Argentina cae y nadie la interrumpe

¿Son los candidatos elegidos para este momento los que necesita lo sociedad para resolver sus problemas? ¿Caras conocidas son sinónimo de votos? Y principalmente, ¿están preparados y capacitados para ayudar a percibir e intentar resolver las heridas sociales?

¿Estaremos en los albores de un cambio generacional en la política? ¿Chile adelanta? En las primarias de ayer se impusieron Gabriel Boric (coalición de izquierda Apruebo Dignidad) y Daniel Sichel (coalición derechista Chile Vamos), los candidatos menos radicalizados. Chile desde 2012, con los reclamos por el boleto estudiantil, comenzó a emitir señales de la presencia de movimientos sociales hasta llegar a aquel 2019 violento, que le impuso a la política la reforma constitucional. La elección de convencionales constituyentes fue, como dice el Dr. Manuel Antonio Garretón, “un rechazo a las distintas políticas elitistas y produjo la ruptura en la relación entre partido político y movimiento social”. Sostiene el sociólogo que “lo que acontece en Chile es refundacional entre un nuevo orden social, político y económico y un nuevo relacionamiento entre la gente y la política”.

Sin lugar a dudas, el próximo presidente chileno que resulte electo en noviembre tendrá la demanda de múltiples movimientos sociales y la política toda, el desafío de adecuarse a esta nueva realidad o desaparecer como partidos.

Desde esta columna vengo insistiendo sobre la corriente social subterránea que aflora esporádicamente, manifestando el descontento social generalizado y profundo para con la dirigencia política en general. El politólogo Hugo Quiroga define a esta situación como “el mundo de los asistidos”, mundo que incluye nuevos desocupados, desocupados históricos, el 10% de clase media que cayó en la pobreza, profesionales, cuentapropistas, changarines.

También señala Quiroga que los hechos violentos ocurridos en diciembre de 2001 tuvieron un aviso previo con el voto castigo a la Alianza, en octubre del mismo año. Lo que señala el politólogo es que aquella primera revuelta social en el nuevo siglo, se sintetizó en la consigna “que se vayan todos”, que impactó tanto en los sectores políticos como lo sucedido en Chile en 2019 que obró en favor del llamado a la reforma constitucional. Luego de aquellos días tremendos pareció que la sociedad había acordado transcurrir sin violencia política. Argentina tiene enorme contención social y en general un pueblo pacífico pero, una vez más, aparece la política absolutamente distraída ante una Argentina que cae y nadie la interrumpe. Y vuelvo a Quiroga: “Argentina hoy no está sólo en decadencia, es un país quebrado”.

Eduardo Delmonte, dirigente de la CCC Rosario, es un obrero metalúrgico que junto a 100 compañeros quedó cesante en 1998. Dice: “Conseguir trabajo depende de los vaivenes de la economía y dentro de nuestra corriente hay una franja enorme crónica y sin perspectivas. La capacitación que se da desde los gobiernos en general no sirve. Un obrero metalúrgico como yo no se hace en tres meses. La salida de las cooperativas, salvo honrosas excepciones, es precaria y no da respuestas. Si nuestro silencio por momento se vuelve ruidoso es para que los nadies -que somos nosotros- pasemos a ser algo. Los jóvenes de nuestros barrios no tienen posibilidad de insertarse, no ven futuro, o son soldaditos o van por la delincuencia. Nosotros intentamos convencerlos de que hay futuro así como también ordenar el reclamo”. Finalmente consultado sobre qué piensan los dirigentes políticos y esta situación, “algunos políticos no ven esta realidad, otros no la conocen y otros tienen otros intereses”.

Ante esta radiografía, ¿son los candidatos elegidos para este momento los que necesita lo sociedad para resolver sus problemas? Me refiero especialmente al depósito de esta responsabilidad, que la política está haciendo en referentes mediáticos. Primero, ¿caras conocidas son sinónimo de votos? Segundo y principal, ¿están preparados y capacitados para ayudar a percibir e intentar resolver las heridas sociales?

Política en Santa Fe

El cierre de listas de condaditos a diputados y senadores nacionales tiene algunas particularidades en Santa Fe. En el caso del Frente Amplio Progresista, ante el lamentable fallecimiento de Miguel Lifschitz, todo indica que el camino va hacia una interna donde los candidatos del intendente rosarino, Pablo Javkin, competirán con los del socialismo. Javkin a su vez, prueba traje de conductor del sector para el 2023 así como también de precandidato a gobernador. Por el socialismo, la esposa de Lifschitz, Clara García, será la candidata a senadora. Y por el otro lado, Rubén Giustiniani –último senador nacional por el socialismo- se presenta en alianza con el intendente de Rosario llevando a la radical María Eugenia Schmuck como compañera.

En Juntos por el Cambio cuatro son las listas que se presentarán. El ex candidato a gobernador José Corral, cuya compañera de fórmula presentará este próximo viernes, irá junto a Roy López Molina. El vicepresidente del PRO nacional, Federico Angelini, junto a Amalia Granata. El ex ministro de seguridad, Maximiliano Pullaro, del radicalismo, junto a Gabriel Chumpitaz del PRO. Y por último, la periodista Carolina Losada y el candidato a diputado Mario Barletta.

La mirada política se centra en el Frente de Todos y cómo resolverá sus candidaturas. El gobernador Perotti está convencido de que no hay motivación y margen para una interna. Su histórico compañero de ruta política Roberto Mirabella quien ascendió a una banca en el senado cuando Perotti llegó a la gobernación, es su candidato. La vicepresidenta Kirchner desea que la actual senadora María de los Ángeles Sacnun, repita la banca encabezando la lista. El problema que se suscita es la posición en el binomio. Así como también guarismos electorales no del todo satisfactorios. Ante esto aparece la figura del ministro de Defensa, Agustín Rossi. Según información cercana a Cristina de Kirchner, o Sacnun encabeza la lista de senadores o lo hace Rossi. Sucede que deberá ser el gobernador Perotti quien aúpe las listas para volverlas competitivas. En La Pampa por ejemplo, se respetó la lógica política de encabezar la persona elegida por el gobernador y acompaña la elegida por CFK. ¿Qué hará ante este panorama el gobernador Perotti? ¿Impulsará en un gesto de unidad a su hombre como titular de la lista diputados nacionales?

Santa Fe es una provincia en la cual algunas de las políticas del Ejecutivo nacional han tenido un impacto negativo. Por lo cual, no es menor la elección del candidato.

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María Herminia Grande

Periodista. Analista política