Cerró Johnny B Good, tradicional bar de Pichincha
Cuarenta y cinco trabajadores del concurrido sitio de Oroño y Güemes quedaron en la calle.
Como muchos otros locales gastronómicos bajo la crisis generada por la pandemia, el reconocido pub de bulevar Oroño, Johnny B. Good, bajó hoy la persiana. La franquicia de origen cordobés había abierto sus puertas en 2012, y para 2015 proyectaba otro local, pero el difícil marco económico que desató el coronavirus terminó asfixiando a sus propietarios.
La inmensa estructura y el alto valor del alquiler fueron insostenibles en un contexto tan restrictivo, y este miércoles fue el último día de trabajo en el pub ubicado en la esquina de Oroño y Güemes. En la calle quedaron unos 45 trabajadores.
Consultado por este tema, Reinaldo Bacigalupo, presidente de Mercado Pichincha, advirtió que “después de la pandemia quedarán en Rosario solo la mitad de los locales que había”.
En el marco de una alerta encendida por la provincia sobre una posible vuelta de fase si la curva de contagios sigue subiendo, el referente dijo que “no hay contagios en bares” y señaló como mayor problema el límite horario. “Es el único factor donde podemos lograr algún avance que nos permita al menos alcanzar el punto de equilibrio. Frente a los otros dos, recesión fuerte y capacidad reducida, no podemos hacer nada”, admitió.
“Si bien el factor ocupacional es el 50 por ciento, si le sumás la restricción horaria, la cuenta te termina dando que trabajás al 25 o 30 por ciento. Porque la gastronomía solo es rentable en el turno noche. Nadie gana plata con menús ejecutivos”, dijo el titular del Club de la Milanesa y Ronnie, para quien “extender al menos un par de horas el horario ayudaría muchísimo, y también contendría a las juntadas clandestinas en hogares que ocurren todos los fines de semana”.