El Laboratorio Melissa busca establecer una colonia humana en Marte

En función de la necesidad de la NASA, de establecer una colonia humana en Marte, se está trabajando en el Laboratorio Melissa sobre la temática de la alimentación y el agua para beber, a lo que se suma la necesidad de obtener oxígeno.

Como las misiones tripuladas al planeta rojo serán, necesariamente, de larga duración, es por ello que se deberá obtener oxígeno, agua pura y alimentos a partir de residuos orgánicos y dióxido de carbono.

El Melissa, que opera desde hace una década, es un laboratorio único, con sede en Europa, más precisamente en la Universidad Autónoma de Barcelona y pertenece también a la ESA[1]. Allí se trabaja en condiciones de vida a partir de la transformación de la nuestra geología durante eones.

Marte, vale apuntarlo, tuvo un pasado sin incidentes durante 3 millones de años, quizás porque es demasiado pequeño para producir energía suficiente para generar cambios tectónicos que borran la historia, por lo que debería contener pistas sobre como los mundos rocosos –como el nuestro-, se transforman y evolucionan desde su inicio.

Misterios del interior rocoso marciano

El módulo Insight Lander justamente deberá proporcionar desde el soleado Ecuador marciano un estudio minucioso del interior del planeta rojo, a efectos de arrojar luz sobre nuestro propio planeta, que tendría el mismo tipo de placas tectónicas que crearon las cadenas montañosas de nuestro planeta.

Por otra parte, vale indicar que la comunidad astronómica está embarcada en un plan de localización de todos los planetas que flotan en un radio, de 300 años luz de la Tierra, teniendo en cuenta que un año luz es la distancia recorrida por la luz en un período de tiempo, esto es unos 10 billones de kilómetros.

En ese millar largo de estrellas, hasta ahora sólo se han hallado medio centenar que parezcan tener algún planeta y sólo tres son multiplanetarias.

El primer sistema múltiple tenía 3 planetas del tipo Júpiter y luego se hallaron dos más: Uno en la Constelación de la Serpiente, a 123 años luz de la Tierra, esto es la estrella HD 168443, que tiene la peculiaridad de estar orbitando dos planetas.

El planeta pequeño, que circunda la estrella, lo hace a una distancia entremedia de la de Mercurio y Venus al Sol y tiene una masa 7 veces la de Júpiter, en el margen superior de lo hasta ahora detectado en los planetas de fuera del Sistema Solar. Completa un giro cada 58 días.

El restante es el que tiene actualmente desconcertado a los astrónomos. Es tan grande – entre 17 y 40 veces la masa de Júpiter-, dice el astrónomo Geofrey Marcy, de la Universidad de Berkeley, uno de los descubridores. Da una vuelta completa entorno de la HD cada 4,8 años.

Su tamaño es el más gigantesco del Sistema Solar. Podría llegar a ser una estrella marrón o estrella fallida por no tener energía suficiente como para disparar la reacción nuclear que produce el brillo de las estrellas.

Otro hallazgo

Otro hallazgo se producido en torno a la estrella enana roja 876, que tiene un tercio de masa solar y está muy cerca de la Tierra, a unos 15 años luz, en la Constelación de Acuario.

Dos planetas la circundan –uno con la mitad de masa de Júpiter-, y la otra con el doble de masa del mismo planeta. Uno completa el giro en 60 días y el restante lo hace en 30.

La armonía gravitacional es común entre lunas y asteroides -Io, Europa y Ganímides-, en torno a Júpiter y algunos satélites de Saturno, pero no entre planetas, aunque en nuestro Sistema Solar existe una entre Neptuno y Plutón, que gira dos veces en torno al Sol por cada tres que lo hace Neptuno.

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Ricardo Marconi

Licenciado en Periodismo. Posgrado en Comunicación Política. rimar9900@hotmail.com