Sonriente, Alberto Padoán, ex CEO de Vicentín, marchó contra la intervención de la empresa

Desafiante, el también ex titular de la Bolsa de Comercio de Rosario se paseó en el norte santafesino con sonrisas disonantes con la situación de casi dos mil productores a los que su empresa no pagó el cereal que le entregaron.

«No toquen la propiedad privada”. Una de las movilizaciones variopintas que este 9 de julio desafiaron las restricciones por la pandemia con el común denominador de su sesgo opositor al gobierno nacional fue en Reconquista, al norte de Santa Fe: su consigna aglutinante fue el rechazo a cualquier intervención del grupo Vicentin.

El consorcio, una serie de unidades de negocios que escaló desde sus inicios en 1929 como almacén de ramos generales en la ciudad de Avellaneda, es investigado por toma de créditos irregulares, posible evasión, una arquitectura corporativa de sedes en guaridas fiscales y deudas impagas a productores y entidades financieras. La empresa, y los directivos que la llevaron a la insolvencia pese a sus monumentales facturaciones, fue defendida por interesados directos y quienes creen que un Estado de tinte comunista la quiere avasallar. Uno de los que participó de la movida fue, justamente, Alberto Padoán, ex CEO de la firma y ex presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario.

El empresario fue fotografiado a pura risa en una costosa camioneta que se sumó con su tracción 4X4 a la caravana en defensa de “la República”. El demonio de la expropiación y las críticas al gobierno nacional –un poco menos al provincial, que propuso una salida público-privada al probable final de quiebra de la empresa– movilizó a varios argentinos también en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario, donde hubo ataques a medios de prensa y periodistas que las cubrían.

Padoán circuló en Reconquista en una lujosa Dodge Ram 2500 que cero kilómetro cuesta casi lo mismo que una casa. Los 1.895 productores –entre firmas jurídicas y personas– que quedaron colgados de un pincel sin poder cobrar el cereal entregado a Vicentin es difícil que puedan reirse como el ex CEO, investigado con otros varios accionistas y directivos, además, por transferencias de sus bienes para no responder patrimonialmente en la quiebra de la empresa. Muchos otros están en la cola del tendal de deuda, de acuerdo a los documentos que maneja la Justicia: 586 por impagos de bienes y servicios, 37 entidades financieras del país y el exterior por préstamos nunca honrados, 19 organismos fiscales y aduaneros y, por último, 98 accionistas y tres sociedades vinculadas en lo que se suponen autopréstamos para vaciar activos.

Padoán, y varios de los que comandaron la empresa directo al default están tranquilos: según denuncias que se investigan en los tribunales, recurrieron a donaciones y traspasos de bienes a testaferros o familiares para convertirse en casi insolventes. No hay datos de a nombre de quién está la propiedad de la 4X4 en la que se movió el ex CEO este jueves, valuada en más de 60 mil dólares.