El aire de Rosario es seis veces más tóxico que el smog de grandes ciudades
Dos estudios realizados en agosto determinaron niveles alarmantes para la salud de la población a raíz de los incendios en las islas.
Dos informes paralelos realizados para comprobar el impacto ambiental que provoca el humo proveniente de la quema de pastizales en las islas del Delta entrerriano arrojó resultados contundentes respecto al daño que genera en la salud de la población, muy por encima de la contaminación habitual provocada por el smog de las grandes urbes.
De acuerdo a los relevamientos realizados por el Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la Universidad Tecnológica Nacional (UNT) y la empresa HSE Ingeniería, encargada de la logística, el aire presentó entre 6 y 9 veces mayor concentración de material particulado de alto volumen (partículas PM10 y PM2.5) capaces de provocar enfermedades respiratorias y hasta enfermedades terminales como el cáncer.
En tanto, de acuerdo al estudio elaborado por un grupo de investigadores del Conicet para la UNR, determinó mediante equipos homologados bajo estándares internacionales que durante los primeros días de agosto y hasta esta última semana, hubo valores que superaron el máximo tolerable establecido (50 microgramos/m3), con picos que alcanzaron los 297 microgramos/m3 durante el 10 de agosto, en plena quema de pastizales en el humedal.
Análisis
En el caso del primer relevevamiento, se utilizaron tres puestos en puntos equidistantes de la ciudad tales como La Cambeira al 600 (Punto1 – Pueblo Nuevo, Villa Gobernador Galvez); avenida Juan Pablo II al 1700 bis (Punto 2 – Rosario Norte); y Parque del Monumento Nacional a la Bandera (Punto 3 – Rosario Centro).
«Cuando medimos sin humo o en bajas concentraciones, en uno de los tres puntos de medición observamos que la concentración de partículas era entre 6 y 9 veces menos que cuando había incendios en las islas», le precisó el encargado del Observatorio Ambiental de la UNR, Matías de Bueno, a la hora de anticipar que realizarán un próximo informe con los puntos georreferenciados y la dirección del viento para sumarlo a la causa penal presentada en la Justicia Federal por los incendios en la islas del Delta entrerriano producto de la expansión agricologanadera e inmobiliaria.
De acuerdo al relevamiento del material particulado en suspensión en el lapso de 20 minutos (C.A.P.C/m3), relevados durante el 6 y 11 de agosto, el Punto 1 arrojó ,0655; el Punto 2, 0,377; y el punto 3, 0,707 microgramos/m3 para un máximo tolerable de 0,50 de esa misma cantidad de material perticulado contaminante, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS). En tanto, con presencia de humo y quemas incesantes en las islas, esos valores se multiplicaron de la siguiente manera: el Punto 1 arrojó ,0109; el Punto 2, 0,103; y el punto 3, 0,74 microgramos/m3.
En ese sentido, los encargados en elaborar el informe puntualizaron que «los riesgos para la salud asociados a las partículas en suspensión de diámetro igual o inferior a 10 y 2,5 micras (µm) (PM20 y PM2.5, respectivamente) son capaces de penetrar profundamente en los pulmones», y precisaron que «las PM2.5 pueden incluso entrar en el torrente sanguíneo, lo que afecta principalmente al sistema cardiovascular y respiratorio, así como a otros órganos».
En tanto, de acuerdo al informe establecido por el grupo de investigadores del Conicet para la UNR, indica que las columnas de humo derivadas de los focos de incendio fueron observadas durante la mañana del 8 de agosto 2022. Los vientos en dirección este, sudeste este-sudeste «arrastraron las partículas y gases emitidos hacia la ciudad de Rosario entre las 10 y las 11, alcanzando un máximo de PM2.5 de 125». Para contrarrestar estos valores, precisaron que al día siguiente, «no se registraron incendios en la zona y la calidad del aire fue buena durante todo el día».
Sin embargo, ante la detección de nuevos incendios y la rotación del viento, aclararon que «en las primeras horas del 10 de agosto, se determinó que las emisiones fueron arrastradas desde el Delta del Paraná hacia Rosario. Y que la concentración de partículas PM2.5 en un período breve «tuvo un máximo de 287».
En esa misma línea de medición, puntualizaron que «el 16 de agosto se registró un incremento de partículas PM2.5 hasta un valor de 129 similar al máximo registrado la semana previa (8 de agosto) y un segundo pico al mediodía (84 microgramos/m3) como resultado de la rotación del viento. Este mismo efecto se registró la madrugada del 17 de agosto, con un máximo de 156», según indicó la investigadora Adriana Ipiña Hernández.
En ese contexto, concluyó: «Durante agosto se han registrado muy altas concentraciones de material particulado en periodos muy cortos (entre una y dos horas) ocasionando a sus habitantes un estrés respiratorio, que amenazan su salud pulmonar y cardiaca».
Asimismo, argumentó que «los estándares actuales de calidad del aire específicos para PM2.5 no distinguen las fuentes de emisión y composición química, ya que implícitamente consideran que el PM2.5 derivado de incendios forestales y de otras fuentes (transporte, industria y construcción) son igualmente perjudiciales para la salud humana».
No obstante, apuntó que «los estudios toxicológicos recientes sugieren que las partículas de incendios forestales pueden ser más tóxicas que cantidades iguales de PM2.5 en el ambiente».