Estiman que en 2023, el campo aportaría U$S 20.000 millones menos
La Bolsa de Comercio de Rosario señaló que el ingreso neto de divisas sería el segundo más bajo desde 2010.
vanzada la cosecha de soja y de maíz, las proyecciones de producción de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) para esta campaña se ajustaron a la baja. Con una caída del 50%, la soja 2022/23 llegaría a 21,5 millones de toneladas a nivel país, mientras que el maíz alcanzaría los 32 millones de toneladas, un 40% menos que lo esperado a la siembra.
Con esos guarismos, en base a los precios y toneladas que se proyecta exportar, la BCR calculó que el ingreso neto de divisas del agro estará 20.000 millones de dólares por debajo del ciclo anterior, siendo este el segundo más bajo desde al menos 2010.
La producción total de granos en Argentina en la actual campaña será de poco más de 82 millones de toneladas, cuando en 2021/22 se obtuvieron 127 millones y esta merma se traducirá en una caída de las exportaciones de granos y derivados. La BCR estima que los envíos al exterior rondarán los 56 millones de toneladas, es decir, un 40% menos que en la campaña anterior.
Para peor, se proyecta un importante retroceso del valor de los principales productos de exportación del agro: granos, harinas, aceites y biodiesel. “Los envíos al exterior alcanzarían en el año un total de 27.000 millones de dólares, por debajo de los últimos dos años, pero quedando por encima del promedio de la década anterior de 26.500 millones en el período 2011-2020″, detalló la BCR.
Debido a la drástica merma en la producción de soja debido a la sequía y las heladas, se prevé una importación récord de soja de 10,7 millones de toneladas para poder abastecer las necesidades de la industria local, por lo que las exportaciones netas se ven aún más afectadas, advirtió la entidad. Según sus cálculos, habrá exportaciones netas efectivas de granos y derivados por 21.360 millones de dólares, esto es más de 18.000 millones menos que en el año anterior (en estos valores se descuentan las importaciones de poroto de soja).
De ser así, el 2023 quedaría por debajo de los años previos, superando sólo el valor alcanzado en el 2018. Es que, a pesar de que la caída en los volúmenes a exportar es mayor a la de aquel entonces, “los precios de la gran mayoría de los granos y derivados se mantienen por encima de la media histórica, lo que permite compensar en parte el recorte en toneladas”, explicó la BCR.
La liquidación de divisas son los dólares que los exportadores venden en el mercado cambiario y hay factores que influyen sobre el flujo de divisas que el sector agroindustrial aporta en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Generalmente, los exportadores despachan los granos y derivados a medida que van adquiriendo la mercadería a los productores, por lo que no hay mayor diferencia entre el momento en el que se realiza la exportación y el momento en el que se ingresan las divisas al MULC para realizar el pago a los agricultores.
Sin embargo, puede ocurrir que los productores realicen ventas de granos por un volumen mayor al que los exportadores despachan o que realicen ventas de mercadería a fijar precio.
En estos casos, los exportadores pueden financiar la adquisición de la mercadería con Cobros anticipados de exportación, y quien realiza la financiación es el importador en destino. O bien, pueden prefinanciar las exportaciones, es decir, recibir el cobro total o parcial de una exportación de manera anticipada, y el importador en el país de destino financia el pago total o parcial de la compra antes de que se haya obtenido el cumplido de embarque de mercadería por parte de la Aduana.
En ese caso, los exportadores toman un crédito (en el exterior o local) para poder pagarle la mercadería a los productores, que luego cancelarán una vez cobrada la venta al exterior.
Estos dos mecanismos conducen a que la liquidación de divisas en un determinado mes pueda quedar por encima de la exportación efectiva de mercadería, pero que luego será compensada en los meses siguientes, cuando la exportación efectiva superará a la liquidación de divisas. Ambas variables se compensan en el largo plazo. Esto sucedió el año pasado en septiembre y en diciembre, con la implementación del Programa de Incremento Exportador I y II (PIE I y II).
En septiembre de 2022 la liquidación de divisas del agro alcanzó 8.573 millones de dólares: 3.830 correspondieron a cobros anticipados de exportaciones, 2.508 millones ingresaron mediante el mecanismo de prefinanciación de exportaciones y 2.219 correspondieron a cobros de exportaciones efectivamente realizadas. Sin embargo, las exportaciones efectivas fueron de 2.830 millones de dólares durante ese mes.
Luego, en el mes de octubre, la liquidación de divisas sumó 1.220 millones de dólares, cuando la exportación del mes totalizó 3.530 millones.
Es por estos mecanismos que la liquidación de divisas del agro en el 2022 superó los 44.100 millones de dólares, quedando por encima de la exportación efectiva del año que fue de 41.620 millones ya que durante los PIE I y II ingresaron anticipadamente parte de los dólares generados por lo que se exportó en los primeros meses de 2023.
Para el 2023, la BCR prevé que la liquidación de divisas del agro caerá en una magnitud mayor a la caída en las exportaciones efectivas, por efecto de los PIE I y II. Para este año proyecta una liquidación de 25.000 millones de dólares contra 27.000 millones de exportaciones del sector. Pero además, este año, como deberá importarse un volumen récord de soja, el sector demandará divisas por 5.500 millones de dólares para su pago. De esta manera, la liquidación de divisas netas del agro en el mercado de cambios totalizaría 19.400 millones dólares en el 2023, una caída de más de 20.000 millones con respecto a 2022.