Está de paro la línea 146 de colectivos por la brutal agresión de un chofer
Los compañeros del conductor de la línea 146, atacado a golpes esta madrugada por dos delincuentes en Fisherton Norte, resolvieron esta mañana una medida de fuerza en reclamo de mayor seguridad para trabajar. «El tipo gatilló dos veces el arma y como le salió el tiro, me pegó un culatazo. Me tuvieron que aplicar tres puntos de sutura en la cabeza», contó esta mañana Roberto Rodríguez, el atribulado chofer, en contacto con el programa Dos tipos audaces de La Ocho
Tras la agresión sufrida por Rodríguez, los trabajadores de la empresa Rosario Bus comenzaron a concentrarse en el galpón de Provincias Unidas y Junín, donde se guardan los coches y resolvieron suspender los servicios por tiempo indeterminado en las dos banderas que tiene esa línea.
El hecho ocurrió a las 4 cuando Roberto Rodríguez, un chofer con siete años de antigüedad en esa actividad, manejaba una unidad de la línea 146 que había iniciado su recorrido en la punta de línea que está ubicada en el supermercado Carrafour de avenida de Circunvalación, en la zona noroeste de la ciudad.
Rodríguez contó que en el momento que que fue abordado por los delincuentes no transportaba pasajeros. «Recién había iniciado el recorrido, no había pasajeros. Siempre suben dos panaderos en el barrio 7 de Septiembre, pero hoy no lo hicieron», relató esta mañana el atribulado chofer.
Los delincuentes aparecieron en Génova y Colombres, en la zona conocida como Fisherton Norte. En esa esquina Rodríguez vio dos hombres y uno de ellos le hizo señas como si quisiera tomar el colectivo. Uno tendría unos 35 años y el otro alrededor de 20, de acuerdo al testimonio de la víctima.
«Cuando me acerqué, uno de ellos hizo como que se iba del lugar, que dejaba al otro tomar el colectivo, pero cuando paré se acercó corriendo y vino directamente con un arma de fuego. Me quiso robar, después me quiso desviar. Tuve suerte porque fueron tres puntos en la cabeza, pero esto es todos los días. (Los choferes) lo estamos pasando muy mal», afirmó Rodríguez, quien agregó que los delincuentes huyeron sin llevarse nada de valor.
Rodríguez contó que tras la violenta agresión que sufrió y la fuga de los ladrones, pudo conducir hasta Juan José Paso y Donado donde pidió ayuda. «Cuando pasan estas cosas, dos o tres días vemos presencia policial, pasan patrulleros, pero después ya no. siempre veo que le pasan a mis compañeos. A mí me subieron un par de veces, me apretaron, pero nunca así como esto. Esto fue fuera de lo común. Ojalá que en mi casa no se enteren», agregó.
«Esto pasa todos los días. Decí que uno es duro y le gusta la profesión y no me van a vencer. Además esto es mi medio de vida, hago lo que me gusta. Si nos pudieran dar una manito los que tienen que hacer algo sería todo mejor», manifestó Roberto.
(La capital)