El Gobierno mejoró la oferta por la deuda a los bonistas
Ashmore y Autonomy Capital se mantienen entre los más combativos. La intención oficial es que los bonistas que ingresaron en los procesos de 2005 y 2010 acepten la propuesta antes del 30 de julio.
Para Mohamed El-Erian, ex Pimco y principal asesor financiero del fondo Gramercy, la oferta que presentó el domingo Argentina es “una oportunidad de solucionar uno de los procesos de reestructuración más importantes de la historia, aun pese al coronavirus”. Para Robert Gibbins, fundador y Ceo de Autonomy Capital, la oferta representa un “flagrante abuso de la arquitectura financiera internacional para adaptarla al propósito específico de Argentina”; se trata de un “deudor recalcitrante” y se necesita “mayor protección” para que sus tenencias de deuda argentina sean cuidadas por los tribunales de Nueva York.
El primer fondo de inversión está anotado en Comité de Acreedores, donde también figuran Fintech, de David Martínez; y Greylock, de Hans Humes, quienes ya anunciaron ayer que aceptarán la propuesta que Martín Guzmán hizo oficial ante la Security and Exchange Commission (SEC) y que en cuanto el canje esté abierto, el ministerio de Economía se anotará en la adhesión. El segundo es el fondo más duro del grupo Ad Hoc, comandado por BlackRock, y donde también militan Liberty y Ashmore; y, en consecuencia, son los principales impulsores del fracaso, al menos en los comienzos del proceso de canje. Con los primeros, la propuesta final de Martín Guzmán superará el 40% de aceptación y podría acercarse al 50% durante los primeros 10 días. Pero sin los segundos, aunque sea al menos en parte, no se llegará a las mayorías necesarias para que el proceso sea exitoso;,más allá de aplicarse la cláusula de “reasignación”.
En el medio del match que comenzó el domingo por la noche, la clave del éxito estará en el tercer grupo: el grupo Exchange Bondholders. Son los tenedores de deuda emitida para los canjes de 2005 y 2010; y que, en términos lineales, son los que mejores alternativas tendrían en la propuesta final presentada por Martín Guzmán. Los bonistas que acepten la oferta de desprenderse de los Discount y los Par recibirían un Valor Presente Neto de casi 54%, continuarían detentando el derecho de ejecutar juicios sumarísimos en los tribunales de Nueva York de Loretta Preska (alternativa que no tendrán los bonistas que adquirieron papeles emitidos desde 2016) y, si ingresan rápido, podrán cobrar más dinero que el resto de los acreedores. La fórmula que diseñó especialmente Guzmán a este grupo es la aplicación del anabólico de no tener quitas de capital, permitirles un bastante apetecible premio de intereses reconocidos hasta el 4 de septiembre de 2020 y el mantenimiento de sus derechos a litigar contra Argentina si el país vuelve a caer en default (si eso ocurriera, deberían renegociar su deuda por tercera vez, lo que sería un record histórico). A priori, podría considerarse que deberían aceptar más o menos temprano en el tiempo, y fortalecer la masa crítica de ingreso al canje que Guzmán necesita para darle fuerza a la posición argentina y llevar el aval general por encima del 50%. Sin embargo, hay un problema en este camino. Guzmán y sus negociadores deberán convencer a Dennis Hranitzky, el abogado que representa a los bonistas con deuda emitida durante el kirchnerismo; y que, hasta hoy, trabajó casi codo a codo con Jennifer O’Neil, su colega especialista en cuestiones de deuda y que representa en el reparto de roles la tarea de defender la posición extrema de BlackRock, Fidelity, Ashmore y Autonomy. Economía confía en que Hranitzky ahora asuma su rol con total profesionalismo y, fundamentalmente, sin rencores. Se trata del abogado que defendió durante el “juicio del siglo” a Paul Singer, y que ahora fue contratado por los bonistas con deuda K para que defienda sus intereses con el mismo ahínco, y mañas, que su tarea con el fondo buitre Elliott, embargo de la Fragata Libertad incluida. Es así a priori un enemigo directo de la posición de Buenos Aires. Sin embargo, curiosidades del destino, es quien ahora tendrá la llave para llevar la aceptación del canje de los bonos emitidos para los canjes de 2005 y 2010, a un 85% general o 66,66% en cada serie de Discount y Par. Si Guzmán consiguiera antes del fin de julio que estos tenedores de deuda ingresen en su propuesta, sería el logro más importante desde que comenzó el proceso de canje el 21 de abril. El riesgo de tener a Hranitzky del otro lado es que el abogado se entusiasme vencido el plazo del 30 de julio con la posibilidad de avanzar en juicios ante el tribunal de Loretta Preska. Para que esto no ocurra, es fundamental que los negociadores de Economía logren romper la alianza entre este abogado y O’Neil.
Parece ahora entender el Gobierno que necesita menos apoyos de economistas y premios Nobel que de personajes como Mohamed El-Erian. Este asesor financiero trabaja hoy como hombre de Gramercy, pero es también director de Allianz, la propietaria del fondo Pimco. Sus palabras a favor del canje lanzadas ayer pueden ejercer mucho más poder de convencimiento en el otro menú de tenedores de deuda sobre los que el país mantiene el foco: los individuales. Se supone que fuera de los tres grupos que tienen deuda a renegociar habría entre u$s6.000 y u$s7.000 millones (aproximadamente 10% del total de la deuda a renegociar) en posesión de personas con nombre y apellido que están esperando desde abril que Argentina los invite a participar del canje. Por ahora, por lógica del mercado y del peso de los fondos de inversión, quedaron fuera de las negociaciones.