El pragmatismo de Milei
La noche del domingo, el presidente electo dejó al león y apagó la motosierra.
Comprender, interpretar el fenómeno Milei, es todo un desafío para cualquier analista de la política, especialmente con esos casi 12 puntos de diferencia sobre su contendiente. Cree esta cronista que la mayor virtud que posee es ser artífice de sus propias construcciones/caracterizaciones, en función de la percepción de los estados de ánimo que la sociedad le expresó y él captó y protagonizó.
El Milei candidato fue el león que cabalgó sobre la motosierra, cuasi un comic, con propuestas y expresiones destempladas, soeces. Hasta las PASO. Caminó hacia la general acentuando su traje de outsider de la política, agudizándolo en el trayecto al balotaje. La noche del domingo dejó al león y apagó la motosierra. Y apareció con otro traje. Comenzó a hablar sin furcios, con pausa, con tranquilidad. Hasta su alegría fue moderada.
En la historia de la política argentina no hay antecedentes de un candidato que ingrese a ella y en dos años se convierta sin escalas, en Presidente. Debe entenderse que Javier Milei es el espejo de un sector de la sociedad postrado, enojado, saturado, que se siente en un pozo y quiere salir. No piensa ni en lo ideológico ni en lo partidario, incluso cree esta cronista que una amplia franja de quienes lo votaron el domingo, no reparó en sus propuestas.
Milei es parte de una ola global de liderazgos que representan un electorado de insatisfacción generalizada en las nuevas o viejas democracias. El Dr. Juan Gabriel Tokatlian denomina a este fenómeno la internacional reaccionaria. A esto debe anexársele el voto joven que no tiene memoria sobre lo que representa vivir en dictadura ni con hiperinflaciones. El mundo está lleno de diferentes rostros de una derecha extrema. La mayoría son derechas nacionalistas y reivindican al Estado frente al fracaso de la globalización, del neoliberalismo. Milei hasta hoy habla de un Estado mínimo.
Infobae consultó a dos politólogos. El Dr Hugo Quiroga sostiene que “Milei es la expresión de la negatividad política, y de esto es responsable toda la dirigencia política: Macri, Cristina, Alberto, Massa”. Y remata: “Esto viene declinando desde la crisis económica de Alfonsín hasta hoy, generando frustración en la sociedad que ve que la política no atiende sus padeceres”.
Por su parte, la Dra. Gabriela Ippólito O´Donnell sostiene que: “las elecciones fueron muy transparentes, Argentina está muy bien en este aspecto. Las elecciones son la mejor forma de rendición de cuentas en las democracias. Quedó claro el descontento con el gobierno y el desgaste producto de todos estos años”.
La composición del gabinete que se conoció hasta aquí está integrado por personas con gran amateurismo, salvo el caso del ministro del Interior Guillermo Francos y Guillermo Ferraro, ministro de Infraestructura (hombre del cafierismo). En este último la paradoja está en que no tendrá obra pública por hacer. A propósito, el presidente Milei habló de no hacer obra pública, pero a su vez de respetar los contratos. ¿Esto implica terminar esos contratos, es decir las obras públicas que están en ejecución? De cumplirse esta política, será afectada la UOCRA de Gerardo Martínez, dado que en este rubro trabajan 480 mil personas.
No ha pasado desapercibido para Milei la cumbre de gobernadores de JxC, uno de ellos el de Santa Fe, Maximialino Pullaro, señaló que “tanto el cambio en la provincia como en el país debe ser apoyado por el campo y la producción. La obra pública para mi provincia es muy importante. Continuaremos con las que se están llevando adelante y dialogaremos muchísimo para que la obra pública llegue a la provincia de Santa Fe”.
El cuarto al traje de Milei está en confección, es el que llevará puesto la banda presidencial. A partir de ese momento se conocerá cuál de todos es el verdadero o si aún faltan por conocer más Milei. ¿Qué pasará si los proyectos que el Presidente impulse no son aprobados, o son reformados por el poder legislativo? ¿Qué sucederá ante los reclamos sociales y laborales?
A propósito un tema clave es el Congreso de la Nación. En el Senado, que elige sus autoridades el próximo 29, la flamante oposición (ex oficialismo) cuenta con 34 legisladores, con 3 más obtiene mayoría. Con esto elige las autoridades de las comisiones, y también está en condiciones de imponer el Presidente provisional.
Es de estilo que sea el representante del oficialismo ¿será? En Diputados se jura el 6 de diciembre y surge un gran interrogante con respecto a quien presidirá la Cámara. Hasta ahora se habla de Florencio Randazzo, Christian Ritondo, incluido Miguel Ángel Pichetto quien por su experiencia y trayectoria sería el más idóneo para los requerimientos del cargo.
Los tiempos corren, hay que elegir también las autoridades del cuerpo al menos las de Presupuesto y Constitucionales, dado que el Presidente necesita la ley de Ministerios y el Presupuesto 2024. Y quizás una ley de Emergencia. Inclusive el Parlamento debe darse las autoridades de la comisión de DNU. Debe constituirse el bloque de LLA y el PRO, entre otras cosas.
En política internacional, si bien es cierto que Trump puede volver a ser presidente de los EEUU el próximo año, no menos cierto es que Lula, nuestro principal socio, lo será por cuatro años. Así como Milei destrabó la relación con el Papa Francisco, hubiera sido de esperar que el primer viaje al exterior sea a Brasil.
Aún reina la incertidumbre, hay muchos interrogantes. Se observa un desorden en el marco de las prioridades que expresa el Presidente. Faltan muchos cómo en cada una de las políticas que dice va a realizar. Pareciera dada la composición del gabinete conocido hasta ahora, que no desea ser observado como el ejecutor de las políticas de Mauricio Macri. Un Macri que debe aceptar el rol de consultor.
Preocupa a esta cronista la sensibilidad que trae consigo todos los diciembres. Este tema ¿está en agenda?
Finalmente Javier Milei se ha convertido en el interpelador del peronismo. Un peronismo que deberá, luego de una profunda introspección, proyectarse de cara a una realidad y un mundo cambiante. Los tiempos del resurgimiento del peronismo dependerán del tipo de políticas que impulse el nuevo Presidente.