Del “que se vayan todos” al “no te creo nada”
Lo cierto es que, veinte años después, es difícil enamorar a un electorado agnóstico. Argentina no merece tanto retroceso.
Argentina no merece tanto retroceso. Sin embargo, una vez más Macri/Cristina, Cristina/Macri ganan la centralidad política mirando el 2023.
CFK, si de conveniencias políticas personales hablamos, es probable, como ya hemos escrito, que ponga todas sus energías en la provincia de Buenos Aires. En ese territorio se gana por un voto. Y desde allí la Vicepresidenta y La Cámpora, a resguardo, podrían mirar sin urgencia el 2027.
Mauricio Macri, a pesar de la negatividad que al igual que a la ex presidenta lo acompaña en las encuestas, es el ordenador de los tiempos y las posibilidades del PRO. Hoy ya nadie lo duda. Hace dos años, esta cronista señaló que le iba resultar difícil a Horacio Rodríguez Larreta sostenerse en la “pole position” de sus ambiciones presidenciales. Eso ha sucedido, su desgaste es evidente. Un serrucho lo blande la multipartidaria hoy anclada en el PRO, Patricia Bullrich, ayudando al declive del jefe porteño. Pero resulta crucial los amagues del ex presidente con su asignatura pendiente: volver a gobernar a los argentinos, pero esta vez bien, se le escuchó decir que lo haría sin perder tiempo a la hora de aplicar su “sangre, sudor y lágrimas” criollo.
Ocho largos meses separan a los potenciales candidatos de sus candidaturas. Mientras tanto el socio principal de la coalición opositora, prepara su propia estrategia. Tienen en claro los Radicales que esta vez no serán dadores de estructura para otros. En off, un importante hombre de esta fuerza le dijo a Infobae: “Es nuestra hora, hemos resucitado y tenemos potencialidad. Ahora, les toca a ellos acompañar. Además, no coincidimos con las políticas que quieren impulsar Macri y Bullrich”.
No puede dejar de preguntar esta cronista ¿entonces qué los une? La respuesta parece obvia: ganar. Y al igual que el FdT, convertirse en una coalición electoral exitosa, pero después hay que gobernar. Parece que no alcanza, de ser esto así, el ejemplo de la actual coalición de gobierno. Públicamente, niegan que esto sea así. Pero, a su vez, saben al negarlo que faltan a la verdad.
Ante un Macri que no define, la UCR va avanzando hacia otros esquemas. Pareciera que Gerardo Morales ya no le dedica tanto tiempo a Rodríguez Larreta para entusiasmarlo en una fórmula mixta, sino piensa en una fórmula fuerte con Facundo Manes. La novedad se producirá este miércoles a las 18 un la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, cuando Manes junto a Martín Lousteau diserten bajo el lema: “Las universidades como motor de desarrollo del país”.
Lousteau, quien ninguneaba al neurólogo esperando ser ungido por el jefe porteño para ocupar ese lugar, vio que Macri designó a su primo Jorge para esa función. El senador entiende rápido, ve que ahí no hay lugar para él. Cercanos al diputado Manes sostienen que no es nuevo el diálogo con Lousteau, quieren tener un candidato radical a jefe porteño y además sostienen que este formato se dará con todos los candidatos radicales de los diferentes distritos de la República Argentina.
Con respecto a la criticada foto de Manes junto a Juan Schiaretti, desde algunos sectores de la propia coalición; la respuesta es: “Fue en mayo y Facundo conversa con todos. Después de todo, cuando Macri puso a (Miguel) Pichetto de un día para el otro, no hubo escándalo”. A propósito, Manes estará en Córdoba la próxima semana.
Nadie aventura sobre si las PASO serán anuladas o continuarán. El presidente Alberto Fernández le ha dicho a esta cronista que él no tiene nada previsto al respecto (modificación de la PASO): El oficialismo hoy está abroquelado tras Sergio Massa y las medidas que genere para combatir la inflación, flagelo letal para los argentinos. A los que atraviesa por igual, pero, con mayor incidencia, es quienes (casi 3 millones) no disponen de representación sindical (monotributistas), así como también a los protagonistas de la economía informal.
Me decía un gobernador peronista: “Si el Presidente trabajase en tándem con el ministro de Economía, traccionando inversiones, entre otras; el 2023 se presentaría más fácil para retener el poder”. Lo cierto es que, veinte años después del “que se vayan todos”, estamos ante un “no le creo nada” generalizado. Difícil enamorar a un electorado agnóstico.
A propósito de retener el poder, los gobernadores peronistas (un grueso de ellos), creen que sin PASO tienen más chances; no sólo los del Norte, lo piensan también los del Centro, que tratarán de mostrar una alternativa: moderada, federal y productivista. Ahí habría un espacio donde seguir creciendo, evalúan. Claro que aún es prematuro. Gustavo Bordet está demasiado invisible por el humo que no controla. Schiaretti por su hermetismo y Omar Perotti porque debe revertir con otras políticas su fallido intento a hoy de combatir el crimen organizado con epicentro principal en Rosario.
En estas últimas horas, reapareció el ex minsitro Marcelo Sain, mencionando que los ataques que él recibe cree que no provienen del mundo criminal duro porque sostiene: “Cuando ellos pierden, pierden. Cuando fui ministro, al ver la cantidad de asesinatos digitados desde la cárcel, yo instaba a nuestra policía armada que respondiese con toda la legalidad, pero que respondiese, ante un sicariato que tenía y tiene en vilo a la ciudad. Los que me atacan son las estructuras de poder financiero. Tras la muerte del Coto Medrano vimos que lavaba dinero en una histórica financiera. Hoy es el grupo que está construyendo un hotel en Rosario”. Sain asegura que, de jueves a domingo, un solo búnker recauda entre $ 7 y 8 millones que lava luego en financieras.
El gobernador Perotti también está hermético sobre lo porvenir político. Deberá encontrar un sucesor competitivo -dice tenerlo in péctore – y además ser él el gran elector. Se lo ve monitoreando el resultado de un concurso que es clave para la justicia santafesina. Implica la renovación del Ministerio Público de la Acusación. Concurso donde ningunos de los inscriptos hoy ha impugnado al Jurado. Pero actores ajenos al mismo, sí.
La compleja mediocridad política argentina entretiene desde sus polos extremos y estresantes, con temas ajenos a la gran agenda ciudadana nacional. ¿Y si despiertan a esta realidad?