Newell’s mereció ganar, falló en la puntada final y empató con el Bicho

No todos los empates dejan el mismo sabor. Newell’s cosechó ayer en La Paternal un punto que más allá de lo estadístico le permite acercarse un poco más a su perfil de juego. El uno a uno contra Argentinos no lo paraliza, todo lo contrario, le genera una mueca de conformidad porque el conjunto de Javier Torrente fue de menos a más en su rendimiento y porque quedó claramente arriba en el escalafón de merecimientos. Anoche debió irse con una victoria, pero la mala puntería en el arco rival y la seguridad de Luis Ojeda le quitaron el premio gordo de las manos.

El partido se fue armando de a poco. En el inicio fue Argentinos el que supo hacer pie en una cancha complicada e inquietaba con algo más de prolijidad, la movilidad de Oberman, el buen trabajo de Emilio Hernández y el esfuerzo de J.J. Morales como punta de lanza.

A la Lepra le costó mucho acomodarse atrás. Tanto Peratta como los defensores alternaban buenas y malas, y cada error era una infracción riesgosa o una amenaza de crisis cerca del arco rojinegro. Si bien al local le costaba generar peligro real, se acercaba con control de pelota y con mayores ambiciones de protagonismo escénico.

Newell’s, con menos tenencia, igual se las arregló para generar las chances más peligrosas. La velocidad de Sperduti y Noir abrían grietas en terreno enemigo y la visita no pudo abrir el marcador sólo por impericia. Noir, a los 9′, no pudo aprovechar una falla de Torrén, y a los 25′ tampoco pudo vulnerar a Ojeda cuando entraba solo por izquierda.

La respuesta del Bicho fue un mazazo. Tras un tiro libre desde la izquierda, Pablo Hernández la bajó para el cabezazo de Morales que fue contenido a medias por Peratta. En el rebote Mateo la metió en su propia valla involuntariamente.

Ese fue un golpe duro pero Newell’s, aún en su usina de impurezas, tuvo la actitud de ir a buscar el empate. Sin luces, pero con una clara vocación de emparejar la historia. Así llegó un tiro libre de Figueroa, a los 35′, que Ojeda despejó. Un minuto más tarde, Fideleff estuvo a punto de convertir tras un córner desde la izquierda. Y finalmente, después de insistir, Figueroa se abrió de guapo un hueco por derecha y habilitó a Sperduti en el corazón del área chica para empardar el tanteador con una estocada.

En el complemento Newell’s fue otra cosa. Al menos en el terreno de las propuestas. Bernardi y Figueroa se pusieron la mochila de las obligaciones y llevaron al equipo más adelante. Eso se trasladó en situaciones de gol.

Noir volvió a sacudir la estantería con un disparo frontal que Ojeda despejó. Y Figueroa se llenó la suela de picardía argenta, se metió en el área con galera y bastón, pero no pudo convertir. Enseguida Vangioni ingresó solo por su callejón y desvió con lo justo, otra vez, Ojeda. Luego un tiro de Noir arañó el caño izquierdo del Bicho. Sobre el final, Mateo tuvo la chance de definir, pero la circunstancia lo superó.

La balanza se inclinó explícitamente del lado de Newell’s. Pero los caprichos del fútbol levantaron en el marcador una parda mentirosa que igual le servirá a la Lepra para acomodarse mientras suma. (La Capital)