San Lorenzo y la región aportan mucho a la Nación y vuelve poco y nada
Se denomina Complejo Portuario San Lorenzo a todas las terminales portuarias privadas que están situadas en las localidades de Puerto General San Martín, Timbúes y San Lorenzo, en sur de la provincia de Santa Fe, entre el Km 430 y 462 del Río Paraná. La ubicación geográfica es inmejorable, a sólo 20 kilómetros al norte de la ciudad de Rosario, localizado en el corazón de la Hidrovía Paraná-Paraguay con 34 pies de calado para la navegación de buques ultramar, con carreteras que lo comunican con todo el país, como las rutas nacionales 11, A012, 34, 33; las autopistas Rosario-Santa Fe, Rosario-Córdoba y Rosario-Buenos Aires. y también con ramales ferroviarios como el Belgrano Cargas y el Nuevo Central Argentino.
En añadidura, este conglomerado de terminales de embarques y muelles privados se ha transformado, en el polo aceitero, granelero, harinero, petroquímico y petrolero más importante del mundo, disputándole el primer lugar en cuanto a volúmenes exportables a los puertos de Nuevo Orleans en los Estados Unidos. Recién, en un tercer lugar cómodo, aparecen los de Santos (Brasil) y en el séptimo, otros puertos argentinos como los de Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires).
El 82% de las exportaciones de granos, aceites, harinas y subproductos de la Argentina salen por acá…
Un dato comparativo y que da fe del crecimiento y desarrollo que alcanzó este nodo portuario, es que en el año 1997, exportó el 39.19% de granos, oleaginosas y subproductos del país. En la actualidad, no sólo se logró duplicar ese porcentaje, sino que además también se incorporó «valor agregado» a través de la producción de aceite como de diferentes harinas son marca registrada de las mercaderías exportables.
Timbúes cuenta con seis terminales y ocho muelles; Puerto General San Martín con nueve terminales y trece muelles y San Lorenzo con siete terminales y nueve muelles…
Cada buque de ultramar que llegan a nuestros puertos, son los famosos modelos «Panamax» que cuentan con siete bodegas y también los «Handymax», donde su carga promedio, a valores actuales, conforme los precios que establece el mercado de Chicago, es de aproximadamente veinticinco millones de dólares. Hasta el momento de la redacción de esta nota ingresaron 1893 buques al complejo aludido.
Presión fiscal
Un dato no menor que ilustra la presión fiscal que sufre el sector, es que uno de cada tres barcos, se lo lleva el fisco nacional en concepto del sistema de retenciones. En algunos casos las alícuotas llegan al treinta y cinco por ciento.
Otra punto no menos importante es que la sede de AFIP que más factura, por ende la que más recauda del país, no es como mucho creen la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino la de la histórica ciudad de San Lorenzo. Dicha repartición pública está enclavada en el mismo lugar en el cual en 1813 el Libertador José Francisco de San Martín comenzara la gesta emancipadora americana. Aquel triunfo sobre las tropas realistas, le permitió abrir camino a la heroica epopeya libertaria que culminará con la emancipación de Argentina, Chile y Perú. La ciudad de San Lorenzo también fue la sede de la firma del primer Pacto Preexistente que hace referencia la Constitución Nacional en su preámbulo, el «Armisticio de San Lorenzo», celebrado en 1819, con representantes del General Manuel Belgrano y el Brigadier Estanislao López, pactando el retiro de todas las tropas del territorio santafesino. En 1846, por último, dentro del marco de la guerra del Paraná, los hombres de la Confederación a cargo de Lucio V. Mansilla derrotaron a las tropas anglofrancesas también en San Lorenzo.
Falta de obra pública
Volviendo al presente, la región aporta mucho al erario nacional, pero poco y nada vuelve, habiendo muy poca inversión por parte del Estado nacional. Una clara muestra de ello es el agudo déficit en materia de infraestructura vial y ferroviaria que padecemos.
Durante el 2019, año previo a la pandemia, desde este nodo portuario se lograron alcanzar los 79 millones de toneladas de exportación en materia de granos, aceites, harinas y subproductos, llegando al primer puesto mundial en volúmenes exportables. En el año 2021, no obstante -año pospandemia- hubo una bajante histórica del Río Paraná, que afectó la capacidad de carga de los buques y sólo se lograron exportar 75 millones de toneladas, quedando esta vez en segundo lugar detrás de los puertos estadounidenses de Nueva Orleans, que alcanzaron la cifra de 78 millones.
Pese a los prometedores números y a la potencialidad de la región, contamos con las mismas carreteras de hace cuarenta años atrás. Éstas no estaban pensadas para recibir a sesenta mil camiones por día, ya que hay que tener en consideración que treinta mil ingresan diariamente al complejo en época de cosecha gruesa (se entiende desde marzo a septiembre) y otros treinta mil salen de las terminales portuarias. Asimismo, las cargas ferroviarias, atraviesan y cortan por la mitad a las ciudades, sitiándolas con perjuicio a las situaciones de emergencias sanitarias, bomberiles y de seguridad pública.
Por otra parte, la ciudad de San Lorenzo cuenta con una barranca de 15 a 18 metros de altura, siendo afectada ostensiblemente por la operatividad de los buques y los movimientos que estos producen, redundando en permanentes y constantes desmoronamientos a contra natura del río, es decir, el agua le gana espacio a la tierra.
Acuerdos y compromisos básicos
El planteo que debemos asumir como nuestro, es la articulación pública-privada, que nos llevará inexorablemente a alcanzar la condición de «ciudades portuarias» y no como ocurre actualmente de «ciudades con puertos». Tampoco se puede dejar de lado la importancia de las tareas de dragado, balizamiento y mantenimiento del troncal hidroviario, que hoy día, deja más incertidumbre que certezas. Y ello hace a un factor imprescindible de nuestros puertos, que es la competitividad.
Es necesario e imperioso, en conclusión, que tengamos una mirada estratégica para los próximos años, adoptando el desafío no sólo de compatibilizar la producción, la inversión y el trabajo, sino también la iniciativa pública en obras de infraestructura vial, ferroviaria y portuaria acorde a lo que la región aporta al presupuesto nacional, para hacer realidad un verdadero federalismo, que en la actualidad, es meramente declamativo.