en donde se organizaba una fiesta a fin de recaudar fondos para el viaje de egresados de su colegio. A las 9.30 del lunes 10 de septiembre, su cuerpo fue encontrado por unos operarios de Vialidad Nacional, en las afueras de la ciudad, semidesnudo, con su rostro desfigurado y con signos de violación.

Desde un primer momento las investigaciones fueron demoradas y manipuladas. Se tardó más de dos meses en abrir la investigación judicial, y una vez que la justicia intervino, el favoritismo hacia los posibles involucrados fue evidente. En esas condiciones un diputado nacional por Catamarca, Angel Luque, había declarado que si su hijo hubiera sido el asesino, el cadáver no habría aparecido. El escándalo llevó a la expulsión del diputado del Congreso y a que en 1991 el gobierno nacional, a cargo entonces del presidente Carlos Menem, interviniera primero el Poder Judicial de la provincia y luego los poderes ejecutivo y legislativo, destituyendo a Ramón Saadi, continuador de una larga tradición de gobernadores pertenecientes a su familia, y aliado de Menem.

El interventor enviado por el poder central fue Luis Prol, quien según Martha Pelloni:

«Prol fue enviado para fortalecer al Frente Esperanza, que era el menemismo, pero le salió el tiro por la culata porque perdieron las elecciones y ganó el Frente Cívico«.

La intervención federal a la provincia, que incluyó el envío del ex subcomisario de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Luis Patti para aclarar los hechos, también demostró falta de voluntad en la resolución del caso.

LA COBERTURA

En medio de la investigación, Luque (h) dejó de ser visto en la provincia. Su desaparición fue notoria y motivo de especulaciones periodísticas hasta que fue hallado por el periodista Alberto Moya en Buenos Aires, adonde fue llevado por Patti.

El primer periodista de Buenos Aires enviado a Catamarca para cubrir el caso fue Ernesto Tenembaum que hizo varias notas para Página/12 antes que nadie, lo que le valió ascender en su carrera.

Días después llegó Canal 9 y Alejandra Rey, de la revista Somos (editorial Atlántida). Sin embargo, la mejor cobertura fue la de Luis Pazos, de Clarín, galardonado por ello con el premio ADEPA.

Pazos y Rey habrán de escribir el libro No llores por mí, Catamarca. Tras ello, Rey fue despedida de la revista porque le endilgaron que lo había escrito en horario de trabajo y con material que la editorial consideró que le pertenecía.4

LA PELÍCULA

En 1993, el director de cine Héctor Olivera, autor de «La Patagonia rebelde» y «La noche de los lápices«, filmó «El Caso María Soledad«, llevando el asesinato y la impunidad al conocimiento masivo.

EL JUICIO

En esas condiciones, hacia 1996 se inició el juicio oral por el asesinato de María Soledad. Los imputados fueron Guillermo Luque y Luis Tula (ex novio de la víctima). La televisión nacional dio amplia cobertura al juicio transmitiéndolo en directo y registró en detalle los gestos de los jueces que evidenciaron una actitud parcial. Los gestos del juez Juan Carlos Sampayo, fueron reiterados por Canal 13 (autor de la primicia, alertados por un televidente) y el resto de la televisión nacional y produjeron un nuevo escándalo que llevó a la anulación del juicio.

En 1998, se realizó un nuevo juicio. Las condiciones políticas en el país y en la provincia habían cambiado considerablemente, y el 27 de septiembre Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de María Soledad Morales, en tanto que Luis Tula fue condenado a 9 años de prisión como partícipe secundario del delito de violación.

El tribunal ordenó investigar el encubrimiento, pero nunca se hizo. El encubrimiento podría alcanzar a la plana mayor de la Policía catamarqueña, el ex gobernador Saadi, el subcomisario Luis Patti y el propio ex presidente Carlos Menem.