Binner: «La gente se cansó del blanco y negro, del amigo-enemigo»
Hermes Binner está con la adrenalina lo suficientemente alta como para mostrarse en el último día de campaña como si la tarea proselitista hubiera comenzado ayer. “No estoy cansado en lo más mínimo, estoy para seguir”, se jacta el candidato presidencial del Frente Amplio Progresista, quien clausuró la previa a las elecciones jugando de local con una caminata por el centro rosarino.
Antes de largarse a caminar las calles, Binner llegó a la Redacción de LaCapital, acompañado por su esposa, Silvana Codina, su secretario Ricardo Attala, el gobernador electo, Antonio Bonfatti, y la diputada nacional Alicia Siciliani. De riguroso saco azul y corbata roja, el mandatario provincial hizo un rápido repaso por algunas anécdotas, recordó que está en deuda con alguien por un asado pendiente y hasta se atrevió a dar indicios sobre su futuro mediato. “¿Qué más puedo pedir? Fui intendente de Rosario, soy gobernador y ahora candidato presidencial…”, respondió cuando este diario lo consulto sobre si tenía pensado ser el sucesor de Bonfatti, quien, por toda respuesta, esbozó una larga sonrisa.
—Terminó la campaña. ¿Se siente satisfecho por lo que logró en términos de conocimiento popular en todo el país?
—Ha sido muy interesante para mí. Conozco el país, visité todas las provincias alguna vez en mi vida, pero en el carácter de candidato a presidente se trató de una experiencia buenísima hablar con la gente a nivel territorial, con las instituciones; visitar cooperativas, empresas y también transitar las calles de las ciudades escuchando y dialogando con los ciudadanos. Tengo clarísimo cuáles son las demandas de la población, y nos hemos permitido construir un programa acorde a eso, con una gran experiencia tanto en Rosario como en la provincia de santa Fe. Hay problemas comunes que vamos a resolver si somos gobierno a nivel nacional.
—Se advierte un crecimiento en su intención de voto, fundamentalmente en los últimos días.
—Sí. Estuve en sectores con perspectivas y realidades muy diversas: Vicente López, La Matanza, Caballito, Liniers, en los mercados, en todos lados. También hemos consolidado un equipo muy importante con Margarita Stolbizer, quien le da base territorial al Frente Amplio en provincia de Buenos Aires.
—Es usted el primer candidato con chances serias de ganar desde el 83 hasta ahora. ¿Qué importancia estratégica tiene para los santafesinos que usted sea Jefe del Estado?
—¡Si vemos los que significó para Anillaco y después para El Calafate sería algo con transformaciones extraordinarias para Santa Fe que yo sea presidente de la Nación! (Risas). Santa Fe necesita una ubicación importante de una vez por todas: es la segunda por producto bruto geográfico y tiene una diversidad económica que la distingue. Masa verde, agroindustria, polos aceiteros…
—¿Qué valor real tiene para usted esta convocatoria? Para algunos es de resultado neutro y otros sostienen que en verdad se trata de un simulacro electoral.
—La experiencia santafesina es muy satisfactoria, aunque ahora a nivel nacional se da la casualidad de que los frentes tienen una sola lista de candidatos a presidente. Pero en otras categorías es diferente, por ejemplo en Quilmes hay 16 candidatos a intendente. se trata de algo fundamental para la democracia representativa, que tiene que ver con cómo se elige. Los partidos políticos están atraviesan un momento muy difícil, tienen que renovarse, tienen que actualizarse. Y este sistema es muy satisfactorio y ayuda a que se constituyan las listas.
—Hay una lectura que sostiene que usted le podría quitar votos al kirchnerismo. ¿Lo ve así?
—Nuestra presencia es una novedad en la historia política. Después de tanto tiempo buscamos acuerdos con las fuerzas políticas en base al programa. Eso expresa el consenso del grupo de partidos, y es un avance. Dejamos atrás el capítulo de priorizar las diferencias por sobre las coincidencias para poner los ojos en la Nación. Se trata de saber cómo mejorar para poner en práctica las riquezas de la Nación.
—¿Advierte que los resultados en Santa Fe, ciudad de Buenos Aires y Córdoba representan un “mix” de fundamentos nacionales y provinciales? ¿tienen que ver con la caída del “relato” y el “modelo”?
—Mucha gente me pregunta: “¿Es cierto que usted paga el 82 por ciento móvil?”, “¿es cierto que tiene la boleta única?”. La gente tiene conciencia de la importancia de su voto. Y va y vota. Entonces, propuestas diferentes tienen resultados diferentes en provincias diferentes. La gente ejerce el poder de su voto de acuerdo a su leal saber y entender: eso es la democracia. No fue lo mismo el voto en Santa Fe, ciudad de Buenos Aires o Córdoba.
—¿Pero advierte que la presidenta cayó en la intención de voto?
—¿Sabe qué ocurrió? Se produjo una bisagra el 20 de junio. El acto de Rosario por el Día de la Bandera fue transmitido en cadena nacional para todo el país, todo el mundo vio lo que pasó. Y todo el mundo quedó preocupado porque el gobierno confundió un acto partidario con un acto patriótico. ¿Por qué no fueron a otro ámbito? A un estadio de fútbol, a un lugar más amplio… Ahí fue un punto de inflexión, que no podría cuantificar. Hasta el 20 de junio todo se toleraba todo, pero ese día se generó un clik. No todo es lo mismo, y muchos advirtieron eso. La gente quedó marcada por la intolerancia del acto del 20 de junio. La gente se cansó del blanco y negro, del amigo-enemigo. Esa división no ayuda a salir adelante y genera intolerancia.
— Muchos no quieren votar al kirchnerismo pero dudan a qué candidato de la oposición votar.
—Que voten a Binner… La diferencia es la formación de los frentes. Coincidimos con Víctor De Gennaro, Margarita, Victoria Donda, Luis Juez, Humberto Tumini, Claudio Lozano. En pocas horas logramos un acto fundacional impecable. Y esto es amplio, pueden venir más en el futuro. Siempre es importante ganar, pero hay que celebrar el inicio de este camino. (La Capital)