Guzmán captó $249.102 millones y estiró plazo de deuda
“Aceptable”. Así describieron en el Ministerio de Economía el resultado de la licitación clave de ayer, en la que debían afrontar vencimientos de deuda en pesos por casi $306.500 millones. Con un menú inédito de once títulos, el Tesoro captó $249.102 millones, el mayor monto del año pero por debajo de los compromisos a renovar. Para afrontar los pagos, el Gobierno apelará al colchón de fondeo neto que había conseguido en la primera colocación de mayo ($44.800 millones). En el saldo mensual, hasta el momento los recursos obtenidos en el mercado se ubican unos $10.000 millones por debajo de los vencimientos acumulados. Ahora, la apuesta oficial es ir en busca de un importante volumen de financiamiento en la última subasta del mes para apuntalar el porcentaje de rollover y llevarlo a un nivel acorde con las metas trazadas por Martín Guzmán. Hay optimismo en ese sentido.
Tanto el mercado como el Ejecutivo consideraban fundamental la licitación. El sabor que dejó el resultado es ambivalente. Por un lado, permitió estirar plazos de colocación con deuda indexada y dará aire para suficiente para sortear el desafío que planteaba un mes complicado en materia de financiamiento. Por otro, enciende algunas luces amarillas de cara al aún más exigente tercer trimestre. Sobre todo, porque los inversores volvieron a pedir tasas más elevadas de las que los funcionarios consideran sostenibles: el mercado realizó ofertas por $303.835 millones de valor efectivo pero el Tesoro dejó casi $55.000 millones afuera para evitar convalidar un interés más alto.
Los rendimientos adjudicados están en línea con los de las últimas licitaciones, en las que ya había realizado una leve suba de los intereses para conseguir el rollover buscado. El 24% del monto colocado vencerá en 2021; el 62%, en 2022; y el 14%, en 2023. “Queríamos ampliar plazos y lo conseguimos”, destacó una importante fuente de Economía.
En concreto, Economía colocó $37.628 millones en una Letra a Descuento (Ledes) y una a Tasa Variable (Lepase) a 102 días, con tasas del 38,4% y 38,5%; $12.106 millones en una Ledes y una Lepase a octubre, al 40,16% y 40,5% nominal anual; $9.545 millones en la nueva Ledes a noviembre, con tasa del 41%; $31.197 millones en la letra ajustada por inflación (Lecer) a febrero de 2022, con tasa real del 1,57%; $22.842 millones en el Bono TY22P a abril de 2022, destinado a que los bancos integren encajes, con tasa fija del 26%; $62.396 millones en una Lecer a un año, que pagará CER más 2%; y $34.488 millones en un Boncer a marzo de 2023, con tasa real del 3,4%.
Además, los dos títulos dólar linked (indexados al tipo de cambio oficial), que el Gobierno había vuelto a ofrecer después siete meses, despertaron menos interés del esperado. La reapertura del TV22 apenas captó $4.109 millones, con una tasa del 0,43% por sobre la devaluación, y el nuevo bono a noviembre de 2022 dejó $34.792 millones al 1% anual.
“Sacrificamos volumen porque algunos rangos de tasas estaban alejados del mercado secundario y de lo que consideramos sostenible. Pero utilizamos a pleno el colchón de financiamiento neto de la licitación anterior y quedamos casi empatados con los vencimientos, cuando aún queda una licitación por delante. Buena parte de lo que quedó afuera era de los instrumentos más cortos. Hay una ventana de oportunidad para que la próxima semana (cuando vencen apenas $9.000 millones) los inversores converjan a una tasa más apropiada. Hay espacio suficiente para obtener un financiamiento más que importante”, planteó una fuente de Economía, que consideró que estos días hubo algo de ruido en el mercado que tenderá a reducirse.
El objetivo de Guzmán es sostener la política de prudencia monetaria del primer cuatrimestre, cuando logró un mix de financiamiento del déficit fiscal similar al que establece el Presupuesto (60% emisión monetaria y 40% deuda en el mercado). Su premisa es que una mayor inyección de pesos en la economía incrementaría las presiones cambiarias.
En esa línea, junio dará un poco de aire: vencen $243.925 millones y en Finanzas esperan obtener un elevado rollover. Luego vendrá el gran desafío. En el tercer trimestre, que coincidirá con la etapa preelectoral, los compromisos superan los $1,2 billones (la mayor parte son títulos atados a la inflación).