Argentina cerró un principio de acuerdo con el FMI para refinanciar la deuda
El pago de los u$s 730 millones está definido, sólo atado a que el Fondo envíe antes el comunicado que confirme el acuerdo.
El Gobierno alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hoy viernes pagará los u$s 730 millones que vencen de intereses con el organismo financiero, siempre y cuando antes el FMI envíe un comunicado anunciando dicho entendimiento.
Hay plazo para pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta las 14hs. La deuda no es grande, apenas u$s 731 millones que, de todos modos, tienen que salir de las flacas reservas que administra el Banco Central (BCRA). Pero con el acuerdo, la situación cambia.
Un gesto político de Joseph Biden solicitado por Alberto Fernández hace un mes destrabó la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El movimiento diplomático fue exitoso y logró que Janet Yellen, secretaria del Tesoro, tuviera una mirada más contemplativa sobre la propuesta técnica formulada por la Casa Rosada al FMI para obtener un crédito de Facilidades Extendidas.
Yellen abrió la mano y aceptó un plan que, según deslizan en el Gobierno, estaría a la medida de las pretensiones políticas de Alberto Fernández. Ese programa, acorde al último borrador que se manejaba anoche en Balcarce 50, presenta los siguientes aspectos:
- Déficit Fiscal. El FMI logró que Argentina aceptará la meta de déficit cero en 2025, y admitió que en 2022 sea de 2.5 de Producto Bruto Interno (PBI). De esta manera, el ajuste fiscal es lento y permitiría evitar que frene la reactivación de los últimos meses.
- Reformas estructurales. No están previstas para los próximos años. Fue una exigencia del jefe de Estado a Georgieva, que finalmente aceptó. En este contexto, la reforma laboral y la reforma tributaria -por citar dos casos obvios- quedaron postergadas en el tiempo.
- Cronograma de Desembolsos. Son voluminosos en los primeros años y respetan una lógica política vinculada a la campaña electoral de 2023.
- Marco Macroeconómico. No plantea profundas exigencias respecto a la emisión monetaria, el tipo de cambio y las reservas del Banco Central.