La inteligencia artificial permitió identificar geoglifos en Nazca
Científicos y estudiosos, mediante la inteligencia artificial analizaron e identificaron 142 figuras que podrían datar de entre 100 años A.C y 300 años D.C.
Arqueólogos japoneses de la Universidad de Yamagata oportunamente detectaron geoglifos que representan personas, plantas y animales en las líneas de Nazca y para lograrlo utilizaron imágenes de alta resolución e IA.
Se usó para lograr el cometido el procesamiento de grandes volúmenes de datos y fotos aéreas de gran calibre a altas velocidades que permiten detectar datos en 3 D de forma rápida, lo que ayuda a entender la distribución de las líneas de Nazca.
El equipo de investigación del Departamento de Investigación Antropológica Cultural y Arqueológica de la Universidad de Yamagata señaló que las figuras “están ubicadas preferentemente en el oeste de la pampa de Nazca”.
Hay que hacer notar que las líneas fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y las mismas son imperceptibles al ojo humano, pr lo que fueron detectadas con drones e imágenes satelitales. Son 20 grupos de figuras que al ser detalladas a nivel individual se transforman en imágenes nuevas.
Están localizadas en las laderas de las colinas que circundan los valles de Palpa, lejos de donde se ubican las de Nazca, en la región costera de Ica, al sur peruano.
Hay figuras humanas, aves y felinos que en el tiempo y por el viento se tornaron imperceptibles para el ojo humano, lográndose precisar que pertenecen a la cultura Paraca y Topará.
Rescates
En el marco de la presente columna vale hacer referencia a un intento por conservar lo poco que queda de las civilizaciones precolombinas que no desaparecieron definitivamente luego de la llegada de los españoles a América.
Un conjunto de epigrafistas, arqueólogos y antropólogos norteamericanos, en su momento iniciaron, para luego profundizar y difundir conocimientos ancestrales que se fueron diluyendo con el paso de los años, la evangelización generada tras la conquista y el progreso irremediable.
Para lograr su cometido, especialistas estadounidenses comenzaron a enseñar a los mayas guatemaltecos a leer los jeroglíficos que sus antepasados grabaron dos mil años atrás en la piedra, las paredes de los palacios y hasta en la corteza de los árboles.
Linda Schele, una experta en el tema se tomó el trabajo de pasar varios meses de su existencia en la sierra mejicana descifrando signos de 1.200 de antigüedad, relacionados con conocimientos astronómicos mayas, utilizados para generar arte y una mitología poderosa, aunque sospecha la científica que los reyes mayas manipulaban esa información para convencer a sus súbditos que ellos eran dioses.
La creencia de que los actos de dioses y reyes estaban escritos en un mapa estelar “era aceptada tan profundamente por la gente, que sobrevivió al colapso de la civilización maya, a la conquista y a los 500 años del genocidio sistemático que hoy sigue vivo”, según la estimación de Schele.
Actualmente unos cinco millones de personas hablan el idioma maya en Méjico, Guatemala y Honduras y los arqueólogos precisaron que durante un siglo los mayas del Período Clásico -300 a 900-, de nuestra era, tenían conocimientos abstractos y fueron los únicos entre todas las culturas indias americanas en desarrollar un sistema original de escritura con el que tocaron temas como la astronomía, la historia y la religión.
Su sistema matemático, que incluía el concepto de cero, fue un logro que durante varios siglos no pudo ser igualado por los europeos.
Hasta la década del 60, con la imposibilidad de traducir correctamente los jeroglíficos, hacía se suponía que los mayas eran un pueblo pacífico, obsesionado por las implicancias del tiempo y por ello pasaba largas horas contemplando las estrellas hasta que los epigrafistas, apoyados por la informática y los mapas astrales computarizados, terminaron por acceder a la verdadera historia de las ciudades-estado y al espíritu guerrero maya.
Traducciones
Los expertos tradujeron el 90 por ciento de las palabras mayas en ese estudio específico y, a partir de allí, la tarea se enfocó en el estudio de los símbolos religiosos, astronómicos y de la naturaleza, insertos en los geoglifos.
Paralelamente, el estudio se dirigió a una comparación de la cosmología maya con la de los aztecas, mixtecas y zapotecas de las montañas de Méjico y con los indios de la Amazonas y de América del Norte.
La supervivencia maya que es el hilo conductor que utilizó Scheler para confirmar sus hipótesis no parece suficiente para autores como Richard Wilk, antropólogo de la Universidad de Indiana que entiende que las investigaciones hechas sucumbieron “ante una misión mística de los mayas al relacionar atributosculturales de personas que vivieron indiferentes áreas por más de 2.000 años, “como si estos atributos fueran hereditarios”.