Vecinos de Empalme Graneros realizaron una pueblada y se enfrentaron con la Policía tras el crimen de niño
Familiares de Máximo Geres, asesinado este domingo por la madrugada en un ataque a balazos, atacaron un búnker donde viven «transeros» a los que responsabilizan por la tragedia. Además, los vecinos denunciaron que la policía recibe dinero y drogas de los narcos a cambio de protección.
La muerte de Máximo Geres, el nene de 11 años asesinado cobardemente en un ataque a balazos, en el que resultaron heridos otros tres menores, en medio de una pelea entre bandas por disputas territoriales por la venta de drogas, desató un infierno en barrio Empalme Graneros. Tras velorio en el club Los Pumitas, familiares de Máximo y vecinos de todo el barrio salieron a buscar justicia por mano propia.
Todo comenzó este mediodía cuando los vecinos se movilizaron a la vivienda de un hombre, un supuesto vendedor de drogas al que responsabilizan por el ataque a balazos, y prendieron fuego a una moto. Fue entonces cuando, de acuerdo a las primeras versiones, desde la terraza de lo que señalaron como un punto de venta de drogas, uno de los hombres al que acusaban, comenzó a dispararle a la gente.
A los pocos minutos llegó la policía y se llevó al supuesto «transero», pero, según contaron los vecinos, antes de que se lo lleven, vieron como le entregaba dinero a los policías. La reacción de la gente fue escalando mientras más y más vecinos comenzaron a acercarse, esta vez, con martillos, palas y todo tipo de herramientas para tirar abajo esa casa y otras que apuntan como búnkeres donde venden drogas.
Al mismo tiempo, con la situación totalmente desbordada, comenzaron a llegar efectivos policiales, patrulleros y distintos grupos tácticos para aplacar la situación y resguardar la vida de los acusados, a los que fueron sacando de a poco del lugar atacado. En el entretanto hubo balas de gomas y piedrazos contra los móviles policiales.
El hartazgo de los vecinos se puso en evidencia cuando comenzaron a denunciar las complicidades policiales en la venta de drogas en el barrio, al tiempo que a gritos reclaman por la presencia de la Gendarmería en el barrio.
«No queremos más policía, la policía es toda corrupta y los protege a ellos. Queremos que venga la Gendarmería. Porque nosotros siempre denunciamos, siempre denunciamos, pero la justicia no viene nunca, porque a ellos los tienen comprados con drogas y plata, entonces arreglan con ellos. Nosotros denunciamos, pero somos pobres y no nos escuchan porque no tenemos plata, porque tenemos que ir a cortar pasto para comer mate cocido y pan. Por eso no queremos más policías en el barrio, queremos gendarmes que vengan a poner lo que tienen que poner para que esto se termine».
Entre los heridos por las balas de goma que arrojó la policía, está Julio, el padre de Máximo, quien fue uno de los que encabezó la protesta y con una maza destrozó parte de las paredes de la vivienda del presunto narco.
Asimismo, una mujer que participó de la protesta contó a las cámaras de televisión que ellos vieron cuando, al comienzo, la policía se llevaba dinero de esa casa. «Empezaron los incidentes y vino la policía. Entraron, arreglaron con los transeros, agarraron la plata y se llevaron a los transeros. La tía del chico que mataron también lo vio, uno se fue con el chaleco lleno de plata».
Cuando las cosas comenzaron a calmarse, los vecinos siguieron recorriendo propiedades en las que saben que venden drogas para tirarlas abajo. En diálogo con Conclusión una vecina detalló, al momento de esta nota, que habían tirado cuatro búnkeres. «Vine a apoyar a la comunidad, merecen esta pueblada, porque ya no se aguanta más el narcotráfico y la policía siempre están arreglados, vale más la plata del narco que la vida de un adolescente»
Según algunas fuentes allegadas a la investigación, antes de que los vecinos terminaran de destrozar la casa en la que todo comenzó y de donde se llevaron detenidos a dos hombres y una mujer, los efectivos secuestraron un arma que será peritada a la brevedad.