El Ministerio de Salud prohibió la importación, venta y publicidad de vaporizadores
La resolución entrará en vigencia a partir de este martes 28 de marzo. Alegan que son atractivos para jóvenes y contienen sustancias tóxicas.
A través de una resolución firmada por la titular de la cartera, Carla Vizzotti, el Ministerio de Salud de la Nación prohibió la importación, venta y publicidad, en todo el territorio nacional, de dispositivos electrónicos utilizados para inhalar vapores de tabaco, incluidos todo tipo de accesorios. Entre los argumentos que fundamentan dicha resolución, se cita que contienen sustancias tóxicas como la nicotina, intentan reemplazar a los cigarrillos convencionales y son atractivos para niños y adolescentes.
La cartera sanitaria publicó este lunes la resolución 565/2023 donde se establece la prohibición de los sistemas o dispositivos electrónicos destinados a inhalar vapores o aerosoles de tabaco, denominados habitualmente como “Productos de Tabaco Calentado” (PTC), que consisten en una barra de tabaco (HeatStick) y un dispositivo de calentamiento de tabaco alimentado por batería.
«Prohíbese la importación, distribución, comercialización, la publicidad y cualquier modalidad de promoción y patrocinio en todo el territorio argentino de los sistemas o dispositivos electrónicos destinados a inhalar vapores o aerosoles de tabaco, denominados habitualmente como «Productos de Tabaco Calentado», extendiéndose dicha prohibición a todo tipo de accesorio destinado al funcionamiento de dichos sistemas o dispositivos, como asimismo a cartuchos y barras de tabaco para ser calentadas en dichos sistemas”, indica la resolución firmada por Vizzotti.
También detalla que dichos dispositivos generan «aerosoles con nicotina» y «otras sustancias químicas como el acetaldehído, la acroleína y el formaldehido, las cuales son dañinas y potencialmente dañinas para la salud». Al mismo tiempo explicita la potencialidad adictiva de la nicotina y remarca que «puede inducir en nuevos usuarios una dependencia de esta droga».
Asimismo, especifica que, de acuerdo a la evidencia recolectada, los productos novedosos como los PTCs y similares son «especialmente atractivos para niños, niñas y adolescentes y su introducción en el mercado tiene el potencial de conducir a la iniciación tabáquica en jóvenes y adultos no fumadores, amenazando los logros ya obtenidos en materia de control de tabaco mediante las políticas públicas previamente implementadas».
En la resolución se da cuenta de que, en un contexto de retracción del consumo de tabaco en diversos países del mundo, las tabacaleras y otras empresas «han introducido en el mercado nuevos productos alternativos, como los dispositivos electrónicos para fumar o inhalar aerosoles con o sin nicotina». Y señala que, con la premisa de que estos productos no tienen los efectos deletéreos del tabaco convencional, este tipo de dispositivos son habitualmente utilizados como reemplazo, especialmente en los lugares donde se prohíbe fumar.
Además, la resolución recuerda que en el año 2011 la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió el uso de los cigarrillos electrónicos, diferentes de los PTC porque no queman tabaco pero si dosis de nicotina.
El consumo de productos de tabaco calentado en Argentina
De acuerdo a la información provista por el ministerio conducido por Vizzotti, en Argentina el consumo de cigarrillos electrónicos presentaba valores relativamente bajos, alcanzando al 1,1% de la población adulta según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018.
Sin embargo, si se pone el foco en los adolescentes, el porcentaje registra un aumento “alarmante” que, según la Encuesta Mundial de Tabaco en Jóvenes del año 2018, alcanzó al 7% de la población de 13 a 15 años. En Argentina, el consumo de cigarrillos electrónicos alcanzó en forma exclusiva al 3% de los adolescentes, lo que llevaría la prevalencia total de 2018 al 21%
El consumo de tabaco en general no solo es perjudicial para la salud de sus usuarios –con alrededor de 45.000 muertes que representan el 14% de todas ellas–, sino que además significa un impacto enorme en las cuentas públicas del país, ya que genera un costo médico directo anual de más de $196.000 millones, un costo de productividad laboral perdida superior a los $91.000 millones, y costos de cuidado informal de más de $75.000 millones.
Así, la suma de estos costos del tabaquismo equivalen a más del 1,2% del producto bruto interno (PBI) del país.